Después de un año súper exitoso hoy disfruta sus vacaciones y se prepara para volver con Sugar en Febrero: "Uno piensa que a veces está más prisionero con la televisión que con el teatro, pero en la tele si te enfermás o te pasa algo podés faltar un día. En teatro hacés lo posible por no enfermarte y más en una producción tan grande como esta que perder un día es perder mucho" dice el actor que se dispone a disfrutar las vacaciones con su mujer y sus tres hijos, Teo (17), Juan (14) y Miranda (9). "Tengo los chicos en edad escolar todavía, salen a las cinco, y yo a las dos horas me estoy yendo para el teatro cuando vuelvo están dormidos" explica dispuesto a recuperar en estos meses el tiempo perdido.
Si bien hasta dos días antes del estreno no entendía qué estaba haciendo y temió lo peor, la obra que protagoniza junto a Griselda Siciliani y Nicolás Cabré fue un éxito de taquilla con excelentes críticas: "No le tenía confianza y la disfrute mucho" reconoce: "La pasé muy bien, todos mis miedos, mis dudas, mis inseguridades, fueron casi desapareciendo" Su participación fue tan buena que hay quienes aseguraron: "Llegó para quedarse en la comedia musical'. Él se rie y asegura: "Se equivocan porque es muy difícil"
— ¿No vas a robarle el lugar a Pepito Cibrián ?
— Es que no me da a mí. Sinceramente no estoy preparado para ser un actor de comedia musical. Puedo hacer esto sí, puedo hacer alguna otra participación, pero la comedia musical en sí misma, cantar, bailar de verdad, no lo hago yo. Sí me sorprendí bastante, fundamentalmente con el tema de poder bailar. Hoy de golpe estoy haciendo la coreografía y ni la pienso.
— Ojo con Showmatch.
— Ni loco, a esos lugares no me atrevería jamás. No me siento muy cómodo bailando particularmente, no es lo que más me sale, cantar me gusta un poco más.
— ¿Qué preferís Estudiantes de La Plata ganando la Libertadores o Argentina ganando el mundial?
— La respuesta lógica y rápida es Estudiantes de La Plata ganando la Libertadores, pero en este caso puntual es una generación de jugadores de la selección que me da mucha pena que no ganen un título. Son muy buenos jugadores y no se les está dando, creo que me quedo con Argentina el mundial.
— Una cosa casi paternal.
— Sí porque el fútbol está más enfermo que la política, que la religión, hay como una locura y un destrato hacia el jugador, que es lo que nos entretiene, lo que vemos, lo que elegimos. En la selección particularmente me parece que hubo estos últimos años un maltrato a los jugadores. Messi tiene lo que se te ocurra, le faltan estas cosas.
— ¿Puteás viendo fútbol?
— Puteo viendo fútbol, sí. De pendejo puteaba mucho más, ahora soy un puteador selectivo.
— ¿Sólo viendo fútbol o en otros momentos de la vida también?
— No, soy puteador, soy puteador. Manejando, mucho. Igual estoy mejor. Ahora ya me la guardo más para mí, se quejan mis familiares que van adentro del auto diciendo que soy insoportable.
— ¿Y a piñas te has agarrado?
— Ya no. De pendejo mil veces. De pibe era muy peleador. La Plata es una ciudad medio peleadora, es como el Far West.
— ¿Sí?
— Sí. Hay mucha universidad y por lo menos en mi época había mucha pelea, yo jugaba al rugby y con mis amigos salíamos a divertirnos y dentro de la diversión estaba la pelea. Hoy me siento tan alejado de esa realidad, veo una situación así y me pone mal. Pero reconozco que en esa época era súper peleador. Desde los dieciocho años que no me peleo eh.
— ¿Con el alcohol cómo te llevabas?
— Nunca tomé. Tomé alguna vez y me emborraché, no me caía bien, no me gustaba el después, al otro día estaba destrozado así que generalmente no soy de tomar.
— ¿Eran piñas porque sí?
— Sí, andá a saber qué quilombo tendría en la cabeza en ese momento, mis viejos separados, yo estaba mucho en la calle, en esos momentos era una mezcla de diversión y de miedo, había como una adrenalina que hoy la pienso y sinceramente no puedo creer, los veo a mis hijos y ruego que eso no ocurra, y por suerte están lejos, salen con los genes de la madre. No sólo por agarrarme a piñas, yo de pibe era muy bardero. Vivía haciendo quilombo, pobre mi vieja.
— ¿Robabas?
— Pequeñas cosas, sí. No era un chorro, no iba de chumbo a ningún lado ni mucho menos, robaba boludeces, era un juego, en un kiosco podía entrar a robar algo. Esa cosas ni mi vieja ni mi viejo se enteraban mucho. Me tomaba un tren a los once años y me venía para Capital y me iba al Italpark, o me iba a una cancha de fútbol solo con un amigo. Y estas cosas que cuento son nada, me imagino en aquel momento las cosas que hacía y los llego a ver a mis hijos y me muero.
— Cambió el país también, lo vemos en nuestros hijos y la travesura se puede convertir en desastre.
— No, no, me muero. Esto que dijiste es muy importante, cambió mucho el país, yo vivía en la calle porque se podía vivir en la calle, no es la calle de hoy.
— ¿Qué miedos tenés como papá de adolescentes y preadolescentes?
— El miedo más fuerte tiene que ver con que les pase algo muy terrible en una salida. Que se coman alguna vez una piña no me preocupa, no me gustaría pero porque son mis hijos, pero sí algo peor. El alcohol y los accidentes con los autos por ejemplo me aterrorizan, por mi historia también, por mi hermano que falleció en un accidente de auto.
— ¿Qué edad tenías vos cuando murió el primero de tus hermanos?
— Cuando falleció Marcelo yo tenía veinte años.
— Y te lleva puesta la vida de una trompada.
— Terrible.
— ¿Con quién te enojaste?
— No, no me enojé. Al principio obviamente me enojaba con la vida cuando sucedían estas cosas. Cuando fallece en el 2006 Hernán, mi segundo hermano, dije: "La puta ¿Otra vez a mí?" Hernán estaba enfermo y yo decía: "No, no se va a morir, es imposible, ya se me murió uno, no se da".
— Es impensable.
— No hay posibilidades. Una vez me compré un lote para construirme una casa hace muchos años y al lado de mi lote se cayó un avión, dije: "Buenisimo, otro avión no se va a caer en el lote". Acá se me cayó otro avión en ese sentido. Pero el enojo tuvo que ver con eso, con la vida, me metí más para adentro, me recluí yo. Fundamentalmente con Marcelo, con el primero. Con Hernán, más allá del dolor y todo, tuve la posibilidad de acompañar un poquito, Marcelo fue un accidente, y cuando acompañás durante cuarenta días vas procesando, se van armando cosas, más allá de que yo decía que no se podía morir a mí me entristeció mucho.
— Tu papá tuvo tres hijos más.
— Sí, tres. Papá es increible, tuvo tres parejas y con tres hijos, dos, uno, hizo escalera. El más chiquito, que ya es grande, es como el grande mío, tiene diecisiete.
— ¿Cómo te pega esa hermandad de alguien con tanta diferencia de edad?
— Bien, tengo un vínculo totalmente diferente a los vínculos que tuve con Marcelo y con Hernán, porque con ellos conviví, vivíamos juntos, dormíamos en el mismo cuarto juntos, todo. Con ellos parezco más un tío más que un hermano.
— ¿Pero lo sentís hermano?
— Obviamente lo siento hermano porque es mi hermano, él y también Diego y Demi que son de otro matrimonio de papá también. A mí me pega bien, papá una vez me dijo: "Vamos a tener un hijo con Cira", era su mujer en ese momento, por Facu "¿Qué pensas?". Le dije: "A mí me parece todo genial, lo que vos tengas ganas me parece bien. Tenés que entender que tenés una edad donde tu hijo va a ser muy chiquito cuando vos seas muy grande, yo soy feliz".
— No sos de meterte en conflictos políticos, pero cuando algo te hizo ruido no tuviste problema en decirlo.
— No soy de meterme primero porque desconozco mucho de política y no me gusta opinar si no sé y veo que esto está ocurriendo mucho en los últimos años.
— Es interesante poder decir: "No sé mucho de esto y no opino de lo que no sé" porque pareciera que todos tenemos que opinar de todo.
— Estamos en la época donde todos opinamos de todo y todos parece que sabemos de todo. Todos somos árbitros de lo que dijiste o de lo que dejé de decir. Creo que debe ser por las redes, nos estamos dando unos permisos increíbles para opinar de cualquier cosa. Está bien, opina, después bancate la que se te venga. Fundamentalmente si me metí con algo está relacionado con la política y el laburo de los actores.
— Sí, para contextualizar de que hablamos, en ese momento Raul Rizzo decia que en Pol-Ka no lo contrataban por su ideología política y vos lo negaste.
— Fue eso exactamente, en este momento por ejemplo me pasa que Brandoni renuncia a Actores. Yo no renuncio a Actores pero tampoco estoy de acuerdo con esta conducción. En Pol-Ka toda la planta de gente que labura, los técnicos, son todos exactamente opuestos, la mayoría eran K. gente divina, laburante. Los actores pedimos laburo porque hay poco laburo, esto es histórico, y tal vez ahora haya menos que el año pasado, no sé cómo es, pero generalmente tenemos poco laburo. Me chocaba mucho que él estaba en esa situación y mataba a Pol-Ka de la manera que la mataba sabiendo que no es así. Yo pongo las manos en el fuego, si vos hacés un análisis de quién pasó por Pol-Ka y quién dejó de pasar por Pol-Ka laburaron todos. ¿Hay dos productoras y vas a tirarle tierra? Y la Asociación Argentina de Actores también en un momento habló muy mal de Adrián, no me acuerdo si hubo una declaración o algo y comparó la metodología de trabajo con la dictadura.
— Bueno, en ese sentido una de las cosas que estaba planteando Brandoni tenía que ver con las distintas causas a las que se suman desde Actores.
— Yo comparto eso que dice él. Individualmente podés hacer lo que quieras pero como entidad salir a pedir por X persona me resulta raro. No digo que no haya que hacerlo, a mí me resulta raro. Cada vez que veo una cosa que no me gusta, si lo vi en Twitter lo retwiteo y pongo: "Yo no". Por ejemplo: "Vamos todos a marchar por…", "Yo no". Me parece que no corresponde y está bueno marcar un poco de distancia.
— Podés distanciarte así, sin necesitar renunciar a Actores.
— Es que ellos también están de paso por ahí. Yo fui a votar esta vez, por este desagrado que tengo. Estamos muy ausentes y es un gran problema que tenemos porque hay muchos que como Brandoni dice, no están de acuerdo con este tipo de conducción pero tampoco nos comprometemos, no digo todos pero no sé qué porcentaje de gente fue a votar o no. Yo no podría laburar en Actores porque tenés un sueldo bajísimo, y le tenés que dedicar mucho tiempo. Valoro eso que hacen, aunque no esté de acuerdo, alguien tiene que hacerlo. Pero te repito, están de paso, dentro de cuatro años, cuando haya elecciones otra vez que no sé bien cuándo es se puede ir a votar otra vez y se van a ir ¿Por qué voy a renunciar? Yo puedo decir que no estoy de acuerdo en un montón de cosas.
— Esto que dice Brandoni de no es la Asociación Argentina de Actores sino la Asociación Kirchnerista de Actores ¿lo sentís así?
— Puede ser que esta lista y los que estén ahí adentro, tengan una relación muy fuerte con el kirchnerismo, respetable. Lo que no respeto es cuando mezclamos todo, pero eso es respetable, a mí no me molesta.
— Pero es una asociación que te agrupa a vos también que no comulgas con eso.
— Claro, yo estoy ahí y no soy kirchnerista, y hay un montón que no lo son y estamos ahí.
— ¿Que no seas kirchnerista implica que tenés que ser fervientemente macrista?
— Cero. Apareció esa cosa de soy blanco o negro. Estas frases que se aplaudían. "No seas tibio" ¿Qué es ser tibio? ¿Estar en el medio, tratar de moderar, tratar de acercar posiciones? Yo entonces soy pero tibio, tibio, tibio. Sí, porque la moda es o soy de acá o soy de allá, entonces si no sos kirchnerista sos macrista, no soy ni kirchnerista ni macrista. Si me preguntás prefería que ganara el macrismo antes que el kirchnerismo, por lo que veía, por la situación, cómo estábamos respirando, el clima que se estaba viviendo, necesitaba esto. Ahora, esto no significa que yo sea macrista, yo siempre que voté perdí, pero había algo de hartazgo, había algo que pasaba que por eso está Cambiemos.
— ¿Te trajo distanciamientos con gente?
— Yo de las personas que quiero no me pienso alejar. De los kirchneristas amigos que tengo a mí la política no me va a alejar ni loco.
— Sería lo lógico,
— Estamos en un punto feo, crítico y peleador que es espantoso. Me parece que tenemos que juntarnos un poquito. Yo no me sentí bien tampoco con ciertas cosas pero hay gente que quiero mucho en esa lista, a Alejandra Darin la conozco hace muchísimo, y no estoy de acuerdo en casi nada de lo que dice últimamente, pero es una mina a la que quiero. Al negro Palomino, que ahora agarra porque recién asumieron, también lo conozco hace mucho, y creo que no comparto nada de lo que van a decir, estoy en la otra punta. Pero yo también defiendo a amigos K, muchos que los matan, leo cosas de Pablito Echarri o de Nancy, los conozco hace muchos años y yo confío y pongo las manos en el fuego por Pablo y Nancy también. Digo, cuando todo el mundo dice: "Chorros, ladrones, falsos, falsos". No estoy de acuerdo ideológicamente con lo que plantean, para nada, pero mal, es feo que se los digan, yo sé quiénes son ellos. Los actores en estos últimos años, en la época kirchnerista, parece que somos todos kirchneristas, la gente común en general los escuchas y nos empezaron a dejar de querer. Hay algo que sucedió que nos alejó del público y está en nosotros volver a juntarnos con la gente
— ¿Cómo?
— Primero aclarando que no todos los que son kirchneristas son ladrones, me parece que eso es fundamental.
— Te cambio de tema, ¿cuál fue tu peor trabajo?
— Hay cosas que me divierto y me causa mucha gracia contarlo, yo repartía panfletos para el canódromo de Villa Gesell. Mira hace cuánto, no debe existir más un canódromo me imagino. Me disfrazaba de muñeco gigante, de perro, e iba repartiendo panfletos por Villa Gesell.
— Verano, calor.
— Calor terrible adentro de un muñeco gigante que mi ojo daba al pecho del perro y los pibes le daban cachetadas al pecho y era mi cara, recibía golpes a lo loco. Siempre de chico me gustó laburar y tener mi guita. Yo agarraba un cajoncito de lustrar zapatos en La Plata que tenía el marido de mi vieja y me lo afanaba y me iba a la estación de tren y me sentaba a lustrar zapatos, no sabía lustrar zapatos, manchaba más de lo que lustraba.
— Y no era por un tema de necesidad en tu casa, era para tener lo tuyo.
— Sí, esta cosa de independencia. Un día me acuerdo compré diarios en un puesto de diarios y salí a venderlos. Perdí plata porque primero no los vendí todos y los compré al precio que era. Era como la necesidad de laburar.
— Desde febrero retoman Sugar, ¿televisión tenés ganas de hacer?
— Poca. O sea, tengo ganas si hay algún proyecto de estos que están saliendo, plataformas nuevas o Pol-Ka que produce para o Telefé que produce. Las novelas diarias, todos los días, entre el teatro y eso creo que me saturaría mucho
— ¿Se está reinventando la tele de a poquito con esto estos acuerdos que hacen entre canal de cable, aire, y plataforma, para poder armar ficciones?
— Así va a ser, no queda otra. Esto lo hablo a veces con Adrián (Suar), lo hablo con (Gustavo) Yankelevich. En la tele de aire lo que es ficción está cada vez más difícil y todo lo que es la ficción de diferentes plataformas te exige un nivel de calidad que está bueno. La tele abierta en ese sentido está más, no digo descuidada, pero creo que está tendiendo a desaparecer la ficción en la tele abierta.
— ¿Y el resto de la tele te gusta o…?
— Me gusta, yo miro tele, igual veo cada vez más series, pero a veces me clavo viendo tele de aire. No, no me gusta cómo estamos en general. No hablo de nuestra tele, esto sí creo que es en el mundo, todo termina siendo una pelea, una discusión.
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