Se dio a conocer en 1945 como ocurría en aquellos años: con un gran evento social, con fotos en los diarios más importantes, con un encuentro familiar y una entrevista en la que ella lo dejaba muy claro: iba a dejarlo todo para casarse con un joven cordobés con el que se había comprometido.
Con apenas 17 años, Mirtha Legrand anunciaba su retiro cuando llegara 1946. Se despedía una de las grandes figuras del cine argentino, que en esos años atravesaba su época de oro. Sin embargo, pese a la conmoción que provocó la noticia, aquel enlace y su supuesto retiro del mundo del espectáculo quedaron truncos.
El misterio, de todos modos, persiste: ¿quién era aquel hombre por el que una de las máximas figuras del país casi lo deja todo? ¿Cómo nació aquella historia de amor?
"Soy feliz, el amor nos ha conducido por su ruta encantada. Yo sabía que lo hallaría y ya ve… tengo tanto que agradecer a la vida. Hasta ahora nada me ha negado", decía entusiasmada la diva en 1945, en una entrevista con la revista Cine Argentino.
En ese artículo periodístico, que llevaba como título "En 1946 Mirtha Legrand se retirará de las actividades artísticas", la estrella cinematográfica anunciaba con entusiasmo que se acababa de comprometer y hasta aclaraba algunos rumores que circulaban en aquellos tiempos sin celulares, redes sociales ni grandes posibilidades tecnológicas.
"No me he casado, como se ha dicho por ahí, solamente me comprometí, tal como lo habíamos resuelto dos meses antes", señaló la actriz para despejar algunas confusiones que surgieron en aquella ocasión.
Ocurrió que un diario de la época había asegurado en esos días que ella había contraído matrimonio con su entonces prometido, el joven Julio Albar Díaz, de 19 años. Pero en realidad, la pareja apenas había anunciado su compromiso, con un intercambio de anillos y un encuentro familiar que se prestó al equívoco.
Las familias de los futuros contrayentes se reunieron en Córdoba a comienzos de 1945, en la casa del padre del novio.
"El señor Albar Díaz, estudiante universitario, escritor, hombre de inquietudes, ha llegado al corazón de Mirtha Legrand y ella ha llegado al corazón de él, en la fantasía de sus bellas juventudes. Y serán felices porque son capaces de entender las verdaderas efusiones del cariño", afirmó Cine Argentino.
Según le confirmaron a Infobae allegados a la familia de Albar Díaz, Julito, como lo conocían todos, había conocido a Legrand en 1944. Los jóvenes coincidieron en una fiesta del Jockey Club de Córdoba, de donde él era oriundo. Entre bailes, intercambio de miradas y música, el "flechazo" fue instantáneo. "Amor a primera vista", aseguran quienes conocieron a aquellos jóvenes enamorados.
Julito llegó a presentar a la joven artista a sus amigos pero había algo que lo atormentaba: por las costumbres de la época, él no quería que su futura esposa fuera actriz. Por aquellos años, el trabajo artístico no gozaba de buena fama.
Es por esto que no sorprendió a nadie que en 1945 Legrand afirmara que planeaba casarse, abandonar su carrera y dedicarse "exclusivamente al cuidado del hogar".
"Cuando yo haya dado fin a todos mis compromisos me retiraré de las actividades artísticas por completo", afirmaba.
Pero faltaba para eso: el novio estaba haciendo el servicio militar, era subteniente de reserva, y a ella le quedaban pendientes algunos trabajos.
"Yo tengo que cumplir mis compromisos con Luis Sandrini, en la temporada que realizaremos en el teatro Politeama, aparte de los resueltos con las empresas filmadoras. Tendré que cumplir una inmensa labor durante todo 1945", detallaba Legrand a la publicación.
En tanto, sobre Albar Díaz, explicaba: "Mi novio en estos momentos está bajo bandera, tendrá que dar fin a su carrera".
Aquel 1945 repleto de grabaciones haría cambiar repentinamente todos aquellos planes de vida hogareña en Córdoba y boda. Es que, entre todos los compromisos laborales, Chiquita viajaría a Buenos Aires para filmar la película Cinco besos, bajo la dirección del cineasta Luis Saslavsky.
Fue ese director quien, en medio de los sets de filmación de la prestigiosa Argentina Sono Film, puso en contacto a la artista con un colega, Daniel Tinayre.
La elegancia de aquel hombre francés de 35 años y ya célebre en el mundo del cine, impactaría de manera tal a Legrand que de inmediato, según contó en distintas entrevistas a lo largo de los años, quedó deslumbrada.
Esa misma tarde él le envió un ramo de flores y una nota: "Hoy ha sido un día inolvidable porque la he conocido".
¿Qué ocurrió entonces con el joven cordobés que se había conquistado el corazón de la diva? Los testigos de aquellos lejanos tiempos aseguran que él y la actriz cortaron "en buenos términos" y rompieron el compromiso. De hecho, la diva continuó por varios años en contacto con una hermana del hombre, a quienes todos conocían como "Nena".
Albar Díaz, por su parte, contrajo matrimonio en su provincia natal y formó una familia numerosa. Mirtha Legrand, lejos de abandonar su trabajo, continuó con su exitosa carrera (de hecho celebrará en junio un récord, con 50 años en pantalla al mando de sus clásicos almuerzos televisivos).
En mayo de 1946 se casó con Tinayre, en una boda que todavía varios recuerdan. Luego de una accidentada ceremonia civil -la pareja chocó el auto del juez que los casaría minutos antes de ingresar a la boda-, dieron el sí en la Iglesia San Martín de Tours, de Palermo Chico.
En febrero pasado, cuando Valeria Bertuccelli visitó su programa, la conductora aceptó que había estado comprometida con un joven cordobés. Es que en la familia de la actriz y directora de la reciente película La reina del miedo, donde varios se dedicaron a la orfebrería y a la joyería, se repitió durante años una historia: que en Córdoba el bisabuelo de la mujer de Vicentico había hecho las alianzas de compromiso de la diva. Pero nunca se terminó de aclarar cuándo ni por qué.
Fue entonces que, pese a que Legrand se mostró reticente frente al tema de aquel romance juvenil, aclaró: "Vos sabés que no estás tan equivocada, eran las mías".
Entonces brindó más detalles y emocionada relató: "Porque yo estaba de novia con un joven cordobés con el que me comprometí, pero en ese interín volví a Buenos Aires y hete aquí que lo conozco a Daniel Tinayre. Rompí mi compromiso con el joven cordobés, que ya no está entre nosotros, y me casé con Daniel".
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