"Buen miércoles…", escribió Larissa Riquelme en su cuenta de Twitter, en donde tiene casi un millón de seguidores. La modelo paraguaya acompañó el mensaje con dos emoticones de corazones y una foto de Yo soy guerra, una cuenta en las redes sociales que realiza posteos con frases que destacan la fuerza de las mujeres.
"Hay batallas que requieren tu silencio porque te toca ver como Dios pelea por ti", reza el mensaje que Larissa eligió destacar en un posteo que parecía ser uno más. Hasta que, horas más tarde, su novio, Jonathan Fabbro, se entregó en la Justicia en México, después estar durante dos semanas con orden de captura internacional.
El futbolista se entregó en Puebla, México, en donde, hasta hace una semana, era jugador del Lobos BUAP. Tenía dos circulares rojas de Interpol en su contra hace dos semanas y la Justicia argentina había rechazado un pedido de eximición de prisión.
Fabbro se entregó luego de dos circulares rojas de Interpol emitidas por las autoridades argentinas y paraguayas que pedían su captura internacional. Estaba acusado de dos delitos: abusar sexualmente de dos niñas menores de edad. La primera es su propia ahijada, hoy de once años de edad, un expediente radicado desde mediados del año pasado en el Juzgado N°32 del doctor Santiago Quian Zavalía y motorizado por el abogadod querellante Gastón Marano, que representa a la familia de la menor. La segunda víctima es parte del entorno más íntimo de su pareja, Larissa Riquelme, un caso investigado por la fiscal Carla Rojas en Asunción.
"Inteligente es quien solo cree la mitad de lo que oye. Brillante es aquel que sabe qué mitad…", había sido la polémica frase que Larissa Riquelme publicó en las redes sociales el pasado 5 de diciembre cuando el juez Santiago Quian Zavalía pidió a Interpol la captura internacional.
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