Este es su año y así lo siente. Tras varias oportunidades en las que se negó, esta vez se sumó al equipo de Showmatch y brilla en sus previas junto a Marcelo Tinelli. Además, aprovecha el espacio para concientizar sobre la diversidad de género. "Tenía que ser este año. Estuvieron bien esos 'no', en ese momento no me veía en ese show".
Hoy es uno de los favoritos a ganar el certamen más importante de la televisión. Supo crear un espacio aprovechando aquello de lo que muchos se quejaban: el clásico momento de no poder bailar por falta de tiempo, que en la mayoría de los casos generaba irritación, insatisfacción y hasta renuncias. Él, en cambio, lo capitalizó y el chiste de Tinelli dejándolo esperando mientras él protestaba con su "hijo" Norberto (un oso de peluche) se volvió uno de los favoritos del programa, a tal punto que llegó a irse siete veces sin bailar el ritmo preparado.
Como si fuera poco, volvió al teatro con un nuevo unipersonal, ¿Quién es Jey Mammon? A sus personajes desopilantes, la clásica entrevista de Estelita y sus canciones se suma la producción de DABOPE. Con la obra que presenta todos los jueves en el teatro Lude desembarcará durante la temporada, por primera vez, en Mar del Plata: "Yo de chiquito iba y era re cholulo, me paraba a la salida de los teatros a ver a los famosos. ¿Entendés lo que es para mí y para mi mamá esto?", cuenta sobre su llegada al balneario más popular de la Argentina, y asegura no haber puesto condiciones de diva: "No, no hubo, solamente ganar bien (risas). Yo soy feliz haciendo el unipersonal, lo disfruto plenamente".
—Viniste con Norberto.
—Vine con Norberto, tuve un episodio antes de venir y me puse muy mal porque no lo encontraba.
—¿Dónde estaba?
—Estaba entre el acolchado. Se ve que quiso dormir en mi cama. Se subió y, no quiero volverte loca, pero no estaba arriba de la cama (risas). Viste que Mercedes Morán habla con fantasmas, bueno, mi oso se sube a la cama…
—¿Norberto va al teatro?
—Sí, está, sale a saludar al final conmigo. ¿Te puedo decir cómo nació él?
—Por favor.
—Con esto de esperar en Showmatch, Chechu Bonelli decía que los hijos la esperaban en la casa, ¿viste que un día casi renuncia? Entonces yo dije que no era la única mamá del certamen, y ahí nació Norberto.
—¿De dónde salió?
—Es re triste lo que te voy a decir, le pedí a la producción que me compre uno (risas). Ni siquiera canje, lo compraron…
—Los personajes de Jey tienen vida propia.
—Sí, claro, por supuesto.
—De hecho, tienen casa propia.
—Y sí, Estelita vive en el Abasto, en una casa tomada. Recordémosle a la gente, porque el público se renueva, nosotros trabajamos juntos.
—Sí, de hecho dijiste hace poco: "Este es el año más feliz de mi vida".
—Y te pusiste re mal (risas). Fijate cómo lo comparto con vos el año más feliz de mi vida, viniendo. Es el más feliz hasta ahora. Viste que, como dicen por ahí algunos, tipo César Banana Pueyrredón: "Mi mejor tema todavía no lo compuse". Es buenísima esa frase, igual es mentira (risas), es "Conociéndote", y ya está.
—Si pensamos en las grandes entrevistas de Estelita, ¿cuáles son los momentos que más te sorprendieron?
—Hubo varias. Desde la China Suárez, que reconoció ahí que estaba saliendo con [Nicolás] Cabré, a un día en el que se sentó Aníbal Fernández. Vino Graciela Borges, vino Pinti, la tuve a Mercedes Morán este año. Me sorprende y me llama la atención, ninguno me dice: "No, vos hacés figuras del Bailando, yo no voy a ir", o al revés.
—¿A quién soñás entrevistar?
—A Susana [Giménez] me gustaría, porque Estelita nació un poco con ella; a Marcelo ni hablar, a Mirtha [Legrand] . Son los tres que me parece que no van a suceder.
—¿Por qué?
—Antes decía que sí, y ahora no sé, se me ocurre que no van a venir al teatro. Tipo "dale, reconocelo, Jey, no van a ir".
—Nombraste hace un ratito a Aníbal Fernández; Cristina hizo varias notas, ¿la entrevistaría Estelita?
—Te voy a ser honesto, yo sé que igual la respuesta de ella es 'no', y me parecería cualquiera que accediera, sin embargo, lo intenté.
—Contame, por favor.
—A mí me gusta intentarlo. Lo intenté también con Marcelo, pero no llegué a preguntarle a él. Le pregunté a alguien del entorno de ella cuando vi que estaba yendo a todos lados. Igual, si yo fuera ella, hubiese dicho que no. Pero no es que dijo que no, no hubo respuesta. A la persona que le dije, que es muy cercana, le pareció hermosa la idea, a ella no lo creo, porque no hubo respuesta.
—¿A quién le dijiste?
—Al abogado, a (Gregorio) Dalbón. A él le pareció una buena idea.
—¿Tiene las puertas abiertas todavía si quiere?
—Por supuesto, todos tienen las puertas abiertas. Es una entrevista que está buena para cualquiera.
—La paternidad de Marley, que es muy amigo tuyo, ¿te despertó ganas?
—Estoy practicando con Norberto (risas). Me gustó mucho verlo a Ale como papá, como también me gustó mucho verla a Flor Peña madre o Juana Repetto en su momento. Si vamos a la paternidad o a la maternidad solos. En su momento yo decía esa respuesta automática: "Se me muere una planta" y no me daba cuenta de que sería un buen padre, un muy buen padre. Hoy por hoy, no te digo que no.
—Hoy no estás para buscarlo, pero no está descartado.
—No, no está descartado. No es ahora porque creo que no podría hacerme cargo de una criatura. Sólo puedo con un oso de peluche. Estoy practicando. Un día le dije a Silvina Escudero que tenía ganas de tener un perrito y me dijo: "No, no, no, vos no podés tener un perro". Esas cosas te marcan, me sentí muy mal.
—Bueno, te puede marcar para sentirte mal o para decir: "Mirá cómo puedo".
—Voy a aparecer con ocho perros. Otra que me tiró un titulazo en su momento. Me contó de quién era la producción de la foto sugestiva que andaba dando vueltas y era de Tacho Riera.
—Sí, bueno, Cacho Castaña también…
—Sí, la de Cacho fue tremenda. Hace poco me escribió porque vio a las drag queens en Showmatch y me encantó el mensaje. Primero me puso que fue hermoso lo que hice, y terminó diciendo: "A una de las drag queen con un vaso, no de whisky, de agua, te digo que voy para adelante" (risas).
—Con Ricardo Fort también hiciste una gran nota.
—Con Fort entendí una parte del juego. El día que él iba a venir al teatro me llamó y me dijo que no venía porque le contaron que hacía una canción que lo destruía. Ahí me acordé, tenía una canción que yo casi que lo sacaba del placard a la fuerza, cosa que no haría hoy. Le dije: "¿Qué puedo hacer para que vengas?". Me respondió: "Borrala de internet" y la borré. Vino y empezó a salir del placard ese día, si mal no recuerdo, y terminamos cantando esa canción juntos. Ahí entendí que este mundo de los famosos no era un mundo virtual, es gente de verdad.
—Recién hablaste del llamado de Cacho Castaña por el cuadro en Showmatch, que fue muy importante. De hecho, hace poco lo usaron en un colegio. ¿Te sentís un poco responsable de hablar sobre los derechos de diversidad sexual?
—Cuando posteé eso de la escuela, se generó inmediatamente un efecto dominó y me empezaron a escribir de otras escuelas que también habían hablado a raíz de lo que había pasado en el programa. Me llenó de orgullo como tantísimos mensajes que me llegaron, desde un chico que vive en una ciudad muy chica de Argentina, que lo echaron los papás, hasta Gloria Trevi, que me escribió para decirme que había visto el número. No me siento responsable porque no me siento abanderado de nada. No lo hago por mí cuando hablo del tema sino que lo hablo por ahí por ese pibe que me escribe.
—¿Y qué se siente ayudar a un pibe que no la está pasando bien y que necesita poder encontrar su camino?
—Alegría y orgullo. Pero en definitiva yo no estoy orgulloso de ser gay como el hetero no está orgulloso de ser hetero, simplemente sos. El orgullo está en hacerse cargo y en poder vivirlo con libertad y que no te importe lo que digan los demás. Hay una ley, que es la de educación sexual integral en todo el país, que no se cumple en todas las escuelas; muchos maestros a veces quieren cumplirla y no los dejan, y muchas veces tiene que ver con colegios privados. En los colegios públicos funciona mejor, me da la sensación, por ahí me equivoco.
—¿Cómo está hoy el vínculo con la Iglesia?
—Ya pasé por todos los estados. En algún momento me enojé con ellos, después me enojé conmigo.
—¿Por qué te enojaste con vos?
—Porque me di cuenta de que yo estaba confundido, no ellos. Si vos vas a estar en un lugar en donde no pertenecés y querés cambiar ese espacio, estás en un problema. Entonces, me enojé conmigo.
—Aunque estuviste cerca de Bergoglio, ¿no te voy a ver ahora yendo a visitar al papa Francisco?
—No. Igual me gustaría que en algún momento mi carrera no resista mi archivo, que pasen esto y digan: "Mirá al forro con el Papa". En realidad, no te digo que no, no voy a ir hasta al Vaticano a verlo… En mi unipersonal hablo de esto. Juan Martín, que soy yo, conoció a Jorge, y Francisco no conoce a Jey, aunque capaz que oyó hablar de Jey, pero Jey no conoce a Jorge ni lo va a conocer. Me hago todo ese matete pero la realidad es que yo conocí a Jorge y no es lo mismo que Francisco. Y, salvando las distancias, Juan Martín no es Jey.
—Pero si estás en Roma, ¿vas al Vaticano?
—Sí. Una persona que está cerca de él me dijo: "Avisame si venís". Todos lo conocen, pero igual no lo nombro. Él me pidió que no lo nombremos nunca, básicamente. Se ve que no soy buena prensa para la Iglesia (risas). Me invitó muy amablemente y hemos discutido en el buen sentido sobre cuestiones de la Iglesia. Si bien ahora no estoy enemistado, lo que me molesta es cuando la Iglesia se mete en las cuestiones del Estado.
—¿Alguien te llama Juan Martín todavía?
—Mis viejos y mis hermanos, porque mis sobrinos me dicen Jey.
—Dejaste de fumar, ¿los excesos hoy por dónde pasan?
—Por el trabajo, es una respuesta Banana Pueyrredón, pero cagate de risa, soy un enfermo.
—¿Quién fue el amor de tu vida?
—No tuve.
—Está por venir.
—Sí (risas). Sí. Banana Pueyrredón.
—¿Creés en la reencarnación?
—Soy medio agnóstico con eso. Igual siempre dicen que fueron faraones o reyes, nadie fue mucama. De hecho, ahora piensan que mucama es un insulto. ¿Te diste cuenta? Con el tema de las modelos, ninguno se puso a pensar en qué pasa con la señora que labura en la casa.
—¿Si tenés que reencarnar, en qué querés volver?
—Me gustaría reencarnar en un rey (risas).
—¿Te psicoanalizás?
—Sí, ahora volví. Me puse re contento. Fue genial porque en terapia decidí hacer el Bailando.
—¿En serio?
—La mantengo súper en secreto a la terapeuta porque respeto mucho su laburo y su espacio; es más, no tiene idea de mí, lo cual me encanta también. Voy una vez por semana y cuando le dije que estaba el tema del Bailando, me lo tiró abajo de una manera que me dieron tantas ganas de hacerlo…
—Como Escudero con el perro.
—Exacto, ahora voy a tener veinte perros y voy a hacer el Bailando toda mi vida. No sé si fue una estrategia, nunca lo hablé, pero funcionó bárbaro porque terminé diciendo: "Sí, lo voy a hacer".
—¿El teatro es la constante?
—¿Para la vida? Sí, el teatro unipersonal… Y la radio, por más que no esté haciendo, yo me imagino así de viejito, haciendo teatro y radio.
ENTREVISTA COMPLETA:
Agradecimiento: Maquillaje y peinado, Sofía Diez.
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