Viéndola tan desenvuelta en el rol de Ailín, la hija de Paul (Darío Barassi) en Simona, la exitosa tira de El Trece, cuesta creer que Minerva Casero sea una adolescente que hace apenas un año atrás estaba terminando sus estudios secundarios.
Sin embargo, la hija menor de Alfredo Casero ha demostrado en este corto pero importante camino que ha recorrido hasta ahora que lleva el talento en la sangre.
"Estoy súper contenta. Un indicio muy claro de cuando te gusta lo que estás haciendo es levantarte con ganas de ir a trabajar, que es lo que me sucede. Y, si estoy de malhumor, en el trabajo me pongo de buen humor", expresó la joven, apenas arranca el diálogo con Teleshow, para luego referirse concretamente a su personaje.
"Me gusta mucho la interacción que tiene con el personaje de Darío Barassi, porque es realmente divertido y fluye muy naturalmente, se torna como un juego que nuestros personajes van teniendo", se sinceró Minerva, quien acto seguido trazó un paralelo entre su rol en la ficción y cómo es ella en la vida real.
"Ailín es súper independiente, en eso somos parecidas, yo soy como bastante autónoma. Sin embargo, a diferencia de mí, ella es súper liberal, súper 'ya fue todo', como 'hago todo lo que siento', y yo soy una persona mucho más mental, me cuesta permitirme todo lo que sea sentir sin tanto prejuicio", analizó.
"Yo tengo otras historias con las que me gustaría ser más libre, o más espontánea, más impulsiva, reprimirme menos ciertas cosas. Ella es como otro tipo de cabeza, no reprime, dice todo lo que piensa y lo que siente, no siente que haya nada malo en decirlo, sino, por el contrario, que es lo que tiene que hacer", agregó.
"Me divierte que sea así, independiente, fuerte. Tiene un padre que la tuvo muy joven, en la adolescencia, entonces es como muy poco padre, cero protector, y ella tuvo que, por esta ausencia, generar como un padre dentro suyo. Y entonces ella le muestra a Paul el padre que ella se inventó, trata como que él vaya sintiéndose cómodo con ella, le va enseñando a él cómo ser padre y también él a ella cómo es tener un padre", concluyó al respecto, para meterse ahora sí en lo que es la relación de ella con su papá.
"Alfredo como papá siempre me dejó mucho espacio para ser libre. Y por otro lado, yo lo llamo ahora por teléfono en este instante y le digo "papá (con voz llorosa)", y viene corriendo en una Ferrari, me dice lo que tengo que hacer y se va", contó, para luego compararlo de alguna manera con su papá en la ficción.
"Yo el trato que tengo con Darío está muy inspirado en que tengo con mi papá, yo a mi papá le digo 'hola papuchi, papucho', todo así tierno, y con Darío también, no me imagino una relación sin afecto", explicó.
"A mí siempre me gustó pasar mucho tiempo con mi papá, y Ailín –no por decisión, sino porque le toca- tiene que pasar mucho tiempo. Entonces, yo esa relación uno a uno la tengo como muy curtida. Yo he hecho viajes de un montón de tiempo sola con mi papá, y las peleas son como las ves en la televisión. Son peleas padre-hija, que son diferentes a padre-hijo, a madre-hija, es como que ningún conflicto termina de ser real, no hay competencia", profundizó sobre el vínculo con el actor, al cual, a diferencia de su papá en la ficción, tildó de "poco cuida".
"Hay una cosa muy linda que tiene esta relación uno a uno, que uno desarrolla en general cuando los padres se separan, y que es que uno tiene la posibilidad de desarrollar una relación uno a uno con cada uno. Cuando los padres están juntos uno los ve como un bloque, es como el bloque de mamá y papá donde no puedo meterme, son papá y mamá, no son personas. Pero cuando los padres están separados uno tiene la posibilidad de conocerlos a ellos como humanos individuales, y es muy lindo, muy enriquecedor", reflexionó.
"Mi viejo es como súper libre con eso. Es como que me ha tirado algunas máximas en la vida, en general. A veces mira, a veces no mira, no me dice mucho, porque realmente quiere que yo lo haga a mi manera y que vaya haciendo mi camino y aprenda sola. Lo que pasa que una se encuentra mucho en los padres, y está bueno que en el momento de crear lo haga como le sale de adentro, del corazón, y en eso uno también se encuentra con los padres. Pero si mi papá me estuviera viendo todo el tiempo y me estuviera diciendo cosas quizás no sería tan genuina", confesó, consultada sobre si el humorista le daba consejos a la hora de la actuación.
Claro que la generación de actores en la familia Casero no se acaba con el ex Cha Cha Cha y De la Cabeza, entre otros recordados ciclos televisivos, y así fue como Minerva habló de la relación que tiene con su también famoso hermano mayor, Nazareno.
"Me llevo muy bien, creo que estamos en un momento de mucha hermandad. Siempre lo amé profundamente, era mi ídolo, es mi ídolo, pero en este momento siento que la edad se emparejó un poco más (él le lleva 12 años), y yo puedo llamar ahora a Nazareno y hablar de lo que quiera, pedirle consejos, y es súper lindo porque el tiempo que estoy con él lo disfruto muy especialmente", afirmó.
"Él antes me veía como una niña y ahora me ve como una mujer con la que puede dialogar. Yo siento que le puedo contar a mi hermano cosas que me pasan y él me va a saber aconsejar, y a veces él busca consejos en mí. No consejos, pero como un oído, alguien que te escuche sin juzgarte, tratamos de no juzgarnos", agregó al respecto la actriz, quien arrancó su carrera hace tres años, con un pequeño papel en Esperanza Mía, y un año después protagonizó Heidi para la señal Nickelodeon.
A la hora de aprovechar el tiempo libre, Miner, como la conocen en su círculo íntimo, prefiere quedarse en su casa. "Es un poco triste lo que voy a decir (risas), pero me gusta quedarme en mi casa sola, cantar. Pintar no estoy pintando pero es algo que hago bastante, escribo, no toco instrumentos pero agarro la guitarra y como que miento un poquito", narró.
"Me gusta crear, y yo creo que para crear uno tiene que tener tiempo de ocio y el tiempo de ocio es solo, es de uno mismo", se sinceró quien, si bien hace tres años que está en pareja con su "primer amor", aún ve muy lejana la posibilidad de pasar por el altar y formar una familia.
"No hablemos de casamiento, falta mínimo mi vida (risas). A mí me gustan los niños, los cachorros, todo lo que es alma nueva me encanta, pero falta un montón", reconoció esta artista multifacética, quien, a la hora de proyectarse a futuro, prefiere "hacer todas las cosas que no hago, que nunca hice".
"Este tipo de televisión me está dando un aprendizaje increíble. Al principio me costó un poco cuando empecé con esta tira, es como un ritmo muy arriba, entonces uno tiene que entretener al que mira pero a la vez no irse de mambo, y si hay algo triste ser triste, es como un equilibrio bastante particular que está buenísimo y, si bien al principio me costó, ahora estoy bastante adaptada", contó la joven.
La misma que se abre camino en el medio a fuerza de talento y carisma, y que, si bien lleva orgullosa el apellido de su padre, no necesitó hacer gala de él para hacerse un lugar en la pantalla chica.
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