Myriam Bunin recordó a Carlo Di Domenico: "Su luz se estaba apagando desde hace un tiempo"

La conductora habló con Teleshow sobre su larga amistad con el diseñador que murió a los 66 años en la ciudad de Rosario

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El mundo de la moda está de luto por la muerte del reconocido modisto Carlo Di Domenico, a los 66 años, en la ciudad de Rosario. Susana Giménez, Graciela Borges, Mirtha Legrand, Teté Coustarot y Myriam Bunin fueron algunas de las famosas que lucieron sus exclusivos diseños.

"Él es, fue y será mi amigo desde hace muchos años. Me vistió diez años con estilo para las galas y mis propias fiestas del programa", dijo Bunin a Teleshow. "Era un ser adorable, divertido, mundano, creativo. Su vocación por el diseño y el glamour era exquisita. Para mí fue una gran pérdida", agregó la conductora, muy dolida.

Con un estilo único, el diseñador dejó una huella imborrable con sus colecciones durante 44 años. "He pasado mi vida con una maleta, viajando para inspirarme y traer cosas bellas a mi país. Soy un autodidacta de la moda, la llevo en mi ADN", había asegurado Carlo cuando estaba festejando cuatro décadas en su profesión.

"Muy joven empezó y muy joven se fue. Excelente tipo, divertido, llamativo… Historias de vida nunca le faltaban. Las clientas lo adoraban: vestía a novias, madrinas, adolescentes de 15 años, celebridades", recordó la periodista.

"Modisto de alma, lo he acompañado, me ha acompañado en momentos muy felices, personales y profesionales. Había sufrido pérdidas, desencuentros, pero siempre tenía energía para salir adelante", agregó la conductora del programa Con Estilo de A24 sobre la personalidad luchadora del modisto.

Además, Miriam explicó que en los últimos meses, Di Domenico no la pasó bien porque tenía problemas de salud: "Su luz se estaba apagando desde hace un tiempo. Padecía dolencias, sufrió mucho, aunque siempre estuvo luchando. Estuvo enfermo, con operaciones en la rodilla. Pero este año no lo vi. Su hijo me decía que estaba bien, pero había dejado de diseñar y estaba casi retirado".

"Fue duro para él mudarse a Rosario y cerrar el local de la calle Cerrito. Los últimos años, vivía entre Milán, Buenos Aires y mucho en Punta del Este. Ya estaban cerrados sus locales y su vida social estaba casi nula", manifestó.

"Era un amigazo. Un ser muy sensible, un profesional como pocos. Para mí, fue y será un gran diseñador -recordó Bunin con nostalgia-. Carlitos siempre será Carlitos, italianísimo de sangre y alma".

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