"Es un gran momento en todo sentido. Me siento muy bien conmigo. Hago las cosas que quiero hacer, tengo los amigos que quiero tener, le dedico el tiempo a las personas que amo realmente". Habla un Mariano Martinez (39) pleno. Y feliz por el nuevo desafío que asumió en la conducción de Primera Cita por la pantalla de Telefe.
"La primera persona que entró al restaurante me generó cosquillas. Y estaba entre la 'cucaracha' (el auricular donde los conductores reciben indicaciones), que nunca la había usado, y estar entrevistando a alguien y ser yo 100%, sin ningún personaje. Me generaba un poco de vértigo. A los minutos ya me sentía muy bien", cuenta Martínez sobre un rol al que le está tomando el gustito.
—Estás viviendo un gran momento.
—Sí. Con mis hijos estoy en un momento increíble de amor y de contención y siento que estoy presente de verdad, atento a lo que les pasa. En mi trabajo cada vez me siento mejor: el rol de la conducción fue algo que surgió y lo vivo muy felizmente. Con mi mujer estoy bárbaro, convivimos re bien, nos amamos. En lo profesional, más allá de la conducción, sigo con mi actor y con la idea de producir; lo tengo re claro y tengo proyectos.
—Se te ve enamoradísimo de tu hija, Alma, de siete meses.
—Sí, lo vivo muy feliz. Con mis hijos me llevo muy bien, siento que cada vez cumplo mejor el rol. Me preocupo por eso, me ocupo que salga bien, que ellos se sientan cómodos y confiados, que sientan que siempre los voy a contener y voy a estar ahí. Les pongo los límites, es necesario para su crecimiento y para fortalecerlos. También juego y no le tengo miedo al juego, a acompañarlos, a divertirnos, a que sientan la confianza en poder contarme todo. Y lo logramos con la madre, nos cuentan hasta lo que los chicos no les cuentan a sus padres. Tenemos la suerte de que ellos confían tanto en nosotros que vienen y nos cuentan y podemos solucionar problemas.
—Olivia tiene ocho años y Milo casi cinco. ¿Cómo fue para ellos la llegada de una nueva hermanita?
—Lo vivieron con amor absoluto. Desde la panza ya le hablaban, Olivia no paró de hablarle, creo que fue la que más le habló a la panza porque ella es así, manifiesta todo lo que siente con palabras. Y Milo también, es por ahí un poco más introvertido pero siempre dándole mimos a la panza, acariciándola. Y lo hacen hoy en día, teniéndola físicamente.
—Y Camila Cavallo mamá, ¿cómo es?
—Es una gran madre. Le da mucho amor. Se ocupa de estimularla, de jugar, que es re importante. De enseñarle. De estar.
—Si le pregunto en qué momento sos insoportable, en qué momento te quiere echar de tu casa, ¿qué me va a decir?
—¿Ella? (Risas). Y… cuando estoy cansado (risas). "Mejor, ándate a dormir". Igual yo ya lo sé, con los años uno ya se conoce. Si estoy cansado a veces es mejor decir: "Mañana será otro día".
—¿La diferencia de edad impacta en algo?
—Nos favorece un montón, por las personalidades, mucho.
—¿Ya están ensayando "Rapunzel"?
—Arrancamos en marzo. Y es un gran desafío, me encanta, me divierte. Eso me va a llevar mucho tiempo.
—Olivia y Milo deben estar enloquecidos, ¿no?
—Sí, están enloquecidos. Olivia está feliz. Te voy a contar un secreto que cálculo que no le va a molestar a la gente de la producción. Mi hija nació artista, lo sabe, lo tiene re claro y nosotros como familia la acompañamos, la contenemos en lo que ella quiere y desea para su futuro. Entonces el nombre de mi personaje, por ejemplo, lo eligió Olivia. Lo mismo con el tema final. La producción me dijo: "Hacéselo escuchar a tu hija".
—¿Y cómo te sentís con esta cosa artística de ella y que se vaya acercando?
—Me encanta porque en ese punto nos encontramos un montón.
—¿Si viene y te dice en un par de años que quiere empezar a trabajar?
—No. De hecho me lo dice ahora, y le digo que no. En un par de años, sí. Siempre calculamos porque siento que lo va a poder hacer, es mi rol de padre en cuidarla y saber que lo va a poder hacer más adelante.
—¿A partir de qué momento estás de acuerdo con que arranque?
—13, 14 años.
—Y en eso, ¿la mamá la mamá también está de acuerdo?
—Estamos de acuerdo. Siempre charlamos todo.
—¿Hay un buen vínculo como ex pareja?
—Lo que tenga que ver con nuestros hijos se charla todo y se habla, y siempre estamos de acuerdo, nos parece lo mejor.
—Si vuelvo a "Primera cita", ¿cuál fue la peor cita de tu vida?
—No tuve malas experiencias.
—¿Citas a ciegas tuviste?
—No.
—Si te presentaban a alguien y no te gustaba, ¿la remabas igual o huías?
—Sí, en el momento la remaba. Igual hay cosas que se notan. Yo la he remado las veces que me pasó, pero a veces la remás de más, y después sigue una comunicación que al fin y al cabo termina pasando que terminé cortando el rostro de una manera por ahí más abrupta.
—¿Tenés amigos en el medio?
—Hoy por hoy una gran amistad con Franco Masini. Siento que es para toda la vida, y más allá de que tenemos una diferencia de edad, no se nota en la amistad. Desde mi experiencia lo acompaño en un montón de cosas y él desde su sabiduría temprana también, en todo. Después, Juan Darthés es un amigo, la familia de él, sus hijos, mi familia. También son amigos Luciano Castro, Gonzalo Heredia y Pablo Echarri.
—¿Qué te pasó con la denuncia contra Juan Darthés? Como amigo, ¿cómo lo viviste?
—Yo viví la tristeza de su familia, la de él. Me pone triste ver a un amigo mal. Siempre le di mi apoyo y la fuerza para que siga adelante porque lo considero una persona de bien. Lo acompaño con mi amistad, ni siquiera por ahí hablando mucho del tema sino la amistad, estar ahí.
—Tu mujer es una diosa y se los ve muy enamorados por lo que muestran en las redes sociales. ¿Cómo te llevas con esa exposición tecnológica?
—Bien, muy bien. De paso aprovecho esta nota para mandarles un beso a todos mis seguidores que me brindan mucho cariño y acompañan la carrera, la vida. Ya somos un montón en nuestra comunidad.
—¿Cómo se vive la exposición y los distintos momentos?
—Lo lindo, lindo; y lo feo, feo. Estás expuesto, y cuando vos también decidís a veces poner ciertas cosas, o aunque no decidas hacerlo, se exponen igual, siendo público. Yo también decido qué hacer en el momento que llegan esos momentos feos, ponele, de exposición. Pero los lindos son lindos, y de hecho yo expongo mis cosas lindas de la vida. Ahora, cuando llegan los momentos feos y se tergiversan las cosas, duele mucho. También ahí uno decide cómo ir llevándolo; con experiencia lo llevás mejor. Sinceramente, hoy por hoy la mayoría de las cosas me resbalan, totalmente.
—Hay un aprendizaje ahí.
—Sí, puede ser que sea aprendizaje, pero me resbalan, literal, no me afecta nada.
—¿Le debés algún pedido de perdón a alguien?
—No. A la gente que le tengo que pedir perdón se lo pido personalmente.
—Y "gracias", ¿a quién le decís?
—Gracias digo siempre. Gracias así, al infinito. Gracias porque hago lo que me gusta. Gracias también a mí mismo porque siempre estoy abierto a aprender. Gracias a la gente que tira buena energía, siempre agradezco. Me parece muy importante dar las gracias.
—Te reencontraste con tu papá.
—Sí, hace rato ya. Cuando vino a ver al obra "Esperanza mía"… Me guío siempre por los programas que hago, es tremendo eso (risas). Estamos re bien. Para mí es muy importante, salvo excepciones de la vida, estar bien tanto con la mamá y como con el papá de uno. Para así poder estar bien con uno mismo. Estar sin rencor con los padres para poder seguir aprendiendo y seguir creciendo y evolucionando. Me parece súper importante.
—¿Te avisaron por contrato que si los participantes de "Primera cita" se casan, vas a tener que ir?
—(Risas) Sí, me contaron que en España, que le va muy bien hace dos años, ya hubo casamientos que nacieron en "Primera cita", que allá es "Cita a ciegas". Hijos que nacieron…
—Bueno, Telefe tiene "Gran Hermano", con casamientos, hijos, de todo. Así que…
—Si, hay que ir a presenciar y a ser padrino. y se irá. Se irá a festejar, a bailar un rato, a comer y a divertirse.
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