"Gasolero, no hay dinero, alma sola vagando por la ciudad… no me deje en banda gasolero, si mañana hay aguacero tengo que ir a trabajar, no me deje solo compañero, que aunque nos falte el dinero, tengo un sueño que llevar", entonaba Vicentico apenas pasadas las 21, un caluroso lunes 5 de enero en la pantalla de El Trece, mientras de fondo se veían imágenes de taxis y colectivos circulando por Buenos Aires. Así comenzaba la historia de Roxy (Mercedes Morán) y Panigassi (Juan Leyrado).
Gasoleros, la novela producida por Pol-Ka duró dos temporadas y marcó un antes y un después en la televisión argentina: significaba el adiós (al menos por el momento) a los clásicos culebrones en los que el chico rico que se enamora de la chica pobre y la bienvenida a las tiras costumbristas.
Gasoleros tenía otro vocabulario: palabras y charlas simples, problemas cotidianos y profesiones comunes (taxistas, mecánicos y colectiveros). Las cosas que le pasaban a los protagonistas eran las mismas que le podían pasar al espectador que estaba del otro lado de la pantalla, dificultades en el trabajo, discusiones con los hijos adolescentes o problemas para llegar a fin de mes.
Soledad Silveyra había sido la elegida para interpretar a Roxy, pero como ese año iba a dedicarse a la conducción de Utilísima, tuvo que decir que no. Finalmente el magazine que hizo Solita duró apenas unos meses y el rol principal en la tira lo tomó Mercedes Morán. El papel del protagonista masculino lo tomó Juan Leyrado. A ellos los acompañaban Dady Brieva, Manuel Callau, Silvia Montanari, Cecilia Milone y Pablo Rago. Paralelamente, los jóvenes tenían su espacio en la ficción, con Nicolás Cabré, Pamela Rodríguez, Malena Solda, Matías Santoianni y Melina Petriella, entre otros.
La historia partía de la rivalidad entre "tacheros" y colectiveros, diferencias que había que vencer. Roxy, madre soltera y casada por segunda vez tenía una pequeña flota de taxis y Héctor, mecánico de colectivos, viudo y con dos hijos no se llevaba para nada bien con los taxistas: "Podés trabajar de cualquier cosa, pero no pierdas la dignidad, no podes hacerte tachero", le decía enojado a un amigo que se había quedado en la calle. El destino los cruzó y de a poco la pareja protagonista fue dejando a un lado sus diferencias.
En representación del gremio de los choferes de colectivos estaba Alberto (Dady Brieva), soltero, con un loro como mascota, Sanguinetti. Tucho, como los amigos le decían, estaba perdidamente enamorado de Isabel, la hermana de Panigassi.
Gasoleros, según sus protagonistas
"Panigassi es algo que está dentro de uno y perdura, vive en uno, la mejor forma de recordarlo es conservarlo vivo adentro mío", contó a Teleshow Juan Leyrado sobre su entrañable personaje: "Cuando me convocaron me encantó la idea. Lo hicimos con un libro y un elenco maravillosos, nunca pensamos que duraría dos años. Trabajamos en paz, con mucha creatividad y cada no fue aportando lo que tenía para construir ese cuerpo con vida que se llamo Gasoleros y que aún perdura en el recuerdo y en el sentimiento de la gente".
En el mismo sentido, Mercedes también recuerda con cariño a Roxy: "Es un personaje inolvidable, significó muchas cosas, más allá de un reconocimiento y una popularidad que antes no había tenido. Me encariñé mucho con ella porque me pareció un personaje poco convencional, teniendo en cuenta la época. Estaba llena de imperfecciones, de defectos, no era la típica heroína y eso provocó una empatía con el público enorme. Tenía un espíritu encantador, fuerte. Estando casada se enamoraba y era muy trasgresora, madre sola con su hijo".
Para Dady, su participación en la tira fue la ventana a una nueva carrera, ya que en Gasoleros recién se lo pudo ver como actor de novela, siguiendo un guión, fuera del humor que hacía con Midachi. "Me enseñaron un oficio, Juan Leyrado y Pol-Ka me mostraron cómo era esto de actuar en televisión. Tengo el más grato recuerdo, éramos un equipo muy aceitado actoralmente, el que se incorporaba por más que fuera un gran actor le costaba entrar porque estaba todo muy acomodado. Sin dudas me abrió puertas, después de eso hice Agrandaditos, El sodero de mi vida y todo lo que vino después".
Todos coinciden en que aunque los guiones eran sólidos, los autores y directores les daban libertad para aportarle nuevas cosas a Roxy, Pani y Tucho, lo que los hacía aún más creíbles y más cercanos a la gente.
"Muchas cosas eran mías, que aparecían de un conocimiento mío como búsqueda de actor, conocimiento de vida, como el conocer lo que significa un barrio, esa forma, ese estilo", dijo Leyrado y destacó que desde lo autoral "nunca se caricaturizó" a Héctor ya que muchas veces a ese tipo de personajes "se los traza con un grosor más allá de la realidad, haciendo que aparezcan cosas que no tienen que ver con la gente" y ejemplificó: "El barrio no es hablar mal, no es comerse las eses, es como todo, hay distintas formas, y fuimos muy cuidadosos al construirlo para que sea real. Yo trabajaba los sentimientos, no la forma. Panigassi no es sólo un tipo de barrio, es un universo de ser humano afectivo, sentimental, con códigos de vida".
Morán también puso cosas de Mercedes en Roxy: "Siempre quedé agradecida de tener el permiso de los autores de humanizarla, de llenarla de sombras, era mentirosa, mezquina, pero una mujer que iba para adelante, que no la podían vencer las contrariedades fácilmente. Esa heronía despertó una empatía muy fuerte al poder reconocerse de otra manera y un tipo de actuación más verdadera, no era improvisado, eran los libros, pero había naturalidad".
El recuerdo de Gasoleros
Para Brieva la tira de Pola-Ka significó mucho en el medio. El actor, destacó que "era la primera ficción costumbrista en prime time" que contaba la historia de personas comunes, que de grandes decidían rehacer su vida. Además, para él significó un gran semillero de actores y otro factor importante que hizo que aún hoy la gente lo recuerde, es que reunía a todos alrededor de la televisión.
"Para la gente Panigassi sigue vivo, y en mí también", dijo feliz Leyrado, que al igual que su colega resaltó que Gasoleros era un programa "para toda la familia": "No sé si marcó un antes y un después porque creo que las cosas llegan en un momento porque se juntan muchas otras cosas, un éxito no es un actor, ni un programa, lo hace una conjunción. Sí, tuvo una impronta, con todos actores y actrices talentosos, el guión, todos estábamos atentos a dar lo mejor, apareció una estrella que no modificó la televisión, sino que agregó cosas que siguieron adelante en otros proyectos".
"Cuando más cercanas sean las historias para contar, más lindo es mi trabajo, la repercusión con la gente es maravillosa. Que te reconozcan por lo que haces, me encanta, más cuando le llega en forma de placer, porque das alegría y un momento de distracción. Acompañás muchos momentos de la gente, y hay que ser respetuoso de la gente", cerró el actor.
Para Mercedes también dejó una marca imborrable: "Todavía la gente me la recuerda en la calle, Roxy se metió en el corazón de todos y con Panigassi se convirtieron en una pareja icónica, no nos dábamos cuenta en ese momento, sino recién pasado el tiempo. Fueron dos años haciendo la novela y la pasábamos bien. Parece mentira que se cumplan 20 años de ese momento. Si algo le faltaba a Roxy para que fuera más encantadora era una madre que era China Zorrilla, fue un dúo que me divirtió mucho".
Luego de 464 capítulos, la novela que marcó un estilo llegó a su fin. A ella le siguieron varias ficciones costumbristas como fueron Campeones de la vida, El sodero de mi vida (ambas de Pol-Ka) y Los Roldán.
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