Un estúpido con una pistola de bengalas quemó el lugar desde el suelo.
Humo en el agua, fuego en el cielo.
La frase es tan directa como la música. La poesía descriptiva de Deep Purple no hace más que reflejar la experiencia que la banda presenció desde muy cerca. Ese 4 de diciembre de 1971, Frank Zappa tocaba con su grupo Mothers of the Invention en el casino de Montreux, Suiza. Por allí estaban también los Purple, que empezaban a grabar Machine Head, el disco con el que terminarían de saltar a la fama. Pero un evento desafortunado llevaría a los heavies a capitalizar la tragedia y convertirla en un éxito inmortal.
The Mothers era una banda loca, experimental e innovadora y su público se sumaba a la psicodelia de una manera activa. Tanto que un fan se animó a desenfundar una pistola que disparaba bengalas y, según cuentan testimonios de la época, apuntó directamente al escenario. Zappa y los músicos se salvaron, pero el casino quedó en llamas.
No hubo heridos, pero sí una gran pérdida material: se derritieron equipos, escenografía y mobiliario del lugar. "Quemaron la casa de juego, que terminó con un ruido horrible", cantan los Deep Purple en la descriptiva "Smoke on the Water".
Rock & resiliencia
Zappa y los suyos decidieron salir adelante y, una semana después, alquilaron equipos para seguir tocando y recaudar el dinero suficiente para comprar nuevamente sus elementos de trabajo. Pero el público loco del grupo continuó con su activa y destructiva presencia.
Estaban en el Teatro Rainbow de Londres cuando un fan inglés se subió al escenario y empujó a Frank, quien cayó en el foso de la orquesta. La irresponsabilidad de este personaje le costó al músico un traumatismo craneal, severas fracturas en todo el cuerpo y una afección en la laringe que modificó su manera de cantar. Ni hablar de los meses en los que no pudo salir de gira.
En la vereda de enfrente de las desgracias por las que pasó Frank Zappa, estaba Deep Purple, la ascendente banda británica que se encontraba en la ciudad suiza en plan grabación. Haber sido espectadores involuntarios del desastre despertó la musa inspiradora y compusieron uno de los himnos más versionados del rock pesado. La experiencia fue colectiva y no es casual que la canción haya sido firmada por todos sus integrantes: Ritchie Blackmore, Ian Gillan, Roger Glover, Jon Lord y Ian Paice.
El 26 de mayo de 1972, Deep Purple lanzaba el single y hacía conocer al mundo uno de los riff de guitarra más famosos y potentes de la historia del rock.
La tragedia como motor
A los Deep Purple, presenciar una tragedia los ayudó a crear un hit que aún hoy siguen tocando cada vez que salen de gira. Este año cumplen medio siglo en la ruta y por estos días están realizando un kilométrico tour por Rusia.
Por su parte, a Pato Fontanet, cantante de Callejeros, Cromañón lo llevó a pasar varios años en prisión –de manera intermitente- y a crear una nueva y exitosa banda. Casi Justicia social nació en 2010 y pronto se convirtió en Don Osvaldo. Nuevos nombres y el espíritu de Callejeros presente.
El 30 de diciembre 2004 el rock argentino vivió su noche más oscura cuando 194 personas perdieron la vida en el incendio que arrasó con República Cromañón durante un show de Callejeros. Omar Chabán, creador del mítico Cemento, era el dueño de esta nueva sala de conciertos en Buenos Aires que pronto se convirtió en cenizas.
El origen de la fatalidad fue una bengala o candela (igual que en Montreux, pero en el barrio porteño de Balvanera). La falta de controles de seguridad sobre el local hizo el resto. Otra vez el público intentando ser protagonista, otra vez el foco puesto en la responsabilidad de los músicos… Cuatro décadas después, y mucho más al sur del planisferio.
Letra, fuego y música
Chabán murió en prisión, la banda y su manager cumplieron la condena impuesta por la justicia argentina y Pato Fontanet obtuvo la libertad condicional a comienzos de este mes. Era el último involucrado que quedaba preso, en este caso en el Penal de Ezeiza.
Pese a la polémica que ocasiona su actividad pública, Pato convirtió a Don Osvaldo en una revancha. Esta nueva oportunidad de volver a la música convoca a miles de seguidores en todo el país, muchos incluso, que hablan de Cromañón como si hubieran estado ahí, aunque por ese entonces frecuentaban el jardín de infantes.
Y con "Suerte", de Don Osvaldo, Cromañón también se hizo canción:
Buen día, mi vida, mientras pienso cómo llegué acá,
una noche me abrazaste, te bese y no dormimos ni sufrimos más.
Habrá sido nuestro premio por no salir corriendo
o el castigo por no saber escapar,
te sigo buscando como enfermo al remedio,
como comienzo al final.
Más allá del homenaje de León Gieco a las víctimas de la tragedia ("Un minuto", de 2005), "Suerte" remite a un sentir muy personal de Pato. Basta recordar que Fontanet perdió esa noche a su novia Mariana Sillota, de 21 años. Y que según su defensa no salió en ningún momento del local, por eso lo del castigo.
Lo del premio es relativo. Suerte, Don Osvaldo
Otra oportunidad
El rock y la fatalidad van de la mano y se sueltan cuando les da la gana. Así como Fontanet puede volver a los escenarios y convertir el dolor en nueva música, quienes salieron ilesos del incendio suizo en los 70, también. "Funky Claude estaba entrando y saliendo, sacando a los niños del suelo", canta Ian Gillan en "Smoke on the Water" en referencia a Claude Nobs, el fundador y director del Montreux Jazz Festival, fallecido en 2013. Él fue uno de los primeros en escuchar el tema que lo menciona y en dar el visto bueno a los británicos.
Muchos años después, en 2016, el desastre tuvo su repechaje y fue la ciudad suiza el centro de otra cumbre de talentos. Para el cierre del 50º aniversario del Montreux Jazz Festival, Dweezil Zappa, hijo de Frank, con su proyecto Zappa plays Zappa se cruzó en el mismo escenario con Deep Purple que esa noche tocó "Smoke on the Water", una vez más, frente a la audiencia enardecida.
A través de los años y a pesar de las víctimas, de los procesos judiciales, de la muerte y la tristeza, el arte sigue funcionando como expresión del dolor a través de canciones catárticas que se encienden con la triste chispa de la tragedia. En Balvanera o en Montreux, el rock sigue abriendo heridas cada vez que suenan los primeros acordes de un tema inolvidable.
Deep Purple en Montreux 2016:
Por Marianela Insua Escalante
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