Ella, rubia ¡platinadísima!, como se usaba un par de décadas atrás. Él, con un colgante que también nos hace retroceder en el calendario. Pero si se compara la foto que precede estas líneas -tomada en los primeros meses de la pareja, en 2000- con una foto actual, ahí se acabarían las diferencias: Mónica Ayos y Federico Olivera disfrutan de un amor inoxidable.
"Un flechazo que el tiempo no pudo frenar", le escribió el actor a su mujer, al postear aquella imagen, y deseó: "Que nos siga cuidando Cupido. Te amo".
Pero en otra foto que Mónica posteó hace unas horas en su Instagram quedó al descubierto la fórmula del éxito amoroso que comparte con Diego: todavía mantienen la pasión, la frescura, las risas…
"No sabés jugar, Diego", lo "retó" la actriz al padre de su hija Victoria Olivera (14), luego de una partida de truco en la playa que terminó en esa mordida tan atrevida.
Sucede que, antes que un rival de temer, el tiempo es un verdadero aliado para los dos, quienes continuaron sus respectivas carreras artísticas en México. Porque además de que no hace mella sobre su relación -que atravesó distintas etapas, como cualquier otra-, parece directamente no transcurrir: ¡los años no pasan para ellos!
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