Hace unos meses, fui al teatro Maipo a ver un espectáculo y me quedé contemplando unas antiguas fotos en blanco y negro de artistas que estaban colgadas en los pasillos. Cientos de figuras, humoristas, vedettes y bailarinas pasaron por este lugar que fue creado el 7 de mayo de 1908. Pero, me sorprendí todavía más cuando Ariel Tarico me comentó en una entrevista que la sala tenía una magia rara, debido a los fantasmas de los artistas que estaban dando vueltas por allí.
Tras publicar la nota, pasaron unas semanas hasta que lo volví a contactar para preguntarle si le había pasado alguna situación extraña. "Los técnicos comentan cosas, como por ejemplo que hay alguna determinada luz que se prende sola. Pero en general, las historias que he escuchado del Maipo son de fantasmas buenos —me respondió el humorista—. En todos los camarines, estarían los fantasmas de los cómicos de la vieja época: Don Pelele, Barbieri, Dringue Farías… En mi caso, la mística que siempre hubo cuando actué ahí fue muy positiva, te sentís como un pez en el agua. El clima siempre es de diversión".
Interesada por conocer más sobre los secretos que guardan las paredes del Maipo, me comuniqué con Lino Patalano, el destacado productor de 72 años que lo compró hace más de 20 años y conoce cada rincón de este emblemático lugar ubicado en Esmeralda 443. "El teatro fue siempre lo que me gustó, de lo que viví y lo que hice. Estoy acá desde 1994. Cuando sos productor elegís la sala y dónde hacer los espectáculos, pero estar en el Maipo es un gran responsabilidad: tenés que mantener todo el año la actividad, el personal. Y a mí me gusta que esté limpio, que los camarines sean acogedores, que el aire acondicionado funcione y que las lamparitas estén todas prendidas. Es un desgaste enorme, pero también es muy placentero", dijo el empresario teatral.
Cuando le pregunté sobre los relatos de los espíritus que suelen contar quienes trabajan allí, el director teatral me contestó: "No son fantasmas, son energías. Yo no creo en la muerte, sino en un cambio de estado: uno deja el cuerpo y cambia de estado. Las energías de todos lo que pasaron están acá". Y me relató la triste historia de un trabajador que se suicidó durante una función: "Hay una energía fundamental: la de Cáceres, un maquinista chileno. En un momento, le decretaron tres meses de vida. Se estaba haciendo el espectáculo 'La mujer del año' (con Susana Giménez). Él vino, hizo todo su trabajo, se bañó, se vistió y se ahorcó en el techo del teatro, del lado de afuera. Dejó dicho lo que le pasaba: no tenía familia, no quería volver a Chile y quería morir en el lugar que más amó".
Yo no creo en la muerte, sino en un cambio de estado: uno deja el cuerpo y cambia de estado
Asimismo, explicó cómo hicieron para lidiar con el fantasma: "Ese cadáver quedó tres funciones ahí en el techo. Cuando llegamos nosotros, Cáceres estaba muy enojado, pero después nos amigamos. Con Alfredo Alcón y Norma Aleandro lo seducimos y ahora es un amigo". Luego, señaló que tras su muerte, le pasaron sucesos raros, como cuando se quedaba solo en el teatro y de repente el ascensor del edificio subía. "A lo mejor era casualidad y había un cortocircuito, no sé…", reflexionó.
Otro personaje que recordó fue a Cris Miró, la travesti que logró ganarse un lugar destacado en el mundo del espectáculo y fue furor en los 90. Él la convocó para ser vedette del espectáculo Viva la revista. Patalano la definió como "una gran amiga y una gran persona" y contó una anécdota que ocurrió el día de su fallecimiento: "Estaba con un amigo en mi oficina. Hay un pasillo largo que se comunica con la otra oficina, donde trabajaba Campana, el administrador del Maipo. Mi amigo me dice: 'Llegó Campana o alguien'. Voy para allá para saludarlo y no había nadie. Cuando vuelvo, suena el teléfono y me dicen: 'Lino te tenemos que dar una mala noticia, acaba de morir Cris Miró'. Para mí, ella vino al Maipo".
Más allá de los anécdotas relacionadas a los espíritus, el productor teatral explicó que suelen ocurrir extraños episodios, como cuando el popular humorista Enrique Pinti presenta un espectáculo allí: "Cada vez que Pinti actúa en el Maipo, aparece un murciélago. Él le tiene terror a todo lo que es plumífero y volador. No sé de dónde viene, porque después el murciélago no está".
En esas tablas actuaron diversas figuras como Niní Marshall, Tita Merello, Libertad Lamarque, Enrique Santos Discépolo, Ethel Rojo, Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Moria Casán, Julio Bocca, Carlos Calvo, Luisina Brando, Antonio Gasalla, Tato Bores, Susana Giménez, Norma Aleandro y Alfredo Alcón, entre tantos otros. "Yo creo que acá dentro están todas las energías de los que pasaron y trabajaron acá. Es una mística. Un teatro sin trayectoria, es un teatro sin alma, porque el alma se lo dan los que suben al escenario y los que dejan su pasión", explicó Lino sobre el Maipo, que en 2018 cumplirá 110 años.
Yo creo que acá dentro están todas las energías de los que pasaron y trabajaron acá. Es una mística
Un trabajador incansable:
Patalano comenzó a trabajar en el mundo del espectáculo en 1961. Construyó una importante carrera y es uno de los productores más destacados del ambiente artístico. Trabajó con Mercedes Sosa, Astor Piazolla, María Elena Walsh, Niní Marshall, Antonio Gasalla, Facundo Cabral, Los Les Luthiers, Julio Bocca, Carlos Perciavalle, Liza Minnelli, Shirley Maclaine, entre muchos otros. "Es una fiesta trabajar con el 90% de los artistas y con el otro 10% es un infierno", reconoció.
Además, explicó que hacer teatro siempre fue difícil en cualquier lado, pero en Buenos Aires mucho más, porque en todo el mundo el teatro está subvencionado. "A los productores de teatro argentinos no hay con qué darle —explicó el empresario teatral—.Las producciones que hacemos todos es como si fueran de Broadway, Londres o París, pero con pocos recursos. No somos millonarios".
¿Cuál es la clave para que un espectáculo sea exitoso? "El productor tiene que coincidir con lo que el público quiere ver en ese momento. Esa es la fórmula. Si coincidís con lo que quiere ver el público, es un éxito, si no coincidís, te vas a la mierda. Es por olfato, yo juego a lo que me gusta a mí. A veces coincido y otras no".
Tras haber pasado la barrera de los setenta, Patalano no piensa en retirarse: "Tengo una filosofía: el que trabaja en lo que ama, no trabaja. ¿Por qué me voy a retirar, me voy a ir a un geriátrico? Yo amo lo que hago, sufro, gozo, vivo de ello hace muchos años, algunas veces bien, otras veces mal. Es un juego que me encanta. Me voy a retirar cuando cambie de estado o cuando la cabeza ya no me funcione. Igual si no me funciona tampoco me voy a dar cuenta si me retiro o no me retiro".
Lino está teniendo un 2018 muy intenso, con mucho trabajo y diversos proyectos. Con Gustavo Yankelevich decidieron renovar el antiguo teatro Liceo (ahora rebautizado Liceo Comedy) y pusieron una programación dedicada exclusivamente al stand up. "Las personas me dicen: 'Qué visión, cómo se te ocurrió esto'. Yo qué sé, no se me ocurrió, se dio. El teatro más viejo de Buenos Aires tiene a toda la corriente más nueva de comediantes. Todo es casualidad", aseguró.
También presentará el viernes 6 de abril en el Maipo Sunset Boulevard, el musical de Andrew Lloyd Webber protagonizado por Valeria Lynch: "Esto es como cuando vos te podés hacer un regalo. Es carísimo porque son 17 músicos, como 24 artistas, pero es un regalo para mí. Espero que el público lo sienta. Será una gran fiesta".
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