"Cuando la vi, aún sabiendo lo que iba a pasar, me atrapó, y pienso que al público le va a pasar lo mismo y se va a entretener", asegura Oscar Martínez sobre Las grietas de Jara, la película que protagoniza junto a Joaquín Furriel y Soledad Villamil.
En el filme, que se estrenó el 18 en Argentina y el 25 de entero estará en todos los cines de Uruguay, el actor interpreta a Nelson Jara, un indignado propietario del edificio lindante a una obra de un estudio de arquitectura, damnificado por una grieta en la pared de su living provocada por un error en la construcción.
A veces he sido carne de un psicópata
Para ello, se puso en la piel de un psicópata que logra manipular y meterse en la vida de Pablo Simó (Joaquín Furriel). "Es más un thriller de suspenso que un policial", agrega el actor en una entrevista exclusiva con Teleshow.
—¿Te inspiraste en alguien que conocés para interpretar a tu personaje?
—A mí me gustó mucho el personaje, me pareció muy atractivo. Tomé un modelo, pero no tanto en cuanto a la personalidad porque la idea de usar colita fue mía, a un hombre que veo en la zone donde vivo. Lo vi y dije "Este tipo podría ser Jara" por los rasgos externos físicos, no de comportamiento. Después, hablé bastante con Nicolás -Gil Lavedra, el director- sobre cómo encararlo y le pareció bien lo que le dije. Ellos pensaban ir para otro lado, pero les gustó lo que yo propuse y lo fuimos desplegando en el rodaje.
—¿Cómo se te ocurrió el look?
—Fue en función a lo que me imaginé. Son esas cosas que te lleva la intuición. No tiene que ver con algo inmediato mentalmente o intelectual, sino que dije "Este tipo tiene que tener una colita". Quizás porque lo asocié a este personaje, porque no lo conozco pero me lo imagino bastante. Le veo su aspecto y, a partir de ahí, me dejé llevar por mi intuición actoral.
—¿Cómo definirías a Nelson Jara?
—Es un psicópata, un estafador de poca monta que no se da cuenta de los riesgos que corre porque, en definitiva, cae en una red de psicópatas mucho más grande que él. Me gustó ese aspecto psicopático que tiene de cómo se mete en la personalidad del personaje que hace Joaquín, en aspectos de su vida íntima y personal. Si bien hace un trabajo de campo y de investigación, es más su intuición psicopática lo que lo lleva a olfatear nuestras grietas, nuestras extorsiones y se meten por ahí.
He tenido problemas con algún vecino pero no de tanta magnitud
—¿Alguna vez te cruzaste con un psicópata?
—Por supuesto. Muchas veces. A veces he sido carne de un psicópata y a veces no, y he sabido salir a tiempo. A esta altura del partido, tiene que tener una habilidad muy grande para que yo no se lo perciba. Lo percibo porque muchas veces pisé el palito porque, en general, soy personajes muy atractivos, muy seductores. Si nos diéramos cuenta con tanta facilidad que son embaucadores, estafadores, manipuladores y traidores, no caeríamos tan fácilmente.
—¿Tenés algo de Nelson Jara?
—No, yo no me veo nada. Está muy circunscrito en la película a esta faceta. No llegamos a conocer su vida personal. Vemos que vive solo, pero no sabemos mucho más. Vemos su accionar en función del objetivo que tiene. Uno puede intuir, a partir del comportamiento que tiene con Simó. Sobre todo cómo se mete en su vida, cómo intuye los lados flacos… Debe ser un tipo que, en general, debe vincularse de esa manera. Pero esto no nos da la totalidad de cómo es Jara y de eso, yo no tengo nada que ver.
—¿Te tocó algún vecino complicado o psicópata?
—Sí, pero en ese sentido tuve suerte. Habiendo vivido en una gran ciudad, con tanta densidad, alguna vez te tocó un vecino complicado con el que pudiste haber pasado un mal momento, un disgusto.. Pero sí conozco gente cercana que ha tenido grandes psicópatas y grandes problemas con vecinos cercanos. A mí no me pasó esto. Algún problema tuve pero no de magnitud como algunos que conozco, que son realmente muy extremos, que te pueden hacer mudarte porque es insoportable.
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