¿Era actor? ¿humorista? ¿conductor de radio? ¿imitador? Si, era todo eso. No imitaba a personajes famosos, los creaba- Él las llamaba sus "criaturas". Fernando Peña era creativo, divertido, transgresor y provocador. Podía hacer reír a su público y enfurecer al resto. Y al revés también.
Recuerdo que allá por los años '90 lo escuchaba en la radio Metro, cuando él hacía El parquímetro, y admiraba esa genialidad de hacer tantos personajes a la vez, que interactuaran entre ellos y que hasta se interrumpieran sin perder nunca el tono de voz de cada uno o sus pensamientos. Me costó creer que él era todos ellos. Recién me convencí en el momento en el que noté que, cuando él no iba al programa, sus criaturas tampoco aparecían. Al aire salían Diego Ripoll, su compañero de todos los días, y Sebastián Wainraich. que por entonces era el productor, pero no estaban Dick Alfredo, La Mega, Palito, Savino, ni ninguno de los otros. ¡Elemental Watson! ¿Por qué faltarían todos, si no fuera porque son la misma persona?
A mi papá también le parecía un genio, en cambio a mi mamá no le gustaba. "Y si no te gusta, ¿para qué lo escuchás?", le pregunté. Ella me juró que nunca ponía su programa y que en ese horario siempre escuchaba a Néstor Ibarra, en Radio Mitre. "Está bien, no lo escuchás a la mañana, pero lo hacés los sábados a la tarde", le insistí. Una vez más me volvió a decir que no podía ser, porque a ella ese día le gustaba escuchar a una cubana que estaba en Radio Del Plata. "¿Cómo se llama la cubana?", le consulté con cierta picardía, "Milagros algo", me respondió. "López", agregué. "Si, Milagros López" confirmó ella. "Bueno, lamento decirte que Milagros López es Fernando Peña", le dije con tono burlón, a la espera de un pedido de disculpas. Demás está que cuente que se lo tuve que repetir 20 veces porque no me creía. ¿Cómo terminó el asunto?, llamé a Radio Del Plata y, cuando me atendieron, le pasé a ella y la obligué a preguntar qué días y a qué hora estaba el programa de Fernando Peña. "El ciclo de Fernando sale los sábados a las 18, es el de Milagros López", le dijo la mujer del otro lado de la línea. Victoria para mí, baldazo de agua helada para mi mamá.
Otro día tuve la misma discusión con un taxista, mientras el programa de Milagritos estaba al aire. Ese día entendí que era un error matarle la ilusión a sus oyentes, o que al menos no era tarea mía. Fue la última vez que lo hice (salvo que algún lector se esté enterando por esta nota, pero bueno… ya era hora de que lo supieran).
El propio Fernando decía que, si hubiera sido por él, nunca hubiese contado que él era el creador de las criaturas y quien le ponía las voces. Aunque incluso eso le costara no llevarlos al teatro, como lo hizo tantas veces. Sin embargo uno de los hombres del medio que él más admiraba, Hugo Guerrero Marthineitz, le dijo una vez: "Tenés que contar que vos hacés todos estos personajes, ¡pero ahora!, cuando la gente todavía los ama. Porque si algún día la gente se cansa de ellos, y contás que los hacías vos, a nadie le importará y pasarás al olvido". Eso lo convenció de que había que contar que él era una especie de Clark Kent, pero que además de Superman, era Batman, La Mujer Maravilla, el Guasón, Batichica y hasta Papá Pitufo. Porque sus personajes tenían esa versatilidad.
Hoy, a 9 años de su muerte, Teleshow recuerda a Fernando Peña convocando a 9 de sus criaturas más emblemáticas: Martín Revoira Lynch, Roberto Flores, La Mega, Palito, Mario Modesto Savino, Delia Dora de Fernández, Milagros Lopez, Dick Alfredo y Rafael Oreste Porelorti, presentadas por un gran amigo del actor y conductor y una de las personas que más lo conocío: Sebastián Wainraich.
El actual conductor de "Metro y Medio", programa que también se emite por la radio en la que más se destacó Peña (Metro 95.1), describió con cariño y humor a cada uno de estos 9 personajes elegidos por Teleshow, con algunas anécdotas de ellos.
"Hay algo que une a todas las criaturas de Fernando Peña. A muchas yo ya las conocía porque las había visto en la vida y lo que hacía Fernando era representarlas, y a otras yo no las conocía y las conocí después en la vida real. Como para que quede claro, primero conocía a esas criatura y después conocía a gente así y decía: "Ahh, es igual a este…", dijo Wainraich como introducción de sus anécdotas.
Martín Revoira Lynch:
"Fernando hacía un espacio los jueves que se llamaba Gente como uno, conducido por Revoira Lynch, y como le iba tan bien y a la gente le gustaba tanto, Fernando como que se puso celoso de Revoira Lynch y no lo quiso hacer más, como que se hartó. Pero era una obra maestra".
Roberto Flores:
"Hoy hacer un personaje gay seguramente no resulta tan revelador ni tan transgresor. En ese momento Roberto tenía algo en particular, que no era solo el personaje afeminado al que le decían trolo. Me parece que traía todo un mundo que el planeta heterosexual no conocía. Fue un personaje muy divertido y muy melancólico a la vez".
Palito:
"Era un personaje conmovedor, lo que más me acuerdo es cuando leía el libro de Maradona que realmente es desopilante, cómo lo leía, y cómo Fernando hacía que Palito lo leyera mal, era algo increíble"
La Mega:
"Me pareció un personaje espectacular, muy querible, muy sensible, que se hacía todo el tiempo que estaba divertida pero en realidad tenía una tristeza muy profunda".
Mario Modesto Savino
"Siempre me trajo mucha nostalgia porque obviamente se parecía a mi abuelo y al abuelo de un montón. Tenía una voz particular".
Dick Alfredo:
"Era tal vez la criatura más parecida a lo que era Fernando, como su alter ego. A mi me parecía un personaje espectacular, era el conductor del programa, tal vez el que menos brillaba, el que más repartía el juego, pero era el que llevaba la batuta y me parece que era una construcción excelente".
Rafael Oreste Porelorti:
"Tal vez era la 'más caricatura' de todos los personajes, pero era también de una inteligencia tremenda, como su trato a los periodistas y cómo dibujaba sus respuestas. Era un político que todo el tiempo estaba peleándose con la periodistas y justificando lo injustificable"
Delia Dora de Fernández:
"Era una facha recalcitrante, una persona que llamaba a lectoras de La Nación para para compartir sus visiones del mundo y así se hacía amigas. Lo raro de Delia es que, a pesar de toda esta maldad, la gente la terminaba queriendo".
Milagros Lopez:
"Milagros fue el golpe más fuerte para la audiencia cuando se enteraron de que era Fernando, que no existía Milagros López. Ella tenía su programa de boleros y los telefonistas de ese programa me contaban que la gente llamaba y decían "Decime que no es Fernando Peña", como que se desilusionaban mucho".
"Lo más increíble sigue siendo cómo Fernando hizo todas estas criaturas, cada una con su mentalidad, su psicología, su voz literal y su voz del alma, y cómo hacía para que hablaran entre sí", concluyó Wainraich, con mucha nostalgia por el recuerdo de su amigo.
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