En 1997, se estrenó Martín (Hache), una película coproducida por Argentina y España, con la dirección de Adolfo Aristarain. Fue protagonizada por Federico Luppi, Cecilia Roth, Juan Diego Botto, Ana María Picchio, Eusebio Poncela, Sancho Gracia, Enrique Liporace, José María Sacristán y Leonora Balcarce.
En la trama, Martín Echenique (Luppi) es un director de cine argentino que lleva más de veinte años viviendo en Madrid. Detesta su país y no tiene nostalgia por su tierra natal. Siguiendo la tradición familiar, su hijo también se llama Martín, pero todos lo llaman "Hache" (Botto). Tiene 19 años y vive en Buenos Aires con su madre.
El joven no estudia ni trabaja, solo toca la guitarra eléctrica y es adicto a las drogas. Cuando sufre un grave accidente, Echenique regresa a la Argentina y su ex mujer le pide que se lo lleve a vivir con él. En España, Hache conoce a Alicia (Roth), la amante de su padre, y a Dante (Poncela), un actor que es casi el único amigo de su padre.
La película, que recibió excelentes críticas y varios premios, muestra las dificultades que existen en la comunicación entre padres e hijos, así como también entre amantes y amigos. También toca otros temas, como el uso de las drogas, el carácter destructivo de las personas, la dependencia al amor, el miedo a enamorarse, la soledad y la falta de compromiso.
Muchos jóvenes se sintieron identificados con el personaje de Hache, interpretado por Juan Diego Botto, un argentino que desarrolló su carrera actoral principalmente en el exterior. Es hijo de los actores Cristina Rota y Diego Fernando Botto, quien desapareció en 1977 durante la última dictadura. Fue así que Cristina se exilió en España junto con sus hijos.
A los ocho años, filmó su primera película y a partir de allí no paró de trabajar. En las décadas de los 80 y 90, realizó participaciones en filmes como El río de oro, Hace quince años, Ovejas negras, Máscara de Dijon, La sal de la vida, Éxtasis, En los brazos de la mujer madura y La Celestina, entre otros.
Cuando Adolfo Aristarain lo convocó para participar de Martín (Hache), aceptó regresar a su tierra natal. No solo quería darse el lujo de trabajar con uno de sus atores preferidos, Federico Luppi, sino que, además, sentía tenía mucho afecto por él.
"Luppi estaba presente cuando mis padres se conocieron, estaba presente cuando empezaron a ser pareja y estuvo presente cuando nací. Fede fue de los que no cerraron los ojos cuando la dictadura argentina borraba gente de la faz de la Tierra arrojándolos al río de La Plata o torturándolos en infames campos de concentración. Luppi nunca olvidó a mi padre, uno de esos torturados y desaparecidos, nunca olvidó a mi madre, que se tuvo que exiliar a España con tres hijos huyendo de esa dictadura", escribió Botto en un artículo para el diario El País, como un homenaje a su colega, luego de su fallecimiento el pasado 20 de octubre.
Desolado por la muerte de Federico Luppi. El mundo hoy es más gris. Inmenso ser humano, grandísimo actor. GRACIAS por todo Fede. pic.twitter.com/OcSCjZzOck
— Juan Diego Botto (@JuanDiegoBotto) October 20, 2017
Además, Juan Diego aseguró que Martín (Hache) le cambió la vida, y recordó una anécdota que le ocurrió durante el rodaje: "Luppi estaba alojado en la habitación de hotel contigua a la mía. Y todas las noches le oía repasar el texto de las secuencias del día siguiente, le oía hacer ejercicios vocales y probar las escenas de diferentes formas. Yo pensé que un actor veterano como él podía permitirse confiar en su más que probada intuición y dejarse llevar. Sin embargo, con una disciplina que ejemplificaba tanto su personalidad como su amor por el oficio, trabajaba cada noche en su pronunciación y en su personaje".
"Aquello fue toda una lección para mí. Me enseñó que siempre debes ser riguroso en el análisis del texto, en el estudio de tus personajes y exigente a la hora de encontrar el mejor encare para cada secuencia. En síntesis, me enseñó que aquello que se nos inculca en las escuelas de interpretación no son cosas para aprendices y novatos, sino lecciones de vida y una guía para toda una carrera", agregó el actor de 42 años.
Luego siguió trabajando en la pantalla grande, y ha participado en más de 40 películas, entre las que se encuentran Silencio roto; Plenilunio; Asfalto; Vete de mí; Todo lo que tú quieras; The Dancer Upstairs (Pasos de baile); Bordertown (Ciudad del silencio) y El Greco. Volvió a trabajar en la Argentina cuando el director Marcelo Piñeyro lo convocó para formar parte del elenco de La viuda de los jueves, basada en la novela homónima de la escritora Claudia Piñeiro. También se dedica al teatro y escribió varias obras, como El privilegio de ser perro; Despertares y celebraciones; La última noche de la peste y Un trozo invisible de este mundo.
Entre sus últimos trabajos, se encuentra la serie dramática de TNT, Good Behavior (Buena conducta), que protagonizó en 2016 con Michelle Dockery. En la trama interpreta a un asesino a sueldo que se cruza con una ladrona profesional. Por la buena repercusión de la primera temporada, se realizó una segunda temporada, que fue estrenada en octubre de este año.
En cuanto a su vida privada, Juan está en pareja con la periodista y escritora Olga Rodríguez y tienen una hija llamada Salma. "Sin lugar a duda el punto de inflexión de mi vida ha sido el nacimiento de mi hija, ha habido un antes y un después en mi vida tras haber sido padre, la vida cambia y mucho", declaró en una entrevista con Chance. Con la madre de la pequeña tuvieron una crisis en 2015, pero se reconciliaron y se casaron este año.
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