"No sé qué va a pasar cuando termine de grabar. Hay un proyecto para hacer teatro que ojalá se concrete. Lo único que no quiero es volver a ese mayorista de mierda. Yo soy actor. No quiero vivir más de la propina que me dan por ayudarlos a cargar el auto".
Brian Fabián Claudio Graña, más conocido como Brian Buley, tenía 14 años cuando Luis Ortega lo convocó para actuar en la película Los santos sucios. Desde entonces, siguió en contacto con la familia de artistas y Sebastián apostó a él cuando le dio el personaje de Pedro Pedraza en la primera temporada de El Marginal.
Aunque es uno de los personajes más populares del unitario que ganó el Martín Fierro de Oro, el actor no olvida sus raíces y el esfuerzo que hizo para mejorar su calidad de vida. De hecho, según él mismo cuenta, todavía está camino a eso. "Yo miro siempre para adelante y ojalá me muera siendo actor. No quiero tener que trabajar de otra cosa", asegura en una nota exclusiva con Teleshow.
Yo pasé por la calle y aprendí muchos códigos que aplico en El Marginal
Nació en Parque Patricios y, cuando sus padres vieron que tenía enanismo, lo llevaron al Hospital de Niños de La Plata, en donde le inyectaron hormonas de crecimiento que lo ayudaron a que sus brazos y piernas quedaran de la misma longitud. También pasó por el Hospital Garrahan, en donde trataba los fuertes dolores que sentía cuando era chico.
Vive en Berazategui y desde enero que viaja todos los días durante 45 minutos en la línea 129, colectivo al que, cuando el conductor no se acerca hasta la vereda, debe subir arrodillado o pedirle ayuda a otro pasajero. El ómnibus lo deja a tres cuadras, que las transita en taxi hasta la ex cárcel de Caseros, en donde se graba la segunda temporada de El Marginal.
La ficción, que producen Sebastián Ortega y Pablo Culell, será la precuela de la primera temporada y mostrará cómo los hermanos Borges -interpretados por Claudio Rissi como Mario y Nicolás Furtado como Diosito– logran el poder del penal San Onofre derrocando a Sapo, en la piel de Roly Serrano, que suma a la serie, al igual que Véronica Llinás y Esteban Lamothe.
Esta temporada trato de que mi personaje sea un poco más creíble y con el código de la calle que yo conocí
"Viajo en colectivo porque soy humilde. Por más conocido que sea, no voy a dejar de seguir siendo la misma persona con los valores que tuve siempre. Tengo mucha llegada a la gente porque ellos tienen acceso a mí. Me ven en el transporte público, me piden fotos, hablo con ellos. No tengo que andar escondiéndome", asegura.
A sus 23 años, Brian sueña con tener una casa propia, poder comprarla y así ayudar a la familia con la que vive desde que sus padres se separaron. Su madre vive en Bahía Blanca y va a visitarla cada vez que puede. Además, la llama por teléfono antes de salir en alguna entrevista para decirle que lo mire en televisión o que lea la nota que le hicieron.
Su padre reside en Buenos Aires pero no vive con él. "Estoy en la casa de un amigo que es como mi papá. Me enseñó los valores y a ser responsable, sobre todo cuando empecé a grabar", cuenta el actor que, antes de comenzar a trabajar en El Marginal "hacía changas" en un supermercado mayorista de Berazategui.
"Ayudaba a los clientes a cargar las cosas del carrito a su auto y me daban propina. No tenía un sueldo fijo", explica Brian, quien volvió a trabajar cuando dejó de grabar pero no se sentía cómodo: "La gente me reconocía y a mí me daba cosa. Yo soy actor y estaba ahí… era muy raro. Un contraste muy grande".
"El éxito en la vida no se mide por lo que lográs, sino por los obstáculos que superás. Ustedes -por el público- son el motor de mi vehículo. Espero llegar a buen destino. Gracias por tanto. Así comencé y miren dónde estoy. #Feliz", escribió el actor en su cuenta de Instagram en un emotivo posteo que compartió junto a una foto en la que aparece como "changarín" -según el mismo define a Teleshow- y otra junto a Sebastián Ortega.
El "código" que aprendió en la calle y prefiere olvidar
En la preocuela de El Marginal, se verá por qué Pedro Pedraza llega a San Onofre y cómo se forma La Sub 21, banda integrada por lo más jóvenes de La villa, el patio en el que duermen algunos presos dentro de la cárcel.
"Mi personaje termina ahí porque, al ser hijo de sicarios, mata y cae preso", adelanta Buley, a quien no le costó incorporar el vocabulario carcelario. "Nunca fui preso ni estuve en un penal, pero he visto muchas películas y series argentinas y sé cuáles son los códigos y cómo se manejan. Además, aprendí mucho de mis compañeros escuchando sus diálogos. Entonces, fui leyendo el libreto y supe cómo interpretarlo", explica.
Ojalá me muera siendo actor, no quiero trabajar de otra cosa
Mientras habla, manipula un cuchillo que está sobre la mesa del comedor de la ex cárcel de Caseros. "No me da temor ni me voy a cortar. Estoy acostumbrado a agarrarlo con cualquier parte del cuerpo", agrega el actor que, según demuestra, no le tiene miedo a nada.
"¿Qué le incorporó Brian a Pedro? Esta temporada trato de que mi personaje sea un poco más creíble. Con el código de la calle que yo conocí. Esos que, si vas y ocupás el lugar en el que viven otros, rompen una botella contra el cordón de la vereda y te sacan como sea", relata.
"He visto situaciones de ese estilo y en algún momento la viví, pero prefiero no recordar viejos momentos", aclara Buley. "Lo más importante es el momento que estoy disfrutando ahora", agrega quien estuvo nominado en los Martín Fierro como actor revelación por su papel en el unitario: "Aunque no me quedé con el premio, yo siento que lo gané, porque fue un orgullo que me hayan ternado".
"Estaría bueno tener trabajo de actor de por vida. No una vez al año. Querría que sea algo para siempre porque es una actividad que a mí me gusta. No me quiero dedicar a otra cosa", desea Brian Buley, que no puede adelantar el proyecto para el que lo convocaron en teatro pero que espera, con ansias, que se confirme.
Fotos: Cony La Greca
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