Los separaban dos décadas: Luis Miguel era un niño de 11 años, mientras que Ángel Leopoldo Martínez ya promediaba los 30. Y también la distancia: uno vivía en México (pero de gira casi permanente), y el otro, en Buenos Aires. Sin embargo, se hicieron amigos tras un encuentro casi casual en Mar del Plata. Y esa amistad perdura hasta hoy, pese a las edades, las distancias, el paso del tiempo…
Por eso Polo (como lo llaman todos) conoce al cantante mexicano mucho más allá de lo que se cuenta en la exitosa Luis Miguel, la serie: es testigo real de su vida, lejos de cualquier ficción y cuando la fama era puro cuento. Y en esta charla exclusiva con Teleshow, el actual secretario de prensa a nivel nacional de los Empleados de Comercio acerca revelaciones inéditas sobre su gran amigo.
—¿Cómo fue su primer encuentro con Luis Miguel?
—Lo conocí un verano en Mar del Plata. Yo tenía el Hotel Riviera, y manejaba el Teatro que estaba en la parte de abajo. En ese momento, (el empresario Ricardo) Berbaris me dice: "Mirá, va a venir Luis Miguel". Lo iban a llevar a una nota en la radio, y yo le digo a Berbaris: "No lo lleves porque están las patotas de los galancitos" (por un grupo violento que solía agredir a Ricardo Darín y Raúl Taibo, entre otros). Yo estaba hablando con (el ex presidente de River Hugo) Santilli, y de golpe veo que viene corriendo Luis Miguel. Lo alcanzo a cubrir y lo meto adentro del hotel. Él se reía… Ahí empezó nuestra historia. Luego volvimos a Buenos Aires y desde ahí nos hicimos muy pero muy, muy, amigos.
—¿Por qué piensa que Luis Miguel autorizó a Netflix a contar su historia en una serie?
—Siento que quería contarla. Nadie entendía por qué había tantos problemas a su alrededor. Luis la pasó muy mal.
—¿El contenido de la serie es verdadero?
—Todo es verdad.
—¿Y por qué decidió contarlo ahora?
—Porque ahora esta más suelto. Estoy feliz porque está con su hermano (menor) Sergio, con quien a veces estuvieron medio distanciados. Y está rodeado de sus amigos. Ha cambiado totalmente: ahora lo vas a ver saludar.
—¿Su padre, Luisito Rey, era como lo muestra la serie?
—Sí. Algunas cosas un poquito más, otras un poquito menos, pero era así, indiscutiblemente.
—¿Qué cree que pasó con Marcela Basteri, la mamá de Luis Miguel?
—Yo no puedo decir nada. Sé que fue a buscar a su hijo Sergio y que luego se iba a encontrar con el papá. Pasó un tiempo, y no hablamos más. Cuando algunos parientes dicen que Luis no la buscó, no es así: la buscó por todos lados. Lo dije mucho tiempo antes de que salga la serie: Luis Miguel había ido a los servicios de inteligencia judíos. Y cuando esa gente le dio un informe, me dijo: "Que Dios la tenga en la gloria". Así que algo le comentaron muy fuerte, porque él estaba convencido de eso.
—¿Cómo era Luis Miguel antes y cómo es ahora?
—Hoy se abrió totalmente: "Esta es mi vida", dice. Diez años atrás yo le dije: "Hacé una serie", y Luis ni loco iba a hacer una cosa de esas.
—¿Cómo es Luis Miguel, el que no conocemos?
—Se preocupa, ayuda a cualquier cantidad de gente, es increíble. Es amigo de sus amigos. Lo que pasa es que, si lo defraudan, él tiene un carácter fuerte. Hay cosas en las que se parece mucho al de la serie. Es un tipo muy sensible.
—¿Quién fue la persona que más lo defraudó?
—Él siente que todo el mundo lo defrauda, muchas veces.
—¿Por ejemplo?
—Un día estábamos en Las Vegas con Aracely Arámbula, y yo le conté a (Juan Alberto) Mateyko que la chica estaba embarazada. Y Luis Miguel se sintió medio defraudado conmigo.
—¿Usted cómo supo que Luis Miguel sería papá?
—Nos enteramos en Las Vegas. Estábamos ahí, con el hermano, y ella (por Arámbula) dice: "No me siento bien". Decidimos ir a buscar un test (de embarazo). Fuimos a una farmacia y lo trajimos. Al rato, estábamos tomando algo, y vimos que el test marcaba que sí. Luis me mandó a llamar; él ya sabía que quería tener un hijo con esta chica, no fue una cosa de casualidad. Ya me lo había dicho en Los Ángeles.
—¿Cuál fue el peor momento en la vida de Luis Miguel?
—La desaparición de su mamá.
—¿Luis Miguel sabe qué pasó con ella?
—Cuando él regresó de enterrar a su padre en España, me dijo: "Qué lástima, mi papá se llevó el secreto a la tumba…".
—¿Dónde fue el debut sexual de Luis Miguel?
—La primera relación sexual fue en el Hotel Provincial (de Mar del Plata).
—¿Y se sabé con quién?
—Sí, pero no lo voy a decir ni loco.
—¿Quién maneja hoy la carrera de Luis Miguel?
—Un amigo de él, Miguel Alemán. Una gran persona. Hugo López y Alejandro Asensi fueron hombres fundamentales en su carrera.
—Si tuviera que escribir un manual de las cosas que más le molestan a Luis Miguel, ¿cuáles serían?
—No le gusta que le fallen. Se enoja mucho más en las pequeñas cosas que con las grandes. El tipo es leal: con sus amigos, con mucha gente. Pero muchas veces se agrandan las cosas. Ojo, ahora él tiene su personaje: siempre manejó muy bien su vida privada, pero ahora se relajó más. Al único que yo le creo es a Luis Miguel, a nadie más, ni a mí me tienen que creer. Él dijo: "Voy a contar mi verdad", y la contó, aunque algunas cositas alivianó.
—En la miniserie se ve su adicción al alcohol. ¿Alivianó el tema de drogas?
—Te lo va a decir cualquiera, todo el mundo: nunca lo vimos consumir adelante nuestro.
—¿Luis Miguel es inaccesible?
—No es fácil. Él llama a la persona cuando necesita estar con esa persona, porque el tiempo tampoco le da para nada.
—¿Qué es lo que más le pesa a Luis Miguel?
—La desaparición de su mamá. Me da mucha rabia que ahora aparecieron tres supuestas primas de Luis Miguel: una de ellas confesó que la detuvieron adentro de una pieza y que a otra la encerraron en el hospital (por el Moyano) adonde fueron a visitar a la supuesta Marcela. Yo no sé, por ahí terminan las tres con la señora, todas, en el Moyano. Porque afirmar que es la mamá de Luis Miguel es una locura…
—¿Un recuerdo inolvidable?
—Cuando Luis Miguel volvió de un viaje, estábamos en el Sheraton discutiendo. "Mirá, Luis, esto es así, tenés que recuperarte, la gente es así", le dije. Él se fue a la habitación, me trajo un sobre azul alargado y me dijo: "Toma, esto es para vos, lo último que me queda de mi papá". Y era el reloj del padre, ¿te das cuenta? Eso a mí me emocionó mucho. Por más que no nos veamos, uno siempre lo extraña. Luis Miguel es un tipo fuera de serie.
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