Una vez instaurada la dictadura militar, muchos músicos decidieron irse del país impulsados por el miedo y también porque sus fuentes de trabajo decaían, sobre todo desde 1977, año en el que la junta presionó para que se realicen cada vez menos conciertos en vivo.
Uno de los primeros en tomar la drástica decisión de dejar la Argentina fue Piero Antonio Franco de Benedictis, más conocido como Piero. En 1976, apenas consumado el golpe de Estado, viajó a España luego de un intento de secuestro por parte del régimen.
Durante casi cuatro años estuvo en la madre patria, primero en la provincia de Guadalajara, en el municipio de Utande; y luego en Madrid. Según dice la biografía publicada en su sitio web oficial, desde que se fue hasta 1981, año en que decidió volver, interrumpió su producción como compositor y se dedicó al campo.
"Hacer canciones no tiene sentido, si en cada palabra, en cada nota, no estamos todos. Lo importante es sentirse bien, pero de adentro. Si estamos bien podemos estar juntos y mirar para afuera. El asunto es cambiar y darlo vuelta, pero sin violencia, con amor, con ganas de sumarnos en paz". Ese era el mensaje que Piero dejaba en cada estadio, teatro o club al finalizar sus shows.
León Gieco anunció en 1978 que se iría de gira por América y que regresaría a la Argentina dos meses por año para resumir su trabajo ante el público local. "No voy a seguir perdiendo el tiempo acá. No puedo ser un idiota toda mi vida por la mentalidad del país", decía en una entrevista con Miguel Grinberg en 1982.
Dos años después, recuerda Juan Ignacio Provéntola, autor del libro "Rockpolitik", cambió de parecer: "La experiencia de vivir en Estados Unidos fue maravillosa, pero lo curioso es que luego de estar en distintos países, me empezó a gustar mucho más Buenos Aires".
Ya no aguantaba más, como mucha otra gente que piensa igual pero todavía no se decide (Santaolalla)
Gustavo Santaolalla también se fue a Estados Unidos. "Ya no aguantaba más, como mucha otra gente que piensa igual pero todavía no se decide. Yo agarré y me fuí. Nunca banqué la censura ni tener que llegar al punto de autocensurarme. Porque mi límite creativo no me lo imponía yo, sino otras personas", afirmó en una reportaje con Gloria Guerrero para la revista Humor en 1981.
Otro músico que dejó el país en esos años fue Roque Narvaja. Decidió emigrar cuando la compañía EMI-Odeón se negó a editarle el disco Amén, su cuarto álbum, porque integraba una lista negra. Habían irrumpido en su domicilio tres veces: "En 1977 entraron por primera vez y pensé que habían sido ladrones. Después, dos veces más. Ahí me di cuenta que iba en serio. El 4 de abril de 1977 agarré a mi esposa, a mi hijo -que tenía 11 meses- y me tomé un avión a Madrid", recordó en una entrevista para el diario Clarín el 11 de abril de 2004.
Por su parte, Litto Nebbia también optó por el exilio luego de ser señalado por grabar como invitado en Canciones para perdedores (1976), de su pareja Mirtha Defilpo, un álbum que según la SIDE tenía "características disolventes". Se radicó durante unos años en México, donde compuso una de las canciones más conocidas de su repertorio: "Sólo se trata de vivir".
Yo comencé a figurar como artista prohibido, censurado en los medios (Litto Nebbia)
"Los días del golpe fueron la confirmación blanqueada de lo que muchos de los ciudadanos ya sabíamos que estaba sucediendo: allanamientos, prohibiciones y detenciones. Yo comencé a figurar como artista prohibido, censurado en los medios: de pronto iba a un programa de televisión y, al llegar, me comunicaban que no se iba a hacer porque había llegado una orden de que estaba prohibido. Muchas canciones mías hablan de ese tiempo, del clima que se vivía. Terminado el Mundial, no aguanté más. Me amenazaban mucho y me seguían por las calles. Con los últimos pesos que me quedaban, me marché a México, donde permanecí más de tres años en la colonia Niños Héroes. Ahí compuse 'Sólo se trata de vivir', 'Para John', 'Canción del horizonte' y otras. Muy solidarios los mexicanos, me ayudaron mucho", recordó en una entrevista con Rolling Stone.
Moris se instaló en Madrid. Miguel Cantilo y Miguel Abuelo se fueron a Ibiza, mientras que Pappo se estableció en Londres, donde tocó con Peter Green. Pero antes había estado en Brasil y luego también anduvo por España y Estados Unidos.
En una entrevista con la revista Pelo en 1974 -dos años antes del golpe-, el "Carpo" decía: "Voy a Estados Unidos a tocar con unos músicos reventados de blues. Lo único que me interesa es tocar blues. Siempre dije que me voy a morir tocándolo. Además, acá un músico tiene siempre mil problemas de equipos, de organización".
Otro que estuvo en tierras norteamericanas fue Luis Alberto Spinetta, quien permaneció un tiempo en Estados Unidos, invitado por el tenista Guillermo Vilas. Allí grabó Only love can sustain, el disco en inglés que realizó en 1979.
Por último, Charly García permaneció un corto tiempo en Brasil junto con David Lebón, donde dieron origen a Serú Girán, el grupo con el que el ex Sui Géneris compondría las letras más crudas para hacer referencia a la dura realidad del país.
Sin embargo, su estadía en el país vecino fue breve y regresó a la Argentina para transformarse en el máximo referente de la juventud de la época. El uso de metáforas para describir la triste realidad del país marcó a fuego a toda esa generación.
Durante la dictadura, el rock nacional se mostró como uno de los pocos espacios de resistencia que aún quedaban. De eso dio cuenta el propio Charly García en una entrevista con Felipe Pigna para el programa "Qué fue de tu vida", de Canal 7, en 2012: "Yo creo que los recitales de Serú Girán en Obras eran lugares de resistencia. La gente iba ahí y se expresaba. Una vez se iban a llevar a una chica en cana y yo paré el concierto y le dije al iluminador: 'Iluminá ahí'. Y entonces estaba el tipo con la mina, y le digo: 'Somos 5.000 contra uno'. Y no se la llevó".
Creo que los recitales de Serú Girán en Obras eran lugares de resistencia. La gente iba ahí y se expresaba (Charly García)
Preguntado sobre si sentía el peso de ser un referente en una época tan difícil, el músico respondió: "Sí, pero me daba una mezcla de paranoia y orgullo porque había que tener huevos para estar todo el tiempo tan expuesto y cuando escuché (la canción) 'Working Class Hero' (Héroe de la clase trabajadora), de John Lennon, me sentí muy identificado".
Fue una época muy difícil para todos y también para los músicos de rock y otros artistas de distintos géneros. Los que se quedaron, la padecieron en carne propia; y los que se fueron, llevaron consigo la nostalgia de un exilio que no pudieron evitar.
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