Primero fue Mauro Icardi quien fotografió a Wanda Nara desnuda, en la intimidad de la habitación del hotel donde se hospedaron en Sudáfrica, y posteó la foto en su Instagram. En rigor, no hubo tanta intimidad… Porque el baño tenía una vista generosa a un exterior abundante en vegetación. Y al notar la escena, dos monos se ubicaron en una baranda para verla bañarse.
Eso ocurrió hace unos días, cuando el 9 del Inter y su representante hicieron un safari fotográfico. Luego se dirigieron a Seychelles, un pequeños país que cuenta con islas de encanto. Y entonces llegó "la venganza" de Wanda, como ella misma la describió.
Porque la rubia subió a las redes sociales una foto de Mauro completamente desnudo, bañándose al aire libre, pero ocultando sus partes íntimas con el emoji del monito que se tapa los ojos (todo un guiño). "Tarzán", lo definió.
Instantes después, quizás para que el cuerpo de Icardi -¡tatuado casi por completo!- no acapare todos los piropos -la mayoría escritos en italiano-, Wanda posteó una selfie en la playa que sugiere poco y muestra mucho:
Un día antes, su marido también había compartido una serie de imágenes suyas donde desplegaba todas sus curvas en bikini.
Nara e Icardi se alojan en una morada que tiene salida a una playa privada. Así es: nadie puede ingresar allí, salvo los mozos que le sirven el desayuno, la almuerza y la cena en la arena. Y les toman alguna que otra foto.
En unos días los dos estarán de regreso en Milán, para reencontrarse con los chicos (Valentino, Benedicto y Constantino López se quedaron con su papá, Maxi López, mientras Francesca e Isabella Icardi se quedaron con la mamá de Wanda, Nora Colosimo).
Y también llegarán a tiempo para el debut de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia, aquel equipo del que Mauro se quedó afuera sobre la hora. Aunque, por lo visto, mucho no lo afectó…
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