"Desde que lo tuve en la panza soñé con que me mire y que me conozca. Que me diga 'mamá te veo' sería mi misión cumplida, el anhelo de mi vida", dijo a Teleshow, Cintia Rivadera, la mamá de Santino, el nene de tres años que se prepara para viajar a China para someterse a un implante con células madre que le permitirá recuperar su visión.
El pequeño necesita 32 mil dólares, solo en concepto de tratamiento, además de los pasajes y otros gastos. María de Cerro y Meme Bouquet fueron algunos de los famosos que se sumaron a la campaña solidaria a través de Saun.org.
"Muchos somos papás y sabemos lo que es tener un hijo, desde mi familia estoy muy involucrada en la discapacidad y es importante apoyar estas causas", dijo la actriz en Arriba Argentinos acompañada por su marido. Para ayudar a Santino, se puede donar dinero a través de la web de Saun o por transferencia bancaria.
"Mery y Meme son un amor de personas, los dos tienen el corazón en la mano y te lo brindan sin mirar atrás", contó Cintia sobre el encuentro entre su hijo y la ex Bailando y el DJ. La campaña por ahora está "tranquila", pero la familia no pierde las esperanzas. El año pasado mucha gente se sumó a ayudar, incluso varios famosos como Luciano Pereyra, Sebastián Estevanez y Julián Weich, que colaboraron para hacer una movida a través de las redes sociales.
La historia de Santino
Nació a las 31 semanas de gestación con un peso de 1,610 kilos. Por una negligencia médica, con apenas horas de vida adquirió Retinopatía del Prematuro Grado 5, una enfermedad que se da por una anomalía en los vasos sanguíneos, lo que conlleva a la cicatrización de las retinas, ocasionando desde pérdida de visión hasta ceguera total.
"Le pasa a muchos prematuros, es algo que no tiene cura acá (Argentina) porque es fácil de prevenir. A pesar de eso hay casos como el de él, que no controlaron, lo de él pasó porque no actuaron en el momento con el disparo de láser", contó Cintia, quien está en juicio con el hospital y los médicos que atendieron a su hijo, aunque entiende que el legal, es un proceso largo: "Soy una aguja en un pajar, es muy difícil, además hasta nos enteramos que adulteraron la historia clínica".
Sin embargo, la familia prefiere mirar hacia adelante y buscar soluciones: "Trato de no pensar y no atormentarme con lo que tendría que haber pasado. Busco que esto no avance y no perder ni un segundo. Desde que lo tuve en la panza soñé que me mire y que me conozca, que me diga 'mamá te veo' sería mi misión cumplida, el anhelo de mi vida", agregó entre lágrimas.
Encontrar el tratamiento no fue fácil, incluso le sugirieron a los padres de Santi realizarle una operación para sacarle el ojo izquierdo, que en ese momento estaba considerado como "perdido". "Gracias a Dios me negué y solo me importó no perder la esperanza y llegó a nuestras manos la historia de Ezequiel, un nene de Mendoza que hizo el mismo tratamiento, también en China", recordó Cintia.
Fue así como el 14 de noviembre del año pasado la familia armó sus valijas y viajó a Pekín para iniciar la primera fase del tratamiento, para la cual habían recaudado con ayuda de la gente 45 mil dólares.
Aquella primera internación que duró quince días consistió en realizarle a Santi una serie de implantes con células madre que hicieron que volviera a irrigar sangre y que su ojo izquierdo renaciera. Con resultados positivos, el pequeño regresó a Salta percibiendo luz por ambos ojos.
Lo que viene
El nene, que en junio cumplirá cuatro años entiende todo, incluso por las noches intenta tranquilizar a su mamá, asegurándole que "Diosito" los va a ayudar: "Él me llena de fortaleza, es mi motor y lo elegiría mil veces", dijo Cintia que aunque por dentro está dolida, intenta que Santi y su otro hijo más chico sean felices: "Traté de hacer las cosas bonitas, cuando vamos por la calle y estamos por llegar al cordón de la vereda por ejemplo, les canto".
El próximo 29 de julio comenzará la segunda fase del tratamiento y la familia está recaudando dinero. A partir de este segundo implante el pequeño ya podrá ver definitivamente: "No existe un 'no', porque la sangre ya llegaría a los órganos de la vista. Después tendrá que hacer una estimulación, para ir aprendiendo día a día porque su cerebro no está acostumbrado a ver".
Cintia deseó y se imaginó miles de veces el día en que su hijo pueda ver, que cada vez está más cerca: "Esto va a llegar a su fin y nos vamos a acordar entre risas y miradas. Dios quiera que en el futuro él tenga una hermosa familia. Una vez que él vea, yo ya cumplí como mamá".
¿Cómo colaborar?
– A través de la página Saun.org
– Por transferencia bancaria:
Titular: Rivadera Cintia Fabiana
Sucursal 3070 Salta
Cta numero 4533747171
Cbu 0110453430045337471715
– También están disponibles las redes sociales para contactarse con la familia:
Facebook: Un milagro para Santino
Twitter: @AyudaXSantino
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