Rocío Guirao Díaz se animó a trepar una palmera pero disfrutó de unos tragos en la arena. Practicó pladdle board (el deporte acuático donde se rema parado sobre una especie de tabla de surf) como así también se relajó en la pileta. Se perdió "en la inmensidad" de la selva de Tulum del mismo modo que disfrutó de las comodidades de un hotel cinco estrellas -exclusivo para adultos- en Akumal, allí donde se puede nadar entre tortugas.
Así transcurren las vacaciones de la modelo en la Riviera Maya mexicana, adonde viajó acompañada por su amiga Carolina Suki, ya que su marido, Nicolás Paladini, y sus tres hijos (Atiana de 9 años, Indio de 7 y Roma de dos) se quedaron en Argentina.
Y en su cuenta de Instagram, Rocío compartió el álbum de un viaje soñado.
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