En tiempos en los que las series y las plataformas digitales parecen haber destronado a la televisión argentina, nuevos formatos -o viejos, pero, como dicen, el público se renueva- llegaron a la pantalla chica para quedarse. El Nueve hizo una gran apuesta con El show del problema, un talk show en el que se plantean conflictos maritales o familiares en vivo y Nicolás Magaldi oficia de moderador e interviene.
Los conflictos que plantean son cosas que nos pasan a todos nosotros
"Esto es un gran show de las cosas que nos pasan a todos. Lo que la gente va a encontrar acá son los problemas reales de la gente común que, sinceramente, está atravesando por estas cosas. Lo más bonito que podemos hacer nosotros es hacer un show de eso, porque hasta de un problema uno se puede reír para que sea un poco más leve", asegura a Teleshow el conductor del ciclo que se emite todos los mediodías.
"Mi marido no me deja adelgazar"; "No me quiero ir de vacaciones con mi suegra"; "Mi pareja quiere tener sexo todo el tiempo"; "Mi papá se enamoró del albañil", "Mi hijo le cría los nenes a la novia", son algunos de los conflictos que se plantean en el programa que cuenta con un panel conformado por la escritora Silvia Freire, la periodista Laura Ubfal y el abogado Guido Karp, quienes debaten, analizan y llegan a una conclusión sobre el final de cada caso.
¿Cuál es la fórmula del éxito de El show del problema? Ser él mismo. "Lo que se ve acá es la versión más genuina de mí, de cómo soy en la vida. Tengo la risa fácil. Hago chistes simples, tontos y me río de mí mismo. Me parece que es lo más bonito que pasa porque me siento muy tranquilo", asegura el conductor que también toma conciencia de que el mes pasado fue el programa más visto del canal.
Hay una magia en el aire que es única
"Sabiendo la responsabilidad de que cada vez es más la gente que se suma a ver un show, que tiene una propuesta muy distinta a lo que tiene la televisión en general. Y eso me encanta", destaca.
"Hay una magia en el aire que es única y todo es un gran show. De cada problema siempre buscamos hacer un gran show", agrega el conductor que se prepara y analiza cada caso minutos antes de salir al aire.
"Antes del programa, hablo con la producción y me cuentan cuál es el planteo del día. Siempre hay una fórmula en El show del problema: una persona que viene a plantear un conflicto y acusa a otra, que se defiende. También se suman pruebas a la situación y si hay personajes que aportan a la historia, los incorporamos. Me quedo con un concepto general de lo que es el problema y vamos al vivo, en donde trato de seguir completando ese relato en base a las cosas que vayan surgiendo. Es es mi objetivo", asegura.
De cada problema buscamos hacer un gran show
Magaldi explica que el hecho de involucrarse tanto en cada caso es algo que le sale de manera natural: "Además, hay tanta buena onda en el equipo, tanto con la parte técnica como con la producción, porque laburamos en bloque. Que pase eso hace que todo sea más sencillo. Cuando un conductor está bien respaldado creo que lo único que tiene que hacer es brillar y es lo que me pasa hoy acá. Busco brillar todo el tiempo".
Dentro de cada caso, el conductor coincide y entiende a aquellos que se divierten con el problema que plantea el participante: "A veces tocamos temas serios, y hay otros que son muy divertidos y me hacen reír mucho porque, dentro de esas historias, son cosas que nos pasan a todos nosotros, y a la gente también".
El rol del jurado y la definición del problema
Desde su lugar en el panel, Laura Ubfal detalla cuánto se involucra en cada caso que se plantea en el programa. "Después de que la producción nos informa lo que se debatirá, lo vemos, analizamos y tratamos de escuchar a todos, porque la gente, hablando, devela su realidad. Y es lógico que una se comprometa. Lo que se ve acá, además, se refleja en un montón de casas y nosotros también lo vemos en la calle", asegura la periodista a Teleshow.
Guido Karp, por su parte, destaca que le resulta inevitable ver los conflictos desde su postura de abogado. "Acá hay todo el tiempo un conflicto que necesita una mediación y esa es mi función. Desde dónde lo veo y para dónde voy. A veces lo tomo por conveniencia, como la realidad misma en la que hago empatía con los demás y trato de resolver el problema a mi favor. Siempre elijo de qué lado estar y a quién defender", explica.
Por último, la escritora Silvia Freire cuenta que hace 30 años escucha problemas de otros y que, a pesar de estar frente a cámara, lo toma como si se lo estuvieran contando en la intimidad. "Por suerte, cuando estoy a punto de explotar o de ponerme iracunda, recuerdo que esto también es un show y nos divertimos mucho con esto. La combinación me parece divina. Que sea un conflicto y que se lo tome con humor, me parece que es el secreto de la vida", resalta.
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