Exclusivo: Lucía Miranda, viuda del primer mánager de Luis Miguel, revela aspectos desconocidos del cantante mexicano

En una charla íntima con Teleshow, quien fuera la esposa de Hugo López deja al descubierto intimidades de un hombre controvertido y criticado, pero que busca ayudar en silencio. "Luis Miguel es realmente muy introvertido, de no saludar a la gente", cuenta Lucía

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Años atrás, Lucía Miranda fue una exitosa modelo de alta costura argentina que brilló sobre las pasarelas de México. Allí se quedó cuando fue a ver el Mundial de 1986 y terminó conociendo a Hugo López, quien fuera mánager de Luis Miguel.

Por eso Lucía tuvo (y tiene) acceso a la faceta íntima del cantante, a la que pocos pudieron acceder. Pero que empezó a revelarse en la exitosa Luis Miguel, la serie. "Hugo decía que cada 25 o 30 años sale un talento así, de esta naturaleza", empieza a contar Miranda, en esta entrevista exclusiva con Teleshow.

—Para los que no saben: contanos quién era Hugo López.

—Un empresario argentino que se fue desde muy joven a vivir a México. Manejó la carrera de muchos artistas. También fue presidente de Televisa de Argentina. Y cuando Luis Miguel cumplió 18 años, lo llamó para que lo representará. Y fue su representante.

Hugo López y Luis Miguel
Hugo López y Luis Miguel

—Recientemente escribí una nota sobre una reunión que tuve con Hugo López. Después de esa charla decidí no ser más fan de Luis Miguel, porque Hugo me dijo que Micky odiaba a las fans. Quería saber qué me podés contar sobre eso.

—Me da mucho gusto que hayas visto a Hugo y que te haya recibido. Él era una persona muy auténtica: te decía la verdad y te la decía de frente. Tal vez fue un poquito exagerado, a lo mejor para que te desilusionaras y que no insistieras, porque Luis Miguel es realmente muy introvertido. Nosotros teníamos una casa muy cerquita de la suya en Acapulco. Él venía y, de repente, muy tímido, no saludaba a la gente. Le cuesta mucho darse.

—¿Recordás la primera vez que viste a Luis Miguel?

—Fue en una gira en la que me tocó ir con Hugo. Pero otra vez: él es muy introvertido. A veces parece que no quiere a la gente, pero es parte de su personalidad. Es un muchacho que ha sufrido mucho, que lleva un gran dolor. Porque le pasaron muchas cosas. Por ejemplo, el tema de su mamá.

—¿Cuál es tu versión sobre la desaparición de Marcela Basteri?

—No hemos hablado de eso porque a él le cuesta mucho. Pero sí habló mucho con Hugo, y en Europa. Lo único que yo puedo decirte es que con Interpol se la buscó mucho tiempo, y no se encontró el cuerpo ni se sabe nada de eso.

—¿Luis Miguel se ocupó de buscar a su mamá?

—¡¿Cómo no?! Y se ocupó Hugo, también. E Interpol, buscando por todos lados. Y nunca apareció, nunca apareció…

—¿Qué pensás que pasó?

—No puedo decirte algo porque él es familia. Y realmente, ¿qué te puedo decir? Su mamá desapareció: es lo más triste que te puede pasar.

—¿Qué es lo peor que se dijo?

—Se dijo que desapareció, que su papá la hizo desaparecer. Pero son todas versiones.

—Muchos medios y profesionales aseguran que Hugo López salvó a Luis Miguel. ¿Es verdad?

—Se refieren al hecho de que él, cuando empieza a manejarlo, se entera de que en sus cuentas (bancarias) no había nada. Hugo le dice: "No te preocupes, ahora vamos a empezar de cero". Desde chico, Luis Miguel siempre le decía a Hugo: "Cuando yo sea grande, vas a ser mi mánager". Ahí empiezan, y ahí se enteran de todos los problemas. Y el padre (Luisito Rey) se pone muy mal, en contra de Hugo. Pero Hugo no tenía nada que ver.

 

—¿Los problemas eran económicos nada más o había problemas de adicciones?

—Había muchas cosas que él vio siendo muy joven y que no debería haber visto…

—¿Por ejemplo?

—Ve al padre con mujeres, muchas cosas que salen en la serie. Adicciones. Pero que él lo tuvo que ver porque le tocó, y estaba ahí con su padre. Y a su madre la tenían como medio desvinculada, como que hizo causa común más con su papá. Hasta que Luis Miguel cumplió los 18 y se dio cuenta de que le estaba mintiendo.

—Si Hugo López viviera, ¿cómo pensás que estaría Luis Miguel?

—La verdad es que fue una pena, porque en el mejor momento es cuando muere Hugo. Era como su papá porque lo aconsejaba mucho. Y después vino mucha gente que eran como asistentes, pero realmente no fueron mánagers. Ahora, si estuviera, sería impresionante. Lo que pasa es que después le faltó una persona como Hugo para continuar su carrera. Que la continuó, pero le faltó ese apoyo que era muy importante para él.

—¿Actualmente tenés comunicación con Luis Miguel?

—Sí, tengo un vínculo. Él siempre que viene me invita, estoy en primera fila. No lo veo mucho porque él ahora está haciendo una gira extraordinaria en México. Y está súper delgado, contento, feliz. Yo lo admiro, porque hay que atreverse a contar ciertas cosas que él contó para la serie. La verdad que yo no sé si se las hubiera contado a mi hijo.

Luismi y Lucía escuchan a
Luismi y Lucía escuchan a un grupo de mariachis

—¿Cuál fue el gran amor de Luis Miguel?

—Cuando lo conocí estaba muy enamorado de una novia, Érika Camil. Y estuvo durante siete, ocho años de novia con él. Lo que pasa es que ella sufría mucho porque en esa época todas las chicas morían por él. Y lo dejó, se separaron; eran muy jóvenes. Después tuvo una hija con Stephanie Sallas, Michelle, y la reconoció hace muy poco. Y después se casó con Aracely Arámbula, otra actriz, y tiene dos hijos.

—¿Cómo lo ves como papá?

—Veo que no tiene mucha relación con sus hijos porque hay un problemita ahí entre ellos. De ese tema yo no te puedo hablar…

—¿A Luis Miguel lo usó mucha gente?

—Se dicen muchas cosas de él, se lo critica mucho. Ayuda a mucha gente, pero no lo dice. Inclusive a sus familiares, que han hablado muchas cosas, y muy feas, de él. Y como él no da, no contesta ni aclara, entonces hay muchas versiones. Pero es una persona de bien.

—Conociéndolo a Luis Miguel como lo conocés, ¿qué es lo que más le pesa en su vida?

—Su mamá: el hecho de no encontrarla. Creo que es lo más doloroso que le puede pasar a un ser humano. Esa incertidumbre de estar buscando, buscando, y no saber nada…

—Como asesora de modas, definime la imagen de Luis Miguel.

—Es muy elegante. Fijate que siempre lo ves con su traje y sus camisas impecables. Siempre la combinación del blanco y el negro. Incluso para el trato con las mujeres, es muy galante, muy caballero. Es la persona que te va a abrir la puerta del auto o te va a arrimar la silla. Tiene clase. En eso es único.

—¿Y qué cosas lo sacan de quicio?

—Cuando está en el escenario y escucha algo que no está bien, le cambia la cara. Para él, tiene que estar todo perfecto. Hace poco suspendió unos shows y se dijeron muchas cosas que no son ciertas, y canceló porque está con un problema de tinnitus, que es un zumbido en los oídos. Lo está tratando, y tuvo que suspender porque el dolor es tremendo.

— ¿Qué cosas lo irritan en su vida personal?

—Abajo del escenario es muy auténtico. Tuvo muchos amigos que no eran amigos, que pronto lo traicionaron.

—¿Quién es su mejor amigo?

—Miguel Alemán. Es su amigo de la infancia, que ahora está con él. Es nieto de Miguel Alemán Valdez, presidente de México.

— Si lo tuvieras enfrente ahora a Luis Miguel, ¿qué le dirías?

—Que estoy felíz porque le esta yendo increible. Y que siga adelante. Tiene una cosa que no tienen muchos artistas: es muy carismático y con una voz impresionante. Hugo decía que cada 25 o 30 años sale un talento así, de esta naturaleza.

Lucía, íntima

Una imagen de cuando Lucía
Una imagen de cuando Lucía trabajaba como modelo

—¿Por qué decidiste volver a la Argentina?

—Porque me quedé viuda (de Hugo López). Tuve muchos años trabajando como directora de imagen y vestuario de Televisa San Ángel. Volví a casarme, y hoy tengo un hija, Luna, de 18 años. Volví por mi hija. Tengo muchos amigos en México: a uno le secuestraron a su hijo, entregó mucho dinero, y se lo devolvieron muerto. Mi hija iba al mismo colegio de las chicas de (el presidente mexicano, Enrique) Peña Nieto. Y de repente en el camión, como dicen allá, van los guaruras, que vienen a ser los custodios, mirando si pasa algo en el camión o si alguien se mete en el camión y puede robar. No me gustó todo eso. Quería que mi hija fuera un poco más libre y tuviera otra calidad de vida.

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