"Si hubiese sabido de entrada que tenía trombofilia, quizás no hubiera pedido el embarazo anterior". Belu Lucius se pone seria porque la situación lo amerita: aún siendo frecuente, muchas mujeres desconocen que padecen esta enfermedad -que afecta la coagulación de la sangre-, ya que no suelen presentar síntomas. Y así como le sucedió a Laura Panam Franco (quien tiempo atrás perdió un bebé a días de su nacimiento), la influencer de 30 años sufrió sus consecuencias.
Pero ahora Belu es pura esperanza. "Estoy pasando el mejor momento de mi vida, gracias a Dios", dice la esposa del rugbier Javier Ortega Desio. Sucede que está embarazada de cinco meses. Y se debe a la intervención divina, como resalta, pero también a las inyecciones de heparina que se aplica a diario.
Le tengo terror a las agujas. Pero la aguja de la heparina es rechiquitita
Es entonces cuando Lucius vuelve a sus bromas habituales, aquellas que la convirtieron en una referente de Instagram. Las utiliza para explicarles a sus seguidoras de un modo didáctico y a la vez divertido -mechando frases de Román Riquelme y Mario Baracus, entre otros- de qué manera debe darse las inyecciones sobre su panza.
"Le tengo terror a las agujas -exclama, abriendo bien grande los ojos-. (Pero) la aguja de la heparina es rechiquitita". Y advierte, como para quitarle dramatismo a esta práctica: "Un diabético se pincha cinco veces por día. Vos te tenés que pinchar una vez, y por nueve meses".
A mediados de 2017, cuando atravesaba su tercer embarazo (tuvo dos hijos sin saber que tenía este trastorno), Florencia Peña también buscó concientizar a sus seguidores sobre la problemática de la trombofilia y la necesidad de una ley que ampare a quienes la padecen. Lo hizo con una foto exhibiendo los moretones que dejaban en su panza las inyecciones de heparina.
"Sin esto, mi bebé no puede vivir", decía Florencia, mostrando una dosis de heparina. En aquel momento su postura pública le valió un fuerte cruce con la doctora Mariana Lestelle. Pero hoy, la actriz disfruta de Felipe. Gracias a Dios. Y a la heparina.
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