Leticia Brédice: "Me gustaría ser más fría en el amor, como mi personaje en 'El lobista'"

En un mano a mano con Teleshow, la actriz de la miniserie que protagoniza junto a Rodrigo de la Serna se compara con el papel que realiza en la ficción y recuerda a su personaje favorito: "Hubiera hecho a Verónica San Martín durante 10 años"

Guardar

"Me sorprendió la cantidad de negocios que me enteré que hacen en Argentina. Aprendí mucho y es interesantísimo. Seguramente pasa en cualquier lugar del mundo, pero acá habla de tantas cosas nuestras que yo estoy segura de que todos se van a asombrar por lo que ven".

Leticia Brédice interpreta a Natalia Ocampo en El lobista, la miniserie que se estrena el 30 de mayo en El Trece –el 31 en la pantalla de TNT- y que protagoniza junto a Rodrigo de la Serna, Darío Grandinetti, Julieta Nair Calvo, Alberto Ajaka y Luis Machín tiene una participación especial.

No creo en ser actor sin haber pasado por una escuela de teatro

En un mano a mano con Teleshow, la actriz cuenta qué características de su personaje querría incorporar a su vida, la importancia de estudiar actuación y recuerda a Verónica San Martín, el papel que realizó en El elegido, ficción que se estuvo al aire en la pantalla de Telefe en 2011, pero que ella recién se animó a ver en 2015.

—¿Cómo definirías a tu personaje?

—Es una mujer fría, distante, que solamente le interesan los negocios y saber cuál es la tajada que se puede llevar de los negocios que hacen.

—¿Costó mucho componerlo?

—Lo más difícil fue aprender un poquito de abogacía. Fue mucho para lo que yo estoy acostumbrada a manejarme, pero después lo vas leyendo y, a mí, que me gusta estudiar y buscar las palabras en el diccionario, lo vas entendiendo. También lo trabajás con el cuerpo, porque muchas veces dije textos que no tenía ni idea el negocio que estaba haciendo. Eso lo más importante de haber pasado por acá. Terminé la serie sintiendo que podía hacer todo tipo de negocios, que tenía muchos amigos en todos los Ministerios. Fue fabuloso.

—Decís que tuviste que aprender un nuevo vocabulario en la política y los negocios. ¿Algún coach te ayudó a preparar para tu papel?

—No sé si quiere que lo nombre… Agustín, el hijo de Pablo Bossi –productor de cine-, una ex pareja mía. Es abogado, así que lo llamé y le pedí que me ayude. Me explicó todo y fue el que más paciencia me tuvo. Además, estudié yo. Cuando hice El elegido también había estudiado la Constitución pero no la apliqué acá, porque creo que tiene Natalia es más fría para todo y es una gran mitómana. Se para y enfría el corazón para poder relacionarse. Me gustó mucho actuar eso.

—¿Te marcó haber interpretado a una mujer con esas características?

—Creo que es fuerte y enseña. En el segundo, o tercer capítulo, acuso a marido de abusador sexual y esas son cosas que jamás haría. Es interesante la actuación por eso, porque te deja un tiempo con la cabeza y el sentimiento a flor de piel. Me alucina. Son mundos que yo no conozco. El lobista es una persona que conecta a la gente de poder y, si vos sabés alguna singularidad de los roles, es más fácil.

El deber de un actor es no moralizar y tratar de ser lo más verdadero y creíble posible

—¿Y eso te lo deja te trayectoria como actriz?

—No creo que un actor, o un buen actor, deba ser un vago. Ahí, creo que tiene todo perdido. Creo que estudiar te da la libertad de poder estar en silencio y que te crean. No creo en ser actor sin haber pasado por una escuela de teatro. Por su supuesto que hay un montón, pero yo tengo tips y estudios de lo de Norman Briski -fue a los 13 años- que, a mí, me salvan la vida.

—¿Leticia es fría como Natalia?

—¡Ay, no! ¡Ojalá! No hay nada de Natalia que quiera incorporar a mi vida. Tal vez, alguna cuestión más fría en el amor o la distancia, pero no me sale. Además, creo que son estadios de las mujeres. Cuando podemos estar distantes, frías.. Igual, lo de ella (por su personaje) es estudiado para ser así, para no sufrir, para ser una mujer sola. Está criada para tener su departamento, su auto, su perro. Es como una chica de Manhattan.

—¿Qué te dejó El Lobista?

—Aprendí un montón de cosas que se hacen desde lo religioso hasta aplicaciones que son mentira, dinero que va a la cuenta de un grupo de personas… ¡Es verdad! Pero es como cuando ves al francotirador y decís 'Qué malo el tipo que tiraba tiros'. Yo lo hago. Me parece que el deber de un actor es no moralizar y tratar de ser lo más verdadero y creíble posible.

—¿Te gusta verte en los trabajos que hiciste?

—No. Quizás ahora pueda llegar a ver el primer capítulo, pero no me gusta verme cuando está al aire. De hecho, El elegido, fue un rol difícil, lo vi hace tres años. Todavía me preguntan por Verónica San Martín –el personaje que interpretó en la ficción de Telefe que protagonizó junto a Pablo Echarri- y me siguen haciendo comentarios.

Vi por primera vez ‘El Elegido’ hace tres años; hubiera hecho a Verónica San Martín 10 años más

—Después de tantos años del estreno, ¿viste algo que antes no habías notado?

—No vi nada distinto, pero me gustó. En ese momento, mientras grababa la tira, no la podía ver para nada. No podía, tenía que ir y actuarla. Me comentaban que decían cosas de mí, pero no miraba nada. Estaba en un proceso muy personal y, la verdad, no podía verme. Esos comentarios me ponían contenta y me parecía mentira. Pero luego con el tiempo, cuando la vi dije '¡Guau, qué locura…!'.

—De todos los personajes que hiciste, ¿fue el que más te gustó?

—En teatro prendí mucho también, sobre todo de los compañeros de la profesión. Pero a Verónica la hubiese hecho durante 10 años. No te miento. Ya cuando la hacía, la tenía muy incorporada. Estaba muy feliz. Ahora, todavía me pasa que a veces me dicen cosas, características o populares frases de Verónica y me gusta. Me gustó muchísimo hacerla.

Sinopsis de El lobista

Matías Franco (de la Serna) es un lobista, un gestor de intereses en favor de particulares, empresas y corporaciones. El mejor en su rubro. Su trabajo consiste en interceder, influir y presionar a sus numerosos contactos en el poder con el fin de concretar negocios altamente rentables y lucrativos para sus clientes. Su nombre ya es una marca registrada en este mundo de las intermediaciones, no solo por su gran olfato para las oportunidades, sino también porque su desempeño es garantía de éxito y de impunidad.

Como en todo mercado, existen competidores que buscan avanzar en el mismo terreno. Natalia Ocampo (Leticia Brédice) se ha erigido como su más feroz amenaza. Así, ambos vivirán en pugna, repartiéndose victorias y derrotas por igual.

Alberto Ajaka, Leticia Brédice, Rodrigo de la Serna y Julieta Nair Calvo (Verónica Guerman/Teleshow)
Alberto Ajaka, Leticia Brédice, Rodrigo de la Serna y Julieta Nair Calvo (Verónica Guerman/Teleshow)

Ambicioso como pocos, Franco no se detendrá ante nada ni ante nadie. En la búsqueda por concretar el "negocio de su vida", trabará relación con el pastor Elián Ospina (Dario Grandinetti), líder de la Iglesia de la Sagrada Revelación, un oscuro personaje que usará las influencias del lobista para lavar su fortuna (proveniente de los "aportes solidarios" de su "comunidad" pero también de transacciones de origen ilícito). La dificultad del caso dejará muy expuesto a Franco, quien por primera vez estará en la mira de la justicia.

Cada vez más complicado, Matías solo encontrará sosiego cuando conozca a Lourdes Inzillo (Julieta Nair Calvo) una fotógrafa free lance quien, con una mirada del mundo totalmente opuesta a la suya, irá poniendo en duda todas las certezas que el lobista tenía hasta ese momento.

SEGUÍ LEYENDO

Guardar