Hay risas, llantos, escándalos, brillo en el baile, peleas, sorpresas, tropezones, reclamos. Bailando por un sueño definitivamente hace pasar a sus participantes por todos los climas. Pero es gracias al ojo de su conductor, Marcelo Tinelli, que muchos de ellos pueden aprovechar la exposición que les brinda la pista de baile más observada del país para potenciar sus carreras y convertirse, en muchos casos, en las figuras del momento. El Bailando es una catapulta, y son muchos los que supieron aprovecharlo.
En las últimas ediciones del certamen, los más beneficiados por la varita mágica de Tinelli provienen del ámbito de la música tropical. Durante la edición 2016 del concurso, quien se lució en una faceta que hasta el momento no se le conocía fue Ezequiel Cwirkaluk, el astro de la cumbia más conocido como El Polaco. La exposición del cantante, que tenía una carrera exitosa en la música tropical y salió subcampeón en el certamen, lo llevó a instalarse definitivamente entre los personajes del año pasado y a seguir mostrando su carisma en nuevos escenarios: en la última temporada participó de la obra teatral Abracadabra en Carlos Paz, donde además conoció a Silvina Luna, con quien inició un turbulento romance.
Este año, una vez más el toque mágico del conductor se posó sobre una figura de la cumbia como Gladys La Bomba Tucumana, quien ya tenía una larga trayectoria en el ambiente artístico. Pero fue la gran repercusión de Bailando la que hizo detonar definitivamente la carrera de la artista, quien ya anunció que hará temporada teatral en las sierras cordobesas. Además, La Bomba subirá al escenario junto a otro tocado por la varita mágica de Marcelo: Tyago Griffo, su hijo, líder de la histórica banda cuartetera Trulalá.
En otras ediciones del Bailando las figuras beneficiadas por el aura del conductor –y por su olfato para detectar el potencial que podían brindarle al show– provenían de otros ámbitos. Tal fue el caso de Federico Bal, quien antes de pasar por la pista del certamen no tenía antecedentes como bailarín. Sin embargo, a fuerza de trabajo y dedicación, se consagró junto a su novia, Laura Fernández, como campeón en la edición del concurso de 2015. Desde entonces no dejó de brillar en la pista. La catapulta del Bailando lo llevó desde aquel momento a ser figura de distintas obras de teatro en las temporadas de verano. Y lo seguirá haciendo: según anunció recientemente su madre, Carmen Barbieri, en una entrevista con Susana Giménez, el joven lo acompañará arriba de un escenario en Mar del Plata a partir de diciembre.
La carrera de la propia Laurita Fernández, que participó en distintas ediciones del Bailando como partenaire de Matías Alé, por ejemplo, y en el programa Combate, se potenció definitivamente con su aparición en la pista. La bailarina pasó de ser capitana a convertirse en la conductora del programa de Canal 9 y, además, desembarcó en radio, al frente de Dale que Vale, de lunes a viernes de 6 a 10 por FM Vale.
A lo largo de los años el encanto del Bailando benefició a varios de los que circularon por allí. Pero hubo una vez que la varita fue a contramano…
Uno de los casos más curiosos quizá sea el de Pedro Alfonso, más conocido como Peter, hoy consagrado como actor en la tira Las Estrellas, de Pol-Ka, y con roles salientes en cine junto a José María Listorti y en distintas obras de teatro. Es innegable que la popularidad de Alfonso, que comenzó su carrera como asistente de producción en Ideas del Sur, llegó de la mano de los efluvios de Tinelli. Pero no fue solamente por una cuestión laboral: la varita mágica también hizo efecto sobre su vida personal ya que en 2010 Alfonso conoció a la modelo Paula Chaves, quien entonces era una de las participantes del certamen. La historia de amor, con final feliz, terminó con una boda y dos hijos.
A lo largo de los años el encanto del Bailando benefició a varios de los que circularon por allí. Hay ejemplos emblemáticos, como el de Tito Speranza, quien ni siquiera fue participante sino que llegó al certamen por su rol como custodio del fallecido Ricardo Fort. Gracias a que el ojo de Tinelli se posó sobre él mientras estaba parado imperturbable al lado de la pista, Speranza se convirtió en un personaje mediático y en la actualidad trabaja como uno de los entrenadores de Combate.
Por supuesto que la exposición que ofrece uno de los programas más vistos del país puede ser difícil de llevar para varios. Uno de los que fue beneficiado por la magia del Bailando y luego debió retirarse del concurso es el ex boxeador Fabio La Mole Moli. El deportista, quien pese a su torpeza para moverse se consagró campeón en la edición 2010 y sigue subiéndose a distintos escenarios como comediante, fue dejado afuera del programa por el propio conductor por el apoyo del cordobés a las carreras de galgos.
Sucedió que a pocos días de haber sido confirmada su participación en la edición 2017, Tinelli anunció que el ex campeón finalmente no iba a poder participar. A través de su cuenta de Facebook, el animador explicó: "Con la mejor intención creí entender que Moli había reflexionado acerca de esta cuestión tan delicada, y que el ámbito del programa serviría para demostrarlo y enviar un mensaje positivo. Sin embargo, sus recientes declaraciones muestran lo contrario". Esa vez la varita fue a contramano y, en lugar de potenciar su carrera, apagó definitivamente la luz del destinatario.
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