"Nos estamos conociendo. No sé por qué ponen esos títulos. De novia no. Sí avanzamos, todo, pero no de novia oficial", aclara Mica Viciconte a la hora de rotular su relación con Fabián Cubero.
De chica, Micaela soñaba con ser guardavidas y profesora de natación. Pero la fama, que llegó sin buscarla, le gustó. "Fue por casualidad. Vine a Buenos Aires porque había cortado con una relación anterior y me había quedado justo sin laburo", recuerda sobre la época en la que era repositora, y una noche, entraron a robar en la casa en la que vivía con dos amigas en su Mar del Plata natal. "Me vine a Buenos Aires y mi papá vio en el diario un casting para Combate. Quedé en la Primera Generación, y acá estoy".
Pasaron más de cuatro años, y los proyectos cada vez son más. Ya pasó por 12 generaciones de Combate, en Canal 9, es parte de la Tribuna de Guido, en El Trece, y tiene la propuesta de volver a ShowMatch. Y en pocos días comienza a filmar Bañeros 5, que se estrenará en las vacaciones de invierno: "Fue como una varita que me iluminó", reconoce Viciconte.
—¿Hubo un cambio económico en tu vida?
—Pensá que tenía un Fiat Duna muy viejo, modelo 90, lo vendí y me vine a Buenos Aires con eso. Busqué una residencia estudiantil, porque claramente un departamento no lo podía pagar. Me acuerdo que en ese momento salía 1.500 pesos por mes, y dije: "Bueno, 1.500, tengo que comer… Y tres meses puedo estar buscando trabajo". Al principio fue raro porque en la residencia estudiantil vivís con 16 personas; mi habitación era con dos chicas más. Los horarios eran diferentes: yo trabajaba a las 8 de la mañana, la otra a las 10, y los despertadores sonaban para las tres igual. La heladera, la cocina, el baño: todo era compartido.
—Se ve que te divertías porque te quedaste. Cuando arrancaste en Combate te podrías haber ido.
—Necesitaba tener una estabilidad para recién dar el paso. Y la pasé bien, no me quería ir.
—Tenés tu departamento ya.
—Tengo mi departamento en Mar del Plata; acá alquilo. Llegue a comprarme un departamento, que no es un departamento lujoso ni mucho menos, lo compré para reciclar. Hoy lo veo y digo: "¡Guau!", por todo el esfuerzo y el trabajo. Es un cambio, y todo lo construí sola: fue buena idea venirme, pero tuve que dejar un montón de cosas.
—¿Ayudás económicamente a tu familia o no hace falta?
—No, gracias a Dios no lo necesitan. Siempre entre todos nos ayudamos en algún momento, y eso está buenísimo. Pero hoy mis viejos laburan, son independientes, no lo necesitan.
Vendí un Fiat Duna muy viejo, modelo 90, y me vine a Buenos Aires con eso
—Y hoy, ¿el sueño por dónde pasa?
—Me gusta viajar mucho, y este trabajo no te lo permite. Amo la playa, el mar: me da paz. Va a llegar el momento que tenga el tiempo para hacerlo. Hoy, es el momento de trabajar.
—¿Y en la profesión?
—El día de mañana me gustaría conducir un programa de entretenimientos. Creo que voy más para ese lado. Pero también, ¿viste que la tele es muy rara? Hoy estás acá, y yo mañana hago una película y decís "No entiendo nada". Así que los desafíos que vengan están buenos, y voy a ir buscando también lo que quiera el día de mañana.
—¿Cómo te estás preparando para la película?
—Nerviosa. Pero el equipo está bueno: es gente divertida, buena onda, eso también suma. Me van a ayudar, así que espero que salga bien.
—¿Tenés ganas de volver a Showmatch?
—Sí, me gustaría entrar desde el principio. Entré al Bailando justo en la etapa más difícil. Me gustaría arrancar de cero, que la gente me empiece a conocer.
—¿Y si te proponen la dupla con Cubero en el Bailando?
—Es un tema que se habló. Le dije: "Vos no bailás y yo tampoco, la verdad que no estaría bueno". Me dice: "No, no, seríamos un desastre". Así que la dupla no va a ser porque es una realidad: él está en el fútbol y es complicado, y yo necesito un bailarín que me ayude porque si no, nos vamos a pique los dos.
—Vos vas por todo, vas a la final.
—Me gusta entrar con la meta de llegar a la final. Después, puede que no llegues y está bien pero siempre dejando uno todo.
—¿En todo sos así?
—Sí, en todo. Me acuerdo el objetivo de decir: "Quiero un techo, un departamento", y mi objetivo fue juntar, ahorrar. Obviamente llevó un tiempo largo porque no es que de un año al otro lo compré. Pero, ¿se pudo lograr? Genial. Tacho y voy a otro sueño.
—Y en esto de querer siempre el resultado, el departamento, la final de ShowMatch, ¿cuando empezás una relación es pensando en que funcione y no en pasarla bien un rato?
—Arrancás pasándola bien un rato, siempre, porque vas conociendo a la persona. Pero después sí, proyecto a futuro. No es que pienso: "Bueno, voy a estar un año y dos meses y después corto". No, proyecto a futuro. Obviamente, me pasó en relaciones anteriores que no funcionó después de dos años, tres. No importa: no funciona y se sigue adelante. Pero sí, siempre proyecto a futuro.
—¿Ya hay un proyecto en común con Fabián?
—No. Bueno, un proyecto es fuerte. Lo estoy conociendo, fluye. Si esto funciona sería buenísimo. Y si no funciona nada, fue una linda experiencia: nos conocimos, la pasamos bien, y se cierra el capítulo.
—Salió en una tapa de revista diciendo que las nenas te quieren conocer.
—Sí, ellas ven Combate entonces más o menos me relacionan. Son del equipo verde. Eso es un plus, mira si son del equipo contrario. Hay un pequeño cariño por así decirlo. Va a llegar el momento que voy a tener que conocerlas y charlar y ver qué pasa. Lo trato de tomar no como una responsabilidad porque si no me estresa un poco. Si se da se da y está todo bien y espero que a las nenas les caiga bien y que nos llevemos bien. Son tres, son un montón.
Quiero tener hijos, con Fabián o con quien sea. El día de mañana quiero ser madre
—La familia ensamblada viene con ciertas responsabilidades: no sos la mamá de Indiana, Allegra y Sienna, claramente. Pero hay tareas que vienen en ese rol. ¿Te lo imaginás?
—¿Por ejemplo?
—Llevarlas a un cumpleaños, ayudarlas con la tarea del colegio…
—Yo no sé cómo se manejan esas cosas, te digo la verdad. Pero no sé tampoco bien la relación de ellos. Si él me pide que las lleve y las nenas no tienen drama, yo no tengo problema en llevarlas. Todavía no me siento preparada para eso. Ayudarlas en el colegio sí, me puedo sentar, pero es raro.
—¿Eras buena en el colegio?
—No, tendría que agarrar un poquito. Pero bueno, a esa edad viste que no es muy complicado.
—¿Él quiere tener más hijos?
—No se lo pregunté. Pero no sé: son tres, chiquitas encima, no es que hace mucho las tuvo. Nunca se lo pregunté. De mi lado sí quiero tener hijos, con él o con quien sea. El día de mañana quiero ser madre.
—¿Cómo hizo para seducirte?
—Fue algo raro porque ninguno de los dos estaba en la etapa de querer conocer a alguien. Se dio. Una amiga mía que también trabaja en la tele, Maipy (Delgado) sale con Santi Ladino que jugó al fútbol con él. Entonces, se conocían. Un día me dijo: "Hagamos una cena". Me acuerdo que le dije a mi amiga: "Me pinta como re mujeriego, no quiero, va a ser para lío". Cuestión que me convenció, y la terminé pasando bien. Después empezamos a hacer planes entre todos, siempre grupal, y nos empezamos a llevar bien.
—¿Es romántico?
—Sí, es re romántico.
—Del 1 al 10, ¿qué puntaje le ponemos como romántico?
—Él es un 10. Sí, es romántico. Tiene detalles. Al lado mío, viste que yo soy una heladera… No quiero decirlas pero tiene cosas románticas.
—Como amante, ¿qué puntaje le ponemos?
—No sé, no sé, todavía es muy pronto.
—¿Me vas a decir que no tuvieron relaciones sexuales? Dale…
—No, nos estamos conociendo. Me lleva un tiempo largo.
—¿Y cuánto tiempo más se van a estar conociendo?
—Y… yo para eso soy media rara. Me cuesta mucho terminar de confiar en una persona. Y más que es una persona que tiene hijos y es mucho para mí, yo no estoy acostumbrada. Así que va a llevar un tiempo.
—¿Sabes que no te creo nada? Vos decí lo que quieras, pero dejemos constancia por lo menos que yo no te creo nada.
—Creeme, Tati.
—¿Mirás fútbol?
—Nunca miré fútbol. No me gusta el fútbol. Lo único que veo es el Mundial porque soy argentina y me gusta. Pero no soy de ningún equipo, nunca lo fui, no entiendo mucho de fútbol.
—Ah, sos la peor novia botinera de la historia.
—No me gusta, no.
—¿Y cómo te llevas con el término botinera?
—No me hago cargo. Botinera para mí se llama a la que estuvo con veinte futbolistas. Yo no me lo apodo. Yo soy Mica, qué botinera, Mica.
—¿Me explicás el fenómeno de los fans? Prefiero enfrentarme con ISIS antes que con tu fandom.
—Es un fenómeno que me armó la carrera porque ellos fueron los que insistieron. Terminé yendo a Combate Perú porque ellos escribieron. A mí Combate no me obligó pero me dijeron: "Che, tenés que hacerte unas redes sociales porque esto va a ser por redes también". No entendía nada, no sabía. Aprendí, empecé a ver comentarios y después te enganchás. Cuando empecé a viajar en las provincias ahí sentía el cariño de la gente, hay gente que llora por vos, que te quiere, que le hace feliz verte y que ganes un punto y se lo dediques. Toda mi carrera, es el día de hoy que me acompañan y me han ayudado un montón, Combate gané cuatro veces gracias al público. Son parte de mí.
—¿No sentís una responsabilidad al convertirte en un referente de adolescentes?
—Sí, es una responsabilidad grande. Uno tiene que tener más cuidado con lo que dice, cómo actúa. Después hay muchos chicos que han tenido problemas de alimentación y las madres me dicen: "Mi hija empezó a comer frutas y verduras porque vos comés". En un punto los ayudaba y trataba de dejar siempre mensajes pero es una responsabilidad y no podés alegrar a todos.
—¿Qué mensaje le podés dar sobre la comida y la obsesión con el cuerpo a este grupo enorme de adolescentes que te sigue?
—Hay gente que tiene problemas o inseguridad en su cuerpo. Pero la belleza no es solamente un cuerpo lindo, porque el día de mañana o en 20 años se le cae todo, a todos. No soy enferma de la comida, no lo fui nunca, me gusta comer sano porque me parece que hace bien y hago deporte, pero también está bueno darse los gustos. La vida es una sola y hay que disfrutarla: si uno tiene ganas de comerse una hamburguesa con fritas que lo haga sin culpa, no le va a cambiar. Que se cuide durante la semana, que trate de comer sano y, sobre todo, que haga deporte. Algún deporte nos gusta a todos, hay que probar hasta llegar a lo que te gusta. Que disfruten, que no se persigan tanto en el cuerpo. Vos podés ser divina, hermosa, y sos una mala persona. Me quedo con alguien que quizás tenga un kilo de más y sea una excelente persona.
—Sobre la droga, ¿qué les decís?
—Me da pánico lo que es droga. Nunca consumí nada, pero porque tengo mucho miedo a cómo reaccionaría mi cuerpo ante eso. No me veo. No me gusta.
—¿Y sobre sexo?
—Que el sexo está buenísimo pero que se tienen que cuidar, que existe el preservativo. Se puede disfrutar: no está mal tener sexo. Uno tiene que estar seguro cuando lo haga, que no sea por obligación: cuando uno está seguro y tiene ganas si lo desea, genial. Y que se cuiden. Que sean libres, que disfruten, que está bueno.
—¿Te ha pasado que te escriba algún fan contándote sus problemas?
—Sí, me han escrito que se cortan, me han mandado fotos mostrándome que se cortan. Lamentablemente no puedo contestarles a todos, pero sí siempre doy un mensaje de aliento, que no hagan eso: "No te lastimes, pedí ayuda, hablá con tu familia". Desde mi lado, puedo hacer eso.
—Debe ser muy duro que alguien te mande las fotos de cómo se corta.
—Y sí, pero también está bueno porque es una alerta y se puede ayudar, cuando uno puede ayudar se siente bien. También está el trabajo de los fans. A veces por tantos mensajes no lo veo, y ellos me hacen llegar: "Che, pasó esto, escribile por favor". Entonces yo le escribo y le avisan. Tratan de llegar a los padres.
—Hay una cosa de comunidad.
—Los fans son una empresa. A veces la gente los subestiman, pero son una empresa: generan, hacen lo que quieran, llegan a donde quieran, tienen un objetivo y lo cumplen. Todos juntos es impresionante. Combate generó esto, porque hay diferentes fans, y los de Combate son los fieles, los que están ahí.
El humor de Fabían para mí es malo, y mi humor ácido a él lo divierte, entonces es raro: nos reímos de nosotros
—¿Cuándo fue la última vez que lloraste?
—No soy una persona que llore mucho. Cuando lloro quizás no es por el problema que se ocasionó en ese momento, si no por una acumulación. Pero no soy una persona que llora, me gustaría que caigan lágrimas. Soy fría.
—Si tendrías que definirte en tres adjetivos, ¿cuáles serían?
—Sí, soy una persona fría, pero también cuando estoy en confianza y quiero mucho a esa persona me empiezo a relajar. Tampoco soy "míster" romántica, no existe un lado o el otro. Soy una persona normal se podría decir. Me cuesta mostrar mis sentimientos, me cuesta bastante decir "Te quiero" o "Me caes bien". Me cuesta.
—¿Y qué es lo que los enamora?
—Cálculo que eso: el no darle bola, porque soy asquerosa, ¿viste? A veces me dicen que tengo cara de traste todo el día y te juro que yo estoy bien, pero es mi cara . No me salió una cara muy simpática de nacimiento.
—¿A Cubero qué le gusta?
—Huy, habría que preguntarle. Porque somos…
—¿Vos le preguntaste?
—No. Algo que tengo con él es que me divierto mucho. Mi humor es ácido y él es una persona demasiado buena, y es divertido también. El humor de él para mí es malo y mi humor ácido a él lo divierte, entonces es raro: nos reímos de nosotros. Lo que más le gusta es que sea sencilla. No soy una persona que me arreglo las 24 horas. En mi casa estoy con un remerón y cuando saco a pasar a la perra estoy hecha un horror. Pero bueno, cuando salgo en eventos, una fiesta, sí me visto. Eso también le gustó. A mí no me gusta la mujer que se produce las 24 horas. Creo que al hombre también le seduce un poco cuando salís de entrenar y estás toda transpirada con un top.
—¿Vos decís que su ex, Nicole Neumann, está producida todo el día?
—Lo que pasa es que su ex es modelo, y quizás le requiere otro tiempo y otro arreglo en su vida. Si no, la modelo es re contra criticada: "Ah, pero es una modelo y se viste mal". Trabajé y cada tanto hago algún desfile que otro, pero yo no me considero modelo. Soy relajada, y también me gusta mucho entrenar y estar como cómoda.
—Si hablamos en cinco años y salió todo genial, maravilloso, ¿cómo te encuentro?
—Espero que bien, feliz. Si en cinco años sigue estando todo bien, voy a seguir siendo feliz.
—En cinco años, ¿te puedo encontrar siendo mamá?
—Cinco años… Yo tengo 28, no. Bueno, sí, en realidad estaría un poquito grande ya (risas). Y a los 35.
—¿Casada? ¿Te interesa casarte?
—Sí, me gusta casarme. Siempre flasheo, o sueño a lo grande: me gustaría tipo en una playa tipo Hawái.
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