Daniel Sais vive en Ecuador hace 16 años y tiene un extenso recorrido en el rock nacional. Fue tecladista de Soda Stereo en tres discos del grupo, participó del álbum Oktubre, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota; compartió horas de trabajo con Charly García en el regreso de Serú Girán en 1992, y además colaboró con Virus y David Lebón, entre otros.
En junio próximo comenzará una gira por distintos países de la región al frente de Soda Eterno, el show en el que interpreta los temas de la banda de rock más popular del continente y que ya vieron más de 80 mil personas.
En diálogo con Teleshow, comentó en qué consiste el proyecto que puso en marcha hace dos años, recordó sus épocas con la banda de Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti, contó anécdotas y se refirió a su trabajo con Los Redondos y Charly García.
Respecto a Cerati, recordó: "Conocí de cerca su forma de trabajar y su personalidad. Era distante, poco cariñoso, con un humor muy británico, muy consciente de lo que quería y con un talento inconmensurable. (…) Egocéntrico, como todo genio".
-Desde abril de 2016 estás al frente de Soda Eterno, con quienes girás por toda América tocando la música de Gustavo Cerati. ¿Cómo surgió el proyecto? ¿Qué te motorizó para darle forma?
-Te cuento que Soda Eterno no es en sí una banda. Es el nombre de un show. Somos un elenco y así lo vivimos. Los músicos cambian, no intenta perdurar como sucedería con una banda. Somos un espectáculo musical, casi teatral, que recorre lo más querido de la música de Gustavo Cerati.
La idea surgió para festejar que se cumplían 30 años de mi entrada a Soda como tecladista y empezamos en abril de 2016 a armar un solo show para inicios de 2017, que se haría en Quito.
Soda Eterno no es en sí una banda. Es el nombre de un show. Somos un elenco y así lo vivimos
El plan no era continuar, sino hacer ese único show tocando esas canciones que toqué infinidad de veces con Soda. Tardamos menos de lo que creímos y lo tuvimos listo para agosto de 2016. Adelantamos el festejo -debería haber sido en 2017- y nos presentamos el 5 de agosto en Quorum Quito.
Al levantar imágenes y audios en mis redes comenzaron a llegar pedidos de varios países para hacer el show en distintas ciudades. México fue el primero que se interesó fuertemente y en octubre estábamos girando allí. Fue una enorme y grata sorpresa. Hoy, menos de dos años después del primer show, ya nos han visto más de 80 mil personas.
-Formaste parte de Soda Stereo en los discos Ruido Blanco, Doble Vida y Languis. Estamos hablando de fines de los '80, cuando el grupo ya estaba consagrado. ¿Qué recordás de esa época? ¿Qué te genera hoy, después de 30 años, tocar esas canciones?
-Yo era un músico de sesión, programador y técnico de estudio. Entrar a Soda y comenzar a presentarme ante públicos gigantes fue un shock. Viví épocas de crecimiento donde la banda tocaba en un país ante 20 mil personas y en otro para 200. Eso me enseñó muchísimo, cosas que hoy aplico en todo lo que hago.
Soda no era en esa época un grupo divertido. Había tensiones y nervios. Pocos momentos de verdadera diversión
Soda no era en esa época un grupo divertido. Había tensiones y nervios. Pocos momentos de verdadera diversión. Se veía todo muy profesionalmente. Claro, hoy no me parece tan pro lo que vivíamos. Era una época bastante precaria.
En estos días, cualquier banda de bar tiene más equipo que el que usábamos nosotros, por ejemplo. Pero creo que esa precariedad le da aún más valor a esas vivencias: se hacía mucho con poco.
-¿Por qué crees que sigue tan vigente la música de Soda Stereo?
-Por la genialidad de Gustavo, la infalible química del trío y una cuota de oportunidad. Estar en el momento exacto. Soda llegó siendo una estética musical y visual inexistente hasta ese día poniendo a la música latina en el mismo nivel que la inglesa y con letras que podías entender.
No había ninguna banda así en toda Latinoamérica. Y mutó cuantas veces quiso Gustavo. Disco tras disco. Ningún disco se parece al anterior, sin atarse al éxito, sino proponiendo y buscando.
Eso demuestra la genialidad de Gus. Charly y Zeta le dieron el andamiaje químico que necesitaba Gus. Sin ellos Soda no hubiese sido posible. Ninguna de las formaciones solistas de Gustavo logró esa comunión.
(Soda Stereo interpretando "Final Caja Negra" en 1987 en Ecuador junto a Daniel Sais)
-Te quería preguntar por Cerati. Vos estuviste muy cerca de él. ¿Cómo era en la intimidad?
-No conocí nunca la intimidad personal de Gustavo. Nunca fui a su casa. Nunca vino a la mía. Así era Soda, jamás nos juntamos a comer una pizza para festejar un cumpleaños, salvo que estuviésemos en gira.
Conocí de cerca su forma de trabajar y su personalidad. Era un líder absoluto y demandante sin llegar a ese perfeccionismo que nace de la vergüenza o del miedo.
(De Cerati) conocí de cerca su forma de trabajar y su personalidad. Era distante, poco cariñoso, con un humor muy británico
-Se dijo mucho que Gustavo era obsesivo cuando estaba en un estudio de grabación. ¿Qué aprendiste de haber trabajado a su lado y que se pueda decir que aplicás en tu tarea cotidiana?
-No concuerdo en que fuese obsesivo. Era seguro y estaba al tanto de todo lo que sucedía. Muy conocedor de los recursos y la tecnología. En permanente búsqueda de algo más, de algo nuevo.
Disfrutaba de la casualidad, del caos, improvisando y jugando con la música y atento a que "algo" apareciese. Y siempre apareció. Su alto nivel de estética le permitió reconocer esas perlas apenas las vio. Cualquiera de nosotros no las hubiese reconocido.
-Debés tener muchas anécdotas con Gustavo, Zeta y Charly. ¿Nos podés contar alguna que siempre recuerdes?
-Miles. Una que marca el control de Gus en todo sucedió en el momento final del show en Guayaquil, durante la gira Me Verás Volver. Yo vivía en Guayaquil en ese momento y Soda me invitó a tocar "Prófugos" en esa actuación.
Antes de bajar por la escalera del escenario, Gus se detiene y dice: "¿Qué pasó que Adrián (Taverna) tarda tanto en poner la música para que el público salga?". Gus sabía TODO lo que sucedía en un show.
-Te voy a sacar un poco de Soda Stereo para llevarte a la otra gran banda del rock nacional: Los Redonditos de Ricota. ¿Qué recordás de la experiencia con ellos? ¿Cómo los conociste y cómo te convocaron?
-Yo trabajaba en el estudio Panda como programador de sintetizadores. Para esos años (1983-1987) casi nadie sabía programarlos. Hoy tampoco, pero traen muchos programas de fábrica. ¡Antes no! Y yo me ganaba mi plata haciéndolo.
Un día me llamaron del estudio para ir a trabajar en medio de la noche. Me molestó un poco ir a esa hora pero laburo es laburo y fui. Resultó ser para Los Redondos y programé y toqué para tres o cuatro temas de Oktubre. Discazo.
Recuerdo sentarme a escuchar hablar al Indio (Solari). Hablaba de manera fascinante y éramos unos cuantos escuchándolo filosofar y hablar de historia política
Fue muy poco lo que interactué con ellos pero recuerdo sentarme a escuchar hablar al Indio (Solari). Hablaba de manera fascinante y éramos unos cuantos escuchándolo filosofar y hablar de historia política. Uno de mis tantos momentos "Forrest Gump" donde aparezco, sin saber cómo, en medio de una historia muy grosa.
-Perdoname que te pregunte por tantas personalidades pero trabajaste con muchas. Además de estar muy cerca de Cerati y del Indio Solari, colaboraste con Serú Girán en 1992. ¿Qué recordás de las horas de trabajo junto a Charly García?
-Eso fue un caos. Pedro Aznar me llamó para que me hiciese cargo de la programación de los teclados de Charly. Yo ya había trabajado con David Lebón en vivo y grabé con él el disco Contactos en 1989 y con Pedro habíamos tenido contacto haciendo música para el Ballet Contemporáneo del teatro San Martín.
Fui a los ensayos de Serú y eran alucinantes. Tocaban un tema de ellos y diez de Beatles, Deep Purple, qué sé yo… de todo. Si esos ensayos estuviesen grabados serían una perla increíble. Y yo, Forrest, ahí paradito.
Charly (García) estaba en un momento alocado. Se paraba en los teclados, caminaba, sacaba fotos
Charly estaba en un momento alocado. Se paraba en los teclados, caminaba, sacaba fotos y volvía. Cuando volvía, ponía las manos en las teclas y era magistral. Yo había soñado con Serú toda mi vida, crecí con su música y vi todos los shows que pude. Estar ahí fue tocar el cielo con las manos.
Grabar el disco fue otra cosa. Cada uno tenía su estilo de personalidad, sus demandas, sus excentricidades. No la pasé para nada bien y mucha gente cree que el resultado de ese disco demuestra que hay cosas que no deben revivirse.
-Estás radicado en Ecuador desde hace 16 años. ¿Por qué elegiste ese país para vivir? ¿Qué te atrapó?
-Viví en Guayaquil diez años y hace seis que estoy en Quito. No es que haya elegido muy conscientemente vivir en Ecuador. Vine por un trabajo pensando que me quedaría un par de meses y me fui quedando.
Me atrapa la tranquilidad con la que vivo, la seguridad -aunque tiene sus cosas como todo lugar-, la estabilidad económica gracias a la dolarización…
Es un país en el que podés soñar, trazar un plan y concretarlo. No te pone un millón de trabas para todo, como sabemos que pasa en otros lugares. Aquí tengo mi vida, mis amores y mis amigos. Aquí me quedo.
(Soda Eterno haciendo "En el séptimo día")
-Volviendo a Soda Eterno, el 14 de junio comienzan una gira que los llevará por Ecuador, Colombia, Argentina, Uruguay y Chile, según lo visto en las redes sociales. ¿Cómo se están preparando y con qué expectativas la encaran?
-¡Así es y mucho más! El espectáculo también tiene fechas en Honduras, Costa Rica, El Salvador, Bolivia, Perú, Estados Unidos… La sexta gira mexicana. Le brindamos a la gente un show de alto nivel para que se emocione con la música que más nos gusta, a los que están en la platea y los que estamos en escena.
Vivimos este momento sabiendo que lo estamos haciendo bien, tocando la obra de Gustavo como hace una sinfónica con las obras de Mozart, un grupo de bossa que interpreta a Jobim o un trío de Jazz con Coltrane. No somos una banda tributo. Las bandas tributo recrean a otra banda: su música, su estética, un determinado momento, un determinado show. Nosotros no.
Interpretamos esas canciones con fidelidad y poniendo nuestra impronta personal. Cuando ves Soda Eterno, no queremos que creas estar viendo a Soda, no es nuestro objetivo. Sabés que estás disfrutando de un muy buen show para emocionarte con maravillosas canciones.
-Por último, quería consultarte cómo ves la escena actual del rock sudamericano. ¿Qué bandas te sorprendieron en el último tiempo y hacia dónde creés que va la música latina?
-¿Sorprenderme? Imposible. Nada sorprende ya. Ni en América Latina ni en el resto del mundo. Todo es reciclado, refrito y recalentado. Se acabó la búsqueda. Claro que hay gente que toca y suena bien, pero todo ya lo escuchamos.
Creo que tenemos una grave crisis en la música. Es fácil: preguntale a cualquier chico de 15 quiénes son sus ídolos del rock y te mencionará a tipos que tienen más de 50 años
Creo que tenemos una grave crisis en la música. Es fácil: preguntale a cualquier chico de 15 quiénes son sus ídolos del rock y te mencionará a tipos que tienen más de 50 años. Todos abuelitos. "La Gerontocracia del Rock". ¿Qué va a pasar cuando todos esos abuelitos se mueran? No hay ídolos jóvenes para chicos jóvenes. Los referentes son todos de la tercera edad.
Muchas veces dicen que Gustavo será irremplazable. Es completamente cierto. Pero ya deberíamos tener varios "Gustavos" nuevos. Artistas que te deslumbren y que al verlos sepas inmediatamente que en 30 años estaremos hablando de ellos como estamos haciendo, sobre Gustavo, vos y yo en este momento.
Soda Eterno en Internet: sodaeterno.com // Facebook: Soda Eterno Tour Twitter: @sodaeternotour // Instagram: sodaeternotour
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