Luisito Rey en Buenos Aires: las mentiras más increíbles del padre de Luis Miguel cuando probó suerte como cantante juvenil en la Argentina

"Ponle maldad a lo que hagas", le dijo su madre antes de partir de España. Luisito Rey, hoy mundialmente conocido gracias a la popularidad de la ficción de Netflix Luis Miguel, la serie y uno de los villanos del momento por todos los dolores que le causó a su hijo mayor, era apenas un adolescente cuando su madre lo despidió de su país natal.

El joven, que tenía 15 años, se aprestaba a probar suerte como cantante flamenco en un país lejano y desconocido para él: Argentina.

Es que, al menos en los comienzos, las historias del padre de Luis Miguel y de su hijo se parecen. Ambos fueron, desde muy chicos, obligados a subirse a los escenarios para ganarse la vida.

En el caso de Luisito Rey, que era hijo de los cantantes de flamenco Rafael Gallego Rey y Matilde Sánchez Repis, todo empezó cerca de los 6 años, a comienzos de los años '50. Por aquel entonces, usaba como apellido artístico Gasán, una suerte de resumen de los apellidos de sus progenitores.

En cada lugar que se presentaba, Luisito deslumbraba por su talento con la guitarra. Llegó, incluso, a ganar algunos concursos radiales en su ciudad natal, Cádiz, y a grabar su primer disco con 8 años.

A diferencia de lo que ocurrió luego en la carrera de Luis Miguel, a Luisito quien más le insistía para llevarlo a la fama a toda costa era su madre.

Como hizo él mismo más adelante con su hijo mayor, la intención era que ganara dinero para sostener a su numerosa familia.

En una ocasión, cuando sintió que Cádiz le quedaba chica, Matilde llevó al pequeño a Madrid.

Su intención era que conocieran la llamativa voz de Luisito en la capital española. Y, a su modo, lo logró: Luisito Rey cantó en el programa de una popular conductora radial de España, Encarnación Sánchez.

Fue allí cuando conoció a quien lo llevaría para Buenos Aires, la representante argentina de artistas Herminia López de Chousa, más conocida como "La Señora de Chousa".

Madre e hijo se despidieron y Luisito llegó a la capital argentina con la intención, en principio, de ampliar el horizonte de su carrera artística.

CREADORA DE ÉXITOS

"En Argentina mi tía tuvo a varios artistas: Pedrito Rico, Rafael de Alba, Carmencita Jiménez, Los Gitanillos de Bronce y Luisito Rey en su momento. Su fuerte, por supuesto, era Pedrito. Ella era muy trabajadora, muy emprendedora e intuitiva. Tuvo capacidad para hacer algo que no sabía de qué se trataba en ese momento. Se metió a hacerlo y lo logró", le cuenta a Infobae Bernardita Repetto, sobrina de Herminia, la manager argentina de Luisito Rey y una de las promotoras más destacadas del canto y baile andaluz en los años '50 y '60 en Latinoamérica.

Por aquellos años no era frecuente que una mujer se dedicara a este tipo de trabajo y mucho menos que estuviera al frente de una empresa semejante. Hasta ese momento, ella había trabajado como secretaria de la vieja compañía estatal Obras Sanitarias. Pero como la mujer era muy emprendedora y tenía raíces andaluzas, quiso probar suerte.

En una ocasión vio un espectáculo de música española en Buenos Aires y quedó deslumbrada con un bailarín muy pequeño que se destacaba en el cuerpo de baile.

"Ese chico que todo el mundo adoraba no era ni más ni menos que Pedrito Rico. Lo que relataba mi tía es que la gente lo aplaudía sin parar, les encantaba. Decía que él era muy feliz acá en Buenos Aires, pero que extrañaba a su mamá. Entonces ella, que era osada, se acercó y le dijo: 'Cuando estés en Buenos Aires, yo soy tu mami, venite conmigo'", recuerda Repetto.

Así fue que Herminia comenzó a trabajar con su figura saliente, de alguna manera su niño mimado, Pedrito Rico, a quien promocionaría como El Ángel de España.

Como hacía con el resto de sus artistas, la representante alojó a Pedrito Rico en su casa del barrio porteño de Devoto cada vez que se quedaba por un largo período en la capital argentina.

AVENTURA PORTEÑA

Quizá con la intención de repetir el éxito que tuvo con Pedrito Rico, luego de escuchar a Luisito Rey en Madrid, Herminia lo invitó a probar suerte en Buenos Aires. Pero lejos de lo que esperaba, con el tiempo se tornó complicado para la promotora de artistas.

"Luisito Rey estuvo entre los años '60 y '61. Yo tenía 4 años en ese momento y me lo acuerdo perfectamente", afirma la sobrina de Herminia y agrega: "Era un muchachito muy menudo".

"Recuerdo que mi tía, en el afán de hacerlo pasar como más chico, con la idea de que fuera El Niño de España, le hacía poner pantaloncitos cortos. Incluso mi mamá lo depiló, le pasó cera para sacarle esa sombra de la barba incipiente para que conservara más la carita de chico", apunta.

Para hacer crecer su carrera, además de organizarle presentaciones en Buenos Aires, la manager armó una gira de Luisito por el interior del país.

"En marzo de 1961, se presentó en la fonoplatea de LU2 radio Bahía Blanca el niño Luisito Rey, 'la voz más joven del viejo arte español', quien sería padre, años después, del astro de la canción Luis Miguel", señala en una nota de 2011 el diario La Nueva, de Bahía Blanca.

"Nativo de Cádiz, España, Luisito llegó a nuestra ciudad integrando la compañía del popular Pedrito Rico, El Angel de España, quien presentó su colorido espectáculo en el teatro Rossini (Mitre 225), brindando 'estampas, canciones, bailes y carcajadas'. A pesar del renombre de las figuras del elenco, Luisito Rey tenía peso propio y a sus 16 años se destacaba tanto por sus dotes para el canto como por componer sus propios temas", agrega el diario.

"La figura principal, por supuesto, era Pedrito Rico. Pero él presentaba a Luisito como una nueva adquisición del conjunto español. Esto hacía que tuvieran una rivalidad, me acuerdo que comentábamos esto en casa. Era por esa cosa de los egos", apunta Bernardita Repetto.

Una de las primeras travesuras de Luisito estuvo vinculada justamente a esa pelea con su colega.

"Un día Luisito fraguó el afiche de una presentación para ponerse como primera figura a él mismo. Era muy hábil para hacer truchadas. Por ese tema se le armó un lío terrible a mi tía", recuerda la sobrina de Herminia.

En tanto, las jornadas porteñas del padre de Luis Miguel se fueron poniendo cada vez más intensas.

Mientras que de día vivía en la casa de su representante, tocaba la guitarra y llegó a grabar dos sencillos, de noche se escapaba con bailarinas y compañeros de trabajo.

"Buenos Aires le encantó pero salía todas las noches. Eso ponía loca a mi tía. Se escapaba con las bailarinas y se iba, como se decía en aquel momento, de juerga", señala Repetto.

"Mi tía tenía problemas porque además Luisito se vinculaba con prostitutas. Ella lo tenía con custodia porque era menor de edad. De alguna manera empezó a hacer lo que se ve después en la serie, como un hombre que no tenía ningún escrúpulo de nada", señala.

En los últimos días, la familia de la representante se indignó al enterarse de la versión que habría dado Luisito Rey sobre su estadía en tierra argentina a la prensa.

Es que, según reconstruye el biógrafo de Luis Miguel en su libro Luis Miguel, la historia (Aguilar, 2018), Luisito dijo que fue maltratado en Buenos Aires y que su mentora no le daba de comer como correspondía.

"Alguna comida pudo no haberle gustado, pero en la casa de mi tía siempre había alimentos. A él le gustó mucho el asado argentino y las achuras, que no conocía. Comer chinchulines, por ejemplo, le encantaba. Esto del maltrato es una novela que él inventó de sí mismo. ¿Cómo se le puede creer a un mitómano? Imposible", afirma la sobrina de la manager.

"El menor de los Gallego acabó escapándose de la casa donde se alojaba y huyendo del Río de la Plata. Regresó a España como polizón en un barco mercante luego de dos años de una tormentosa relación con Herminia López", informa el libro Luis Miguel. La historia.

Sin embargo, la familia de Herminia asegura que de ninguna manera fue así. De hecho, son varios los que recuerdan que el padre de Luis Miguel se fue tentado por la propuesta de otro manager que le prometió una carrera de éxito en México.

"Tan es así que se fue y dejó en casa de mi tía su pasaporte, como quien se escapa entre gallos y medianoche", comenta Repetto quien, agrega: "Herminia no lo extrañó cuando se fue, porque la volvía loca".

Pese a lo que se conoció luego, Repetto guarda, por momentos, una imagen afable de Luisito.

"Compartí momentos en familia con Luisito, he estado en su falda cuando yo tenía 4 años. Él agarraba la guitarra e improvisaba canciones en reuniones, en fiestas. Tenía una habilidad increíble", rememora.

"Era un chico simpático. Todos estos andaluces eran muy simpáticos, muy entradores. En la juerga era bárbaro, en laboral un desastre. A mí me llama la atención lo neurótico que se lo muestra en la serie, porque no es algo que yo recuerde. Pero claro, cuando estuvo en Buenos Aires era muy jovencito", concluye.

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