Fátima Florez: "Cristina Kirchner jamás me llamó para decirme qué pensaba de mi imitación"

La artista debuta en Mar del Plata con un nuevo show que incluye 40 personificaciones. Infobae habló con ella

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Ingresa al estudio de InfobaeTV y de inmediato la gente se acerca a saludarla. Le piden que imite a Moria Casán y, con su voz, mande saludos a sus conocidos. En segundos aparecen Marixa Balli, Charlotte Caniggia, Susana Giménez o Carmen Barbieri. Fátima Florez cambia de voz y de gestualidad con una velocidad asombrosa. Enfundada en un jean ajustado y con una figura envidiable, esta capocómica inimitable está a horas de debutar en Mar del Plata.

"Fátima Superstar sube a escena en el teatro Roxy de la ciudad feliz con 4o personas que allí trabajan. Es el espectáculo más ambicioso que hemos hecho. Estoy muy contenta", le dice a InfobaeTV. Desde que Gerardo Sofovich la impulsó en la televisión, esta artista no ha parado, llegando a ser una de las mejores imitadoras de la ex presidente Cristina Kirchner. "Nunca me llamó ni supe que se haya molestado. Siempre la hice con respeto pero había que hacerla cuando ella estaba en el gobierno", expresa.

Antes de su debut, habló con InfobaeTV en una extensa charla.

— ¿Fecha de estreno del nuevo espectáculo?
— 19 de diciembre, es ya. Con lo cual me tiene con mucha adrenalina, nervios, dormir poco, ensayos, pruebas de vestuario, entrevistas. Mucho de todo.

— Todo. 19 de diciembre.
— Sí, 19 porque tengo un tema con las cábalas.  El 19 de abril es el día de San Expedito del cual soy muy devota y me cumplió muchas cosas que le pedí en forma urgente, como es este santo. Es por eso que trato de debutar siempre los 19 para que me traiga ese karma y me venga a acompañar.

— Qué bueno. Y están en el teatro Roxy.
— En el teatro Roxy de Mar del Plata de martes a domingo, así que estoy feliz. Con una producción de Lino Patalano con un montón de artistas que me acompañan, Julián Labruna, Fernando San Martín, acróbatas, bailarines, músicos en vivo, pantallas LED, tecnología, de todo. Tenés que venir.

— Sí, voy a ir.
— Y te subo al escenario.

— No lo vas a conseguir. Yo siempre entro último, pago mi entrada…
— Pero si Pamela te hizo bailar…

— No, negativo, negativo, no me vas a encontrar nunca.
— No te voy a encontrar…

— Sabés que alguna vez me acuerdo de cuando Gerardo Sofovich te presentaba como una mujer que iba y que le proponía personajes. Desde ahí ¿hasta dónde? que no hace tantísimo tiempo.
— Sí, lo de Gerardo fue en el 2008/2009, de ahí para acá es impresionante cómo fue creciendo la carrera. Creo que fue bastante vertiginoso, año tras año, tratando siempre de incorporar nuevos personajes, de crecer yo como artista; bueno, como persona por supuesto también, todo tiene que ver con todo. Me sorprendió todo esto que pasó.

— Claro.
— Me sorprendió mucho, superó mis expectativas y como que todavía me sigo acomodando.

— Yo te veo y hay algo que es distintivo, aparte de que sos una bellísima mujer, y es que creo que hay mucho de trabajo.

— Hay una transpiración de camiseta importante. Hay mucho de eso, de perseverancia y de paciencia. Y después, algo que nos acompaña a los que estamos en esto que viene con uno, un duendecito, un angelito que nos acompaña. Pero hay mucho trabajo, no hay que quedarse con 'ay, nací con talento' o 'nací con carisma'. No, hay que acompañarlo, hay que estudiar mucho porque si no, pasa. Lo más difícil de verdad es mantenerse.

— ¿Te reís con quién?
— Con muchos. Francella, Pinti, Olmedo… bueno, no quiero dejar a nadie afuera porque hay tantos…

— ¿Con Gasalla te reís?
— Sí, por supuesto, Antonio es un groso, es un capo y sí, siempre me encantó verlo. Es un número uno, por supuesto.

— ¿Qué pasó? ¿Ya está? ¿Ya pasó todo eso?
— Sí. Es que no pasó nada, no sé qué es lo que ha pasado pero, para mí, nunca pasó nada. Yo al contrario, fui al programa de Susana a aportar mi granito de arena, la frutillita de la torta. Es el programa de Susana y a mí me llamaron para hacer humor, imitaciones, que es lo que hice, la producción está más que feliz conmigo, imaginate, trabajar con Antonio, con Susana, ¿quién no…?

— Obvio.
— ¿Quién no quiere? Ya me tocó trabajar con todos, con Marcelo, con Lanata, con Gasalla, con Susana. Con los número uno.

—  ¿Cuán generosos son los inmensos, los talentosos, cuando ven a una mujer tan arrolladora?
— Soy como un pionono que te va arrollando y .. (Risas). Mirá, no sé, yo a veces trato un poco de abstenerme de eso y no fijarme si son generosos o no, y de verdad, no analizar tanto el afuera y focalizarme más en lo mío. Trato eso. Creo que me he manejado bastante bien, seguramente con algunos errores, pero fijándome más en mi camino que en el resto avanzo más rápido, mejor, te hacés menos daño a la salud. Me parece mucho más sano focalizarse en uno y no mirar tanto qué hace el otro, si al otro lo aplaudieron más, o si el otro tiene más premios. ¿Para qué? ¿O no?

— Sí, claro, no cambia, tu laburo no se cambia.
— No cambia. Lo que importa es la misión que trae uno. Yo creo que encontré la mía, bien o mal, todos los días trabajo para que sea mejor. Pero creo que estoy bien encaminada.

— ¿Cuál es tu misión?
— Creo que mi misión tiene que ver con la comunicación y con el entretenimiento y con llevar alegría a la gente. Los que vienen a ver la obra, y esto no es vender la obra, esto es hablar de verdad, viven una fiesta, pasan por varias emociones. Porque también tocamos el valor de la familia, el valor de la palabra que está muy castigada últimamente, donde uno la dice y la palabra no tiene peso, se la lleva el viento. Entonces se rescata la familia, el valor de la palabra, la gauchada. Y donde, por supuesto, la gente lo que quiere ver es el humor, lo que ven en la tele, otros personajes que guardo para la gente que me viene a ver al teatro, una comunicación directa con el público donde se rompe la cuarta pared desde el primer momento.  Llevo los personajes que la gente adora y ama, esos personajes populares que escucharon toda la vida, y también, los nuevos que surgen. Entonces tenés en un escenario cuarenta grosos, cuarenta divas, cuarenta famosos que están todos conviviendo ahí. Es una gran magia que se crea y después la gente sale del teatro así.

— Lindo, lindo, es lindo.
— En serio. A la salida la gente nos espera para las fotos y  te dan unas devoluciones que vos decís 'guau, si yo pude llevarle la mitad aunque sea de lo que me dicen, tarea cumplida'. Y ahí me refiero con la misión, llevar alegría, hacerlos olvidar. No sabés los problemas que cuentan, dicen 'me los hiciste olvidar en estas casi dos horas de todo'. Eso es como milagroso.

— Ya está, ya está.
— Yo digo: 'ya está'. ¿O no?

— Tiene un nuevo sentido todo, claro.
— Eso no tiene precio. Entonces cuando escuchás eso te vas a comer así de gordo con lo que te dijeron y no pasás por la puerta. Porque de verdad es tan gratificante para el alma que no lo podés creer.

— ¿Cuarenta personas vas a tener ahora?
— Sí, siempre tuve veintipico, treinta, ahora tenemos cuarenta porque me gusta ver hasta dónde doy tirando de la cuerda. Hasta dónde se puede. Y siempre se puede más. Entonces, es un año de políticas, de cosas que pasan en la farándula, y, además, es un espectáculo que tiene cuarenta pero puede tener cuarenta y uno, cuarenta y dos, porque se basa mucho en la actualidad, en qué es lo que pasa en el día. ¿Hoy qué es lo que pasó?, ¿esto? Bueno, lo metemos en el espectáculo. Con lo cual se va retroalimentando todo el tiempo.

— ¿Contás los nuevos o preferís que la gente se entere en el teatro de quiénes son los nuevos?
— Cuento los nuevos para que la gente también se entere. La otra vez hice una rutina en lo de Susana de personajes cantados y gustó, así que incorporamos imitaciones de cantantes como Valeria Lynch, los Pimpinela, Michael Jackson, Madonna, todos genios. Y por supuesto, la política…

— Obvio.
—… mezclada con la farándula cada vez más… yo creo que, vos sabés del tema, es impresionante cómo la política y la farándula se van entremezclando, ¿no? Y todos conviven en el escenario.

— En algún momento la sacaste a Cristina Kirchner de tu espectáculo porque había mucho ruido, ahora vuelve.
— Sí, la hemos sacado.

— Fuiste muy respetuosa, quiero decirte. Porque me parece que en la coyuntura dijiste 'corrámosnos un poco de ahí'.
— Sí, cuando la operaron a ella hace muchos años, por un problema de salud, que no me acuerdo bien qué…

— Un hematoma en su cabeza.
— Yo creo que con los temas de salud hay que tener un respeto importante. En ese momento yo dije 'no se puede hacer humor cuando no se sabe qué está pasando con la salud'. Sacamos el personaje unos cuantos meses, y después por otros motivos también lo hemos dejado y seguimos con la obra para adelante. Lo importante es eso, no ser tampoco dependiente de un personaje, que la obra continúe y cuando estuvo todo bien, el personaje se metió. Y además que la hicimos mientras estaba en el poder y cuando no estaba, lo importante es hacerla siempre. ¿Entendés? No ahora que no está, la hago y me río. No. Yo la hice siempre con el mismo respeto, esté arriba, no esté, como sea.

— ¿Mirás lo que se dice de vos en las redes sociales?
— Y, mirá, Twitter por ahí es el más fuerte, donde pegan un poquito más a todo el mundo. Antes me dolía mucho, veía una mala y me dolía. Después vi que a todos nos pegan, que no es nada personal con uno, que alguno tiene ganas de poner 'no, no me gusta el anteojito que tiene Luis'. Y no es que sea malo pero se pega mucho y está bien. Al principio me dolía y ahora ya me lo tomo, nada, con pirámide de vaselina.

— ¿En qué momento de tu vida estás?
— Estoy en un momento muy cargado, con mucho trabajo. Un momento de crecimiento. Con muchas cosas, pero aun así trato de mirar, observar y de disfrutarlo, de retener los momentos porque si no después se pasan y decís, 'ay'. Mucho movimiento, boom, olas que rompen y la verdad que bien, un momento muy lindo.

— ¿Y ganas de parar? ¿Que se pare un poco el mar? ¿O preferís que siga así con olas?
— Me gusta el mar con olas y cuando quiero pararlo me gusta correrme a un costado y después volver a meterme al mar. Pero me encantan las olas, nadar, surfear, todo.

— Alguna vez te escuché hablar de la maternidad como una cosa en tu vida.
— Sí, es una asignatura pendiente que cada vez está más cerca y ahí sí voy a parar las olas, voy a parar todo, me voy a tomar tiempo. Un año o más, lo que fuera necesario, justamente no quiero eso de tenerlo y seguir trabajando y no poder disfrutarlo porque son momentos que se pasan muy rápido. Así que sí, eso lo voy a disfrutar muchísimo.

— Algunos colegas, algunas colegas tuyas, han decidido alquilar un vientre, Luciana Salazar por ejemplo. ¿Te pasa eso por la cabeza o no? ¿O decís, si lo vamos a hacer, si puedo hacerlo naturalmente, lo hago naturalmente?
— No, no, totalmente, naturalmente. Por supuesto que no discuto a nadie, me parece todo fantástico, todo lo que haga bien a un ser humano eso está todo bienvenido. En principio me encantaría parar y poder tenerlo yo y, además, está todo bien para que así sea. Tengo que parar porque vengo hace tres, cuatro años, sin tomar vacaciones. Así que sí, ahí voy a poner un freno yo para que se dé todo.

— Volvete a parar en aquel momento en que Gerardo te presentaba como la chica nueva que venía a hacer humor y te mira hoy. ¿Qué dice esa chica?
— Creo que estoy mucho más plantada como persona, como artista. Con más seguridad pero también a veces con más inseguridad. Son esas mezclas de emociones que se van juntando. Con mucho cariño por parte de la gente que me brinda mucho amor. Así que, mirando para atrás, digo estoy orgullosa del camino que recorrimos con mi marido hasta acá.

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