"Pasó Diego con cara de pocos amigos…", le dijeron a Guillermo Coppola. Ubicado en el box 38 del Zenit Arena de San Petersburgo, el empresario tomó entonces coraje y se dirigió al 45. Allí se encontraba Diego Maradona.
"Encaré y fui, a suerte y verdad. Y abrí la puerta…", relató Coppola este miércoles, en diálogo con Guido Kazcka para su programa en FM 100, todavía conmovido por lo que pasó en la noche del martes en Rusia. Porque se encontró cara a cara con Diego, tras estar mucho tiempo distanciados. "Se sorprendió al verme, pero le vi su cara… No hubo palabras. Un fuerte abrazo, mucha lágrima y emoción total, inmensa".
Pero, ¡¿qué se dijeron?! "Lo que sentíamos cada uno, el amor que nos teníamos -relató el empresario-. Le dije que lo amaba. Él me dijo: 'Yo nunca dejé de amarte'. Era una novela. Lo vivimos así, con esa emoción, con ese sentimiento puro. 50 segundos, un minuto de abrazo. Y lágrimas".
"Después nos pusimos a conversar -continuó quien fuera el representante del 10-. De cómo estaba él, cómo me veía a mí. Él siempre tirándote un palito: 'Te veo bien, pero más viejo', me dijo. 'Bueno, sí, los años pasan…'. Y yo le dije que lo veía bien, que estaba muy bien".
Coppola y Maradona se pelearon en 2003, luego de una amistad de casi dos décadas (desde los tiempos de Nápoles). Y recién se reencontraron en el velatorio de Don Diego, el papá del ex futbolista. Allí se dieron un abrazo, sí. Pero fue distinto. "En un momento como ese no pudimos expresarnos lo que ayer sí nos expresamos. Nos debíamos este abrazo. Y gracias a Dios, se produjo", explicó Guillote, como lo llamaba cariñosamente Diegote.
Coppola regresó a su box, Maradona se quedó en el suyo, comenzó el partido de la Selección contra Nigeria. Tras la victoria argentina, que valió el agónico pase a los octavos de final del Mundial, el ex capitán de la Argentina se descompensó. Y en las redes sociales circularon los peores rumores.
"Esas versiones nos preocuparon a todos, pero yo estaba en contacto permanente con los chicos que estaban con él, un chico de Colombia y un italiano -explicó Guillermo-. Y me daban tranquilidad: 'Embarcó para Rusia, feliz; tuvo una descompensación'. Fue mucha emoción (por el partido). Él se emocionó mucho, mucho…".
Maradona y Coppola se prometieron una cena en Moscú, en unos días. Pero el empresario ya se da por satisfecho. "Ya está. Fue como el cierre de una pareja que se ama profundamente. Y que tuvimos la oportunidad de decírnoslo. Lo pudimos expresar. Siento que eso es lo más importante del encuentro".
Y en la conclusión de su relato, Guillermo no puede evitar las lágrimas. Sus palabras se entrecortan. "Algún día se terminará el recorrido que estoy haciendo en esta vida, y me llevo ese abrazo porque me faltaba, era algo que me faltaba… ¿Cómo sigue esto? Veremos cómo sigue… Pero lo importante es haberle podido dar ese abrazo que yo tanto necesitaba…".
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