"Me gusta tener desafíos en lo interpretativo", aseguró Guillermo Francella a Teleshow, que a los 62 años y con una carrera exitosa, no le teme a lo nuevo. En el mismo sentido, Carla Peterson (43) se mostró contenta con la idea de aceptar "personajes más adultos". De eso tratará Animal, el film que ya comenzaron a rodar en Mar del Plata, con dirección de Armando Bó, que se estrenará en mayo del 2018.
— ¿Qué es Animal?
Armando Bó: — Es un proyecto que empezó hace cuatro años, lo venimos escribiendo con Nicolás Giacobone, que es mi primo y socio. Es un thriller psicológico en torno a Antonio (Francella), un tipo común, que toda la vida hizo lo que tenía que hacer. Tiene una familia perfecta, un trabajo hace 20 años en una empresa y siguió las reglas que la sociedad nos va poniendo. De golpe el destino lo pone en una situación límite donde se empieza a conocer desde otro punto de vista. Eso repercute en él, en su familia, en su entorno.
— ¿Quiénes son Antonio (Francella) y Susana (Peterson)?
Carla Peterson: — Yo soy la mujer de Antonio, madre de tres hijos, ama de casa con una vida muy simple y ordenada y de golpe todo alrededor cambia. Es un personaje interesante con situaciones interesantes para actuar. Además, como pasa el tiempo podés ver cómo se modifican.
La historia no tiene que ver con qué le pasó, sino en cómo se le modifica la vida a los personajes
Guillermo Francella: — Mi personaje es alguien que vivió para las reglas, el mandato familiar, lo laboral, la crianza de los hijos… Es impoluto, incorruptible, un tipo derecho, trabaja en un frigorífico, tiene un cargo importante y una vida plena. La historia no tiene que ver con qué le pasó, sino en cómo se le modifica la vida, entonces esas reglas que tenía ya no puede continuarlas y empieza una transformación en su conducta, y sale lo peor de él. Es intentar entender cómo sería tu comportamiento cuando te cambia el universo en el que vivís. ¿Te conocés tanto para saber?
— ¿Por qué Carla y Guillermo?
Armando: — La elección es lo más importante porque son los que crean la veracidad en ese milagro que es el cine. No voy a descubrir yo su talento. Ellos pueden interpretar a un personaje muy dramático pero aportando una fineza y una ironía que puede hacer que esto sea muy diferente. Vamos a ver dos versiones diferentes y poniendo mi punto de vista.
Guillermo y Carla pueden interpretar un personaje dramático, pero a su vez meter un toque de ironía
Guillermo: — El guión me lo dio una tarde que filmamos un comercial juntos, me empezó a hablar dela peli y me preguntó si lo quería ver, a la noche lo leí y lo llamé a la mañana siguiente. Es diferente a lo que hacía, intento esa búsqueda de hacer cosas distintas.
Carla: — Me llamaron, me mandaron el guión y me gustó. Si bien no es un drama, es ponerme más seria y ver cosas tal vez más sutiles que en una comedia diaria. Estoy contenta y con ganas de empezar, es el momento para hacer estas cosas.
— Ambos se cambiaron el look para sus papeles, Carla estás con el pelo más oscuro y Guillermo, sin barba.
Carla: —Sí. Me dicen, 'volvé al rubio', ¡pero no es para Instagram! Es para algo re importante.
Guillermo: — Me gusta tener ciertos desafíos en lo interpretativo, venía de barba, después sin barba y canoso para los Puccio. Armando me mandó al gimnasio, me puso un trainer que me dio para que tenga. En lo estético me saqué la barba, después me dijo, 'vamos por el bigote'. Hoy Axel Kuschevatzky (uno de los productores) me dijo 'te sacaste tres veces el bigote, en El secreto de sus ojos, El Clan y ahora', así que puede ser premonitorio, han pasado grandes cosas con esas películas.
Me saqué tres veces el bigote, para El secreto de sus ojos, El Clan y ahora, así que puede ser premonitorio porque han pasado grandes cosas con esas dos películas
— ¿Eso ayuda a componer los personajes?
Guillermo: — Cuando estás despojado de lo que conocés, te pasa algo distinto desde la actuación, es una búsqueda, un rol que uno no está acostumbrado. Tiene que haber también un piloto que te guíe porque solito, uno vuelve a apelar a los recursos propios. Es bueno despojarse de cualquier recurso y estar inmerso en una historia diferente a cualquiera. Siempre hay momentos. Hace once años con Rudo y Cursi hice una audición, que uno no está acostumbrado y está bueno reinvertarse. Ahí empezó una seguidilla de directores con convocatorias diferentes. Me estaba yendo divino y cuando aparece algo nuevo… es la décima película que hago en la que me pasaron cosas bien diferentes y estoy en una etapa que me encanta.
— Hablando de desafíos, ¿cómo fue eso de alejarse de la comedia?
Guillermo: — Siempre tomé todo con el mismo rigor. El género comedia lo respeto, es difícil y ni que hablar con ciertas sutilizas. Viví con mucha intensidad cada cosa que he hecho, soy disciplinado, laburante y me gusta que pasen cosas diferentes. No sé si lo vivo como algo muy natural, hoy si porque me llaman.
Carla: — Haciendo comedias he llorado un motón, la que se reía era la gente. Este es otro personaje, soy más grande, ahora hago de madre, antes era hija o novia. Pero me gusta hacer cosas que no son correctas y esta película tiene mucho de eso. Me interesaba esto de hacer un personaje más adulto.
— Guillermo subió al escenario con Juan José Campanella en el 2010 a recibir el Oscar a Mejor Película Extranjera por El secreto de sus ojos y Armando en el 2015 a Mejor Guión por Birdman (de Alejandro González Iñárritu), premio que compartió con el Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris y el director. ¿Cómo es el día después? ¿Hay más presión?
Armando: — Trae cosas positivas y la presión de hacerse cargo de lo que pasó, sube la vara y el lugar donde la expectativa está puesta, sobre todo la mía. La ambición, las ganas y el hambre de gloria están. Soy autoexigente.
Guillermo: — La presión está cuando podés hacer cosas diferentes. Me pude despojar de eso, participé de una película gigante y tuvimos el honor de ganar un Oscar después de casi 30 años, con un personaje que me dio felicidad. Lo que vino después me permitió gozar de cosas diferentes, convocatorias, jugar con cosas nuevas. Sé que el premio lo ganó la película y no yo como intérprete.
— ¿Por qué elegiste Mar del Plata como locación?
Armando: — Porque es una ciudad única, argentina desde su historia, lo que es, lo que representa. Es la ciudad donde la gente va a conocer el mar, donde va de vacaciones, que se achica, se agranda y como propuesta visual es un lugar único. Es utilizar los recursos de la ciudad para contar algo, es uno de los personajes de la película.
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