Patricia Echegoyen: "Ni loca aceptaría compartir un hombre con otra mujer"

Es una de las tres mujeres de Mario Estrella, ese hombre encarnado por Osvaldo Laport que "volvió de la muerte" para darle un giro inesperado a la ficción éxito de El Trece. Y colocarla nuevamente en su rol de madre de Lucía (Marcela Kloosterboer) y Carla (Natalie Pérez), las dos hermanas mayores de las cinco que se robaron la audiencia en el prime time de cada día.

Por eso, es entendible esa mezcla de emociones que Patricia Echegoyen confiesa sentir en la despedida de su papel, mientras ya empezó a meterse en la piel de Javiera, ese ama de llaves severa y rigurosa que personificará en Simona, la ficción que ya prepara Pol-Ka para reemplazar a Las Estrellas. Claro que, ante todo, prima en ella la felicidad por el suceso de la novela y el reconocimiento a su personaje.

"Primero por el éxito del programa en sí, y en lo particular porque mi personaje, Elisa, es entrañable para mí", expresó la actriz, para luego referirse a cómo trabajó en la construcción de su rol. "Fue como llevarlo por el lado de la anti madre, infantil, chiquilina, inmadura, inadecuada, la antítesis del manual de la buena madre. Pero a su vez muy real y querible también. Me sorprendí porque no aparecí tanto en el programa y todo el mundo me hablaba de Elisa", confesó.

"Me gustó trabajar eso de que es media concheta pero no tiene un mango, esa cosa de la apariencia, que quedó en la lona y no quiere aceptarlo, pero nunca se le ocurriría trabajar. Y mostrar las miserias como de una clase social que es muy careta -dice Echegoyen-. En un punto me gustó que hay una crítica implícita, pero con amor. Lo disfruté y me divertí muchísimo, por eso ahora estoy como un poquito triste: veo las escenas finales y digo 'Huy, pobre Elisa'".

"Los personajes son como pequeños hijos, son creaciones de uno y del trabajo grupal, y cuando se terminan es una despedida, como un pequeño duelo que hay que hacer. Uno lleva los personajes con uno porque les pone el cuerpo, el alma", agregó la actriz, para luego referirse a cómo ubica a este personaje dentro de todos los que supo construir a lo largo de su carrera.

"Con un personaje muy fuerte en 'Por amor a vos' fue impresionante lo que me pasó en la calle. Y después me gané, junto con el personaje de 'Enséñame a vivir', el Martín Fierro. Pero éste… la verdad que no puedo creer lo que pasó. Me hizo acordar un poco a lo que me pasó con Ángela", recordó.

"Uno de mis maestros fue Agustín Alezzo, y él siempre nos decía que cuando al personaje lo llaman por el nombre ya tiene vida propia, y es cuando uno confirma que está bien construido. Yo sentía eso, que Elisa tenía vida propia, entonces eso es muy gratificante", explicó, para luego trazar un paralelo entre esa madre de ficción y cómo es ella con su propia hija, Lucía, de 12 años.

"Siempre le digo: 'Lucía, decime por favor que no soy tan desastre como madre', y me responde que no. Pero anoche me contestó que tengo muchas cosas de Elisa. Yo no soy una madre convencional, fundamentalmente porque soy actriz, pero más allá de eso yo tengo mucho humor y también muchas cosas de nena, infantiles. Reconozco que eso es mío", se sinceró sobre la relación con su hija, quien casualmente se llama igual que Marcela Kloosterboer en la ficción.

"Cuando las cosas están bien aspectadas y se produce esa magia, está todo enlazado. Cuando leo el libro y veo que mi hija se llama Lucía, fue muy fuerte. En una escena, que tenía que llevar cosas de cuando era bebé, por supuesto que llevé cosas de mi hija. Por supuesto que puse muchas cosas mías".

"Yo fui madre pasando los 40 y ya fui madre de otra manera, por eso la disfruté y la disfruto tanto a mi hija. Creo que las madres de hoy nos podemos reír. Estuve hace poco en Uruguay y todas las madres me decían que soy como las madres, y las hijas me decían que soy como su mamá. Yo creo que 'Elisa' también personificó un poco eso: las grandes falencias de las madres de hoy. Nuestras abuelas nos contaron que ser madre era otra cosa y hoy por hoy las madres somos así: más reales, más descontracturadas, pero con mucho amor", analizó Patricia, para luego adentrarse en la relación con sus hijas en la ficción.

"Son divinas. Con Marcela no había trabajado, pero la conocía, y con Natalie sí había sido madre de ella en otro programa. Las vi tan grandes a las dos, tan divinas, tan mujeres, fue muy lindo", contó Pato, quien, consultada sobre si alguna vez en su vida había pasado por una situación como la de Elisa –que comparte el amor de Mario Estrella con otras dos mujeres–, narró: "Por suerte no me pasó, que yo sepa no (risas). Pero hasta eso también me gustó: que pudimos entre las tres dar una vuelta de tuerca y como que nos peleábamos, pero que había también afecto, éramos familia".

"Me parece medio demasiado modernoso: no creo que se pueda dar en la vida real. Yo tengo alguno que otro ex que quedé medio amigota entre comillas, pero no creo que uno pueda ser amigo. Puedo ser moderna conmigo pero mi marido no es tan moderno, y yo no lo sería", reconoció.

"¡Ni loca aceptaría compartir un hombre con otra mujer! No es fácil encontrar la estabilidad emocional, con mi marido nos encontramos hace mil años, a los dos nos costó estar en pareja. Somos muy tranquis los dos, estamos en una etapa muy estable, y no se me cruza encontrarme con nadie. Soy bastante celosa y mi marido también, pero no actuamos los celos, y no nos damos motivos tampoco. Por suerte no tiene mucho pasado (risas), él se tuvo que bancar que yo sea actriz, pero yo no, por suerte no, porque soy recontracelosa. Él se tiene que acostumbrar a la ficción pero ya me conoció así", agregó Echegoyen, quien también vivió de manera especial el hecho de hacer de pareja de Laport.

"Fue divino el encuentro con Osvaldo. Prácticamente debutamos juntos, nos conocemos hace pila de años. Fuimos novios en una tira hace mil años, así que cuando me dicen que Mario es Osvaldo fue un premio absoluto. Por eso fueron hermosas las escenas que salieron", concluyó.

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