Vivió en Europa hasta los 6, le regalaron un 0 km a los 12 y escribió un libro, "Hija de Dios": la vida de Dalma Maradona

Fue una persona pública desde que nació, estudió actuación para vencer la timidez, escribió una obra catártica sobre la relación con su padre, Diego Maradona, y fue testigo de las anécdotas más increíbles

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En un cumpleaños, su padre -un tal Diego Armando Maradona– le hizo un regalo especial. Le dio unas llaves y le mostró un vehículo estacionado. Le estaba regalando su primer 0 km. Sorprendida, Dalma Nerea Maradona le dijo que tenía solo 12 años, y que no sabía manejar.
Y Diego: —Bueno, que lo manejen tus amigos.
Y Dalma: —Papá, mis amigos también tienen 12 años…

Es una de las tantas anécdotas que cuenta Dalma en su libro autobiográfico: Hija de Dios. Puede parecer una más en la lista de acciones extrañas y encantadoras de Maradona, pero refleja casi cabalmente el amor incondicional, la falta de conciencia absoluta, la desmesura en cada gesto, la irresponsabilidad, la inocencia, la originalidad. La lista de atributos es infinita. En todo caso, lo que refleja a las claras es que la vida de Dalma nunca fue una vida ordinaria. Y vale la pena, como en el más lisérgico de los cuentos de hadas, recordarla una vez más.

Nació un 2 de abril de 1987. Lógicamente, tiene que haber sido concebida 9 meses antes; es decir, en algún momento de julio del 86, en la cima máxima de Diego, recién consagrado campeón del mundo (la final con Alemania en México fue el 29 de junio de 1986), y líder absoluto en el Nápoli. Vivían junto a Claudia Villafañe justamente en Nápoles, al sur de Italia.

Dalma en los brazos de su papá
Dalma en los brazos de su papá

Diego, dueño de la adoración de toda la ciudad, hacía lo que quería. Fue su mejor etapa futbolística. De ese entonces, el propio deportista recuerda una anécdota. Según relata, estaban en su casa a la medianoche cuando Claudia, embarazada de Dalma, tuvo un antojo de choripán. "¿De dónde querés que saque un choripán a esta hora?", le respondió Diego, pero ella insistía. Se subieron al auto y salieron a recorrer la ciudad.

Después de buscar un rato largo, encontraron un puesto como los de la costanera porteña. Diego bajó del auto con gorrita y guantes para esconderse de las miradas y se acercó al vendedor. Le pidió lo más parecido a un choripán que tenía, y se dispuso a pagarle. Pero el tipo lo reconoció a los pocos segundos y se puso histérico. "Vos sos Maradona", le decía nervioso, "¡Vos sos Maradona!", cada vez más fuerte. Diego no sabía cómo callarlo para que no se enterara todo el mundo alrededor. En ese contexto creció Dalma: escuchando alabanzas al padre desde que estaba en la panza.

Con su mamá, todavía en Italia
Con su mamá, todavía en Italia

Sin embargo, no nació en Italia sino en la Argentina, en la Clínica del Sol. Unos meses después se fue para Nápoles. Vivió en Europa hasta los seis años. A esa edad su padre se mudó a España para jugar en el Sevilla y Dalma se volvió a la Argentina para vivir con su abuela Pochi, la madre de Claudia. "En Sevilla, cursando primer grado la pasaba muy mal: nadie me hablaba porque yo no era española", contó. Ya en Buenos Aires, fue al primario en Núñez, al colegio Pueblo Blanco, al mismo colegio al que asistieron, por ejemplo, los hijos de Guillermo Francella y Ricardo Darín.

Fue en esos años, a los ocho, cuando tuvo el primer acercamiento a lo que luego adoptaría como su profesión. Se sumó al elenco de Cebollitas y fue parte del éxito televisivo juvenil de Telefe. Ella era Sofía, una de las chicas del club. "A esa edad no tenía mucha conciencia. Hacía la mía. Tenía ganas de estar ahí: adentro de la tele. Fui a un casting, quedé y entré. Iba a un colegio de doble turno en donde era la mudita, no hablaba con nadie. Salía de ahí y me iba a grabar sabiendo que no me podía quejar de nada frente a mis padres", dijo en una entrevista con La Nación.

Muchos años después, ya egresada del colegio St. Edwards (donde realizó el secundario), se inscribió en el Instituto Universitario Nacional de Artes y se recibió de Licenciada en Actuación. Antes, estudió en la escuela de Hugo Midón. "Soy la primera Maradona con un título universitario. Además, soy la primera que terminó el secundario. Para mí es importantísimo estudiar, formarse", dijo en una entrevista. Y agregó: "Yo habría sido actriz igual si no hubiera sido la hija de Maradona, porque si van a hablar de mí, prefiero que en lugar de hablar de mi novio o de con quién salgo, hablen de mi laburo".

Pero entre Cebollitas y su decisión definitiva de ser actriz pasaría un tiempo. Antes, tendría una infancia que atravesar. No lo haría sola: el 16 de mayo de 1989 nació Gianinna Maradona, su única hermana de madre y padre (luego se sumarían, sólo de parte del padre, Diego Armando -31 años-, Jana -23-, y Diego Fernando -cinco-).

Dalma, Diego y Gianinna”
Dalma, Diego y Gianinna”

¿Hay alguien por quién se haya jurado más que por ella? ¿Hubo chica más expuesta a la promesa de su padre? Cuenta Dalma que su papá la puso en penitencia una sola vez en su vida. La mandó al baño y le dijo que no saliera de ahí. Años después, Claudia le contó a Dalma que, afuera de ese baño, su papá lloraba más que ella. No era fácil para él decirle que no a algo.

Otro recuerdo de su infancia
Otro recuerdo de su infancia

No fue el único modo en que la marcó. En muchas ocasiones, lo hizo de manera indirecta. Jugando en Boca en su última etapa (en 1995), en una entrevista después de un partido Maradona hizo una de sus declaraciones más famosas. Por una pelea con Claudio el Huevo Toresani, lo desafió frente a la cámara dando su dirección para que se encuentren cara a cara. "Segurola y Habana 4310, séptimo piso. Y vamos a ver si me dura 30 segundos…", dijo. Dalma recuerda el momento con humor. "Me subía a un taxi y los conductores siempre me decían: 'Segurola y Habana, ¿no…?'. ¡Pero yo no siempre quería ir a mi casa!".

Su papá la puso en penitencia una sola vez en la vida. La mandó al baño. Años después Claudia le contó a Dalma que, afuera del baño, Diego lloraba más que ella

Después del éxito de Cebollitas, Dalma tuvo varios pasos por la televisión. Participó en el éxito de Los Roldán (2004), en El Refugio (2006), Casados con Hijos (2006) y hasta en Bailando por un Sueño (2006). Más adelante también lo hizo en Guapas (2014) y Fanny la Fan (2017), entre otros. A su vez, trabajó en teatro (hizo temporada en Carlos Paz bajo la dirección de José María Muscari, y fue parte de La Casa de Bernarda Alba), y en cine.

Pero su obra más personal es sin dudas la ya mencionada Hija de Dios, que escribió en conjunto con Erika Halvorsen (autora, entre otros, de Desearás). Sobre Dalma, Halvorsen dice a Infobae: "Hice 3 obras con ella y siempre la elegiría para trabajar. Es responsable, generosa, trabajadora y buena compañera". Si tuviera que recordar algo de aquel texto que trabajaron juntas, cita el final del libro. "En 1992 mi papá dijo: 'Si me muero quiero volver a nacer y quiero ser Diego Armando Maradona, un jugador de fútbol que le dio alegrías a la gente y con eso me basta y me sobra'. Yo, si me muero, quiero volver a nacer y quiero volver a ser hija de Diego Armando Maradona. Que no es Dios, es mi papá".

¿Está bien recordar la vida de alguien relatando sobre todo hechos de la vida del padre de esa persona? Si no se puede separar uno de la sombra de sus padres, ¿deberíamos los otros poder hacerlo por ellos? En la vida de Dalma, una vida propia, una vida en la que ella fue la protagonista por sobre él, pareciera ser imposible. Sin embargo, la mayor de la descendencia de Diego Maradona desarrolló como nadie una conciencia de su destino.

De eso se trata Hija de Dios, texto que llevó a escena en el Teatro San Martín primero y de gira por el país después. En ella expulsa los fantasmas, cuenta anécdotas, se reafirma como hija del tipo más famoso del mundo (cuando nació, una publicación afirmaba que Maradona era más famoso que Jesús…), y lo agradece. Dice: "A mi padre júzguenlo como futbolista, como conductor de tele, como técnico si quieren… Pero como persona, dejen que lo juzgo yo".

"Si los novios de mis hijas las hacen llorar dos o tres meses, van a tener un accidente", dijo Diego alguna vez. La frase parece más atinada para el ex de Dalma que para su ya próximo marido. Es que Fernando Molina, quien fuera durante casi ocho años pareja de la actriz, al parecer no habría sido el mejor novio. Según trascendió, se separaron en 2011 tras una infidelidad de él. Pero la cosa quedó atrás.

Diego, Dalma y Andrés Caldarelli
Diego, Dalma y Andrés Caldarelli

Tiempo después Dalma conoció a Andrés Caldarelli y todo se encauzó. Para felicidad de ella y de su padre, que expresó públicamente su cariño. Chapado a la antigua, Caldarelli le pidió la mano de su hija antes de proponerle matrimonio a Dalma. Así lo relató Maradona en su cuenta de Instagram.

Luego Dalma contó cómo fue que ella recibió la propuesta. Su novio, con el que convive hace cinco años, le mandó un mensaje y le dijo que la esperaba con la comida. Era lo habitual, porque ella no cocina, por lo que nada le llamó la atención. Cuando llegó, vio que la casa estaba llena de velas. Le pareció exagerado tanta pompa para una cena, pero no se dio cuenta de nada. Hasta que él se le acercó con los anillos y le dijo: "Chava, ¿te querés casar conmigo?". Tardó, pero finalmente entendió lo que estaba pasando. Le dijo que sí, y después se enteró que estaba todo filmado gracias a una cámara que había puesto Andrés en el living.

A mi padre júzguenlo como futbolista, como conductor de tele, como técnico si quieren… Pero como persona, dejen que lo juzgo yo

Se sabe que Diego Maradona usa dos relojes. Durante años explicó que en uno llevaba la hora del lugar en el que vivía, y en otro la hora del lugar en el que estaban sus hijas. Ellas marcaron su tiempo y se convirtieron -gracias al famoso "te lo juro por la Dalma y la Giannina, que son lo que más quiero en el mundo"- en dos de los nombres más famosos de nuestro país. Nada hizo Dalma para buscar eso, pero su destino, ese que irónicamente llama el ser "hija de Dios", le enseñó algunas cosas. "Muchas veces esa alta exposición no tiene que ver con algo mío sino con mi familia. Voy aprendiendo de a poco ya que, como elegí ser actriz, debo ser 'amable' con la prensa… Claro que cuando escucho a algunos decir que quieren ser famosos, yo les preguntaría para qué".

Por Joaquín Sánchez Mariño

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