"La única diferencia que hay entre brasileños y argentinos es el idioma", dice Cau Bornes (61), después de ingresar al estudio de Teleshow cantando y tocando la pandereta al ritmo de su versión de Jardín de la República, uno de los éxitos de su nuevo disco, Zsamba. Es su quinto trabajo -el tercero desde que está en la Argentina-, en el que propone la inclusión de la zamba argentina y la samba del país vecino con el objetivo de unir ambas culturas a través de la música, "el mejor canal" para lograrlo. No se trata de un trabajo más para él: canta un tema junto a su hija, Tais (16), y su mujer, Valeria Lynch (65), hace coros en otros cuatro. El próximo viernes 3 de noviembre lo presentará en Sala Siranush y asegura: "No vengo a hacer patria con mi música, esto es algo que realmente siento".
Hijo de un músico y una actriz, nació en Santo Angelo, al sur de Brasil, y la pasión por crear arte despertó en sus primeros años de vida. Creció rodeado de música típica de su tierra natal, pero la radio, que captaba frecuencias argentinas, marcó sus oídos con León Gieco, Mercedes Sosa y el tango y el folclore argentinos. En 1994 llegó a Misiones para dar los primeros pasos en su otra pasión, la actuación, pero nunca dejó de lado la música. Trabajó en la película Historia de amor, de locura y de muerte, en La Nube, dirigida por Pino Solanas, y se trasladó a Buenos Aires para filmar la versión brasileña de Chiquititas. Condujo programas de televisión y actuó en musicales infantiles y para adultos. "Soy un eterno aprendiz", dice, y confiesa que sigue tomando clases de canto.
Amor con acento portugués
Con Raúl Lavié (80) como "intermediario", Cau Bornes conoció a Valeria Lynch a mediados del 2006, cuando ella trabajaba en el show Victor/Victoria. El flechazo fue inmediato. "Fue en el Teatro Nacional -donde se presentaba la cantante- y me acuerdo perfectamente: ella tenía el pelo bien cortito, pantalón de jeans y remera. Me impactó porque no la conocía. En realidad sí, la conocía, pero con el pelo largo. Era otra persona", cuenta con una sonrisa a Teleshow.
Lo que más lo cautivó fue la "actitud" de Valeria Lynch, con quien selló su amor en una de las bodas de mayor trascendencia del 2008. Alejados de los escándalos mediáticos y con una vida tranquila a pesar de haber sufrido varias crisis, llevan más de 11 años juntos: "Nuestra relación se construye como la de cualquier otro matrimonio. Con desencuentros y opiniones porque a fin de cuentas uno ya no se conoce a uno mismo, entonces tiene la obligación de conocer al otro. Realmente se intenta llevar una vida normal…. Aunque no sé si es normal, porque me gustaría salir a comer o a pasear".
A pesar ser reconocido por sus colegas en tierras argentinas y brasileñas y haber construido su propia carrera, reconoce la responsabilidad de estar al lado de una de las cantantes más exitosas del país: "Es una artista muy popular y brilla arriba del escenario, es un peso estar con ella. Hay que estar a la altura, por eso presentamos este disco con mucho ensayo y trabajo. De todas formas, a mí me parece que hay que estar a la altura de uno mismo. León Gieco hay uno solo, Mollo hay uno solo, vos sos uno solo… ".
Cau Bornes es padre de Tais, fruto de su relación con Tamara Castro -la cantante folclórica que murió en 2006 en un accidente automovilístico- y dice que Valeria Lynch es como una segunda madre para la niña debido al rol central que ocupa en su crianza. La propia cantante contó en una ocasión que nunca se olvidará del día en el que ella la llamó "mamá" por primera vez.
"Tais tenía como cinco años y mientras le estaba secando el pelo me dijo 'papá, ¿cuando vos te cases con Vale ella querrá ser mi mamá?' Y yo le dije: 'Mirá, hija, yo no tengo problema, si vos querés… ¿Por qué me decís esto?' Ella contestó: 'Porque una nena de cinco años tiene que tener una mamá'. Me emocionó mucho. Ella después le dijo a Valeria 'cuando te cases con papá, ¿querés ser mi mamá? Porque la mía estaba malherida y Dios se la llevó'. Para mí la madre biológica y la madre que la cría son iguales".
Valeria, por su parte, tiene dos hijos de una relación anterior con quien fuera su representante, Héctor Cavallero, sin embargo, los deseos de agrandar la familia han estado presentes en la pareja: "Hemos pensado en adoptar. Después lo pensamos mejor, porque es una gran responsabilidad y tenemos hijos grandes… Pero nos encantaría tener más hijos, claro. Cuando le comenté la idea a Tais, me dijo: '¡Papá, no! Yo soy re celosa'".
"En un estado de comodidad musical"
Las zamba romántica argentina y la tradicional samba de Brasil tendrán su máxima expresión en el show de Cau Bornes en Sala Siranush el 3 de noviembre con la presentación de su último disco, una banda de músicos y la participación de su primo, el prestigioso artista brasileño Tiago Ferraz, quien tuvo a cargo los arreglos musicales y la guitarra. Además, una invitada de lujo: su hija Tais.
Zsamba cuenta con la versión de Cau de históricos temas de Zamba -con Z- como La Pomeña, El jardín de la República y Yo vengo a ofrecer mi corazón; y de Samba -con S-, O sorriso do Belem, Coisa de Deus y Voce tem que voltar, entre otros.
Considerado "el Anamá Ferreira con pantalones" por su amigo Oscar Mediavilla (62), después de la publicación de su disco En Portuñol (2005), asegura que argentinos y brasileños son más parecidos de lo que creen. "Compartimos la misma pasión y entre nosotros hay admiración más allá del fútbol", asegura.
-¿Cuál es el mensaje que buscás transmitir con Zsamba?
-Que dos potencias deben asociarse urgentemente. Y para eso, creo que la música es el mejor canal.
-Es tu tercer disco desde que estás en la Argentina. ¿En qué momento te encuentra?
-Como persona me encuentra como un eterno aprendiz, con la misma misión de cada día: ser mejor persona. Siempre mejorando, con las miserias y los monstruos que todos tenemos; pero hay que cerrarlos con una llave, tirarlos y quedarse con la buena cuna, los modales y la buena educación que tuve. Y como músico, me siento en un estado de plena comodidad musical.
-¿Qué música escuchás actualmente?
-Sigo escuchando a Guillermo Fernández, León Gieco, Mercedes Sosa. También me gusta mucho el rock argentino: Divididos y Attaque 77 me encantan. También mucho tango nuevo, renovado.
-Por lo que me decís te llama mucho más la música argentina que la brasileña.
-Es que sucede una cosa impresionante. Los cariocas y los paulistas dicen que nosotros, los gauchos, nos parecemos más a los argentinos que a los brasileños. Pero la música es universal. Como decía el Che Guevara: uno no elige dónde nacer, elige dónde morirse. Buenos Aires es un pueblo con una música maravillosa y somos solidarios, como todos los latinoamericanos. No vengo a hacer patria con mi música, sino que es algo que realmente siento.
-Lo primero que hiciste cuando entraste al estudio fue ponerte a cantar y bailar…
-Yo por ejemplo no tomo caipirinha y tengo amigos brasileros que no les gusta la Samba de Brasil. Tomo mate pero tengo amigos argentinos que no le gustan. Yo canto siempre, soy un cantante que canta por la mañana, por la tarde y por la noche; de manera acústica y acompañado también. Canto porque es un don que recibí y tengo que limarlo y hacer que brille, por eso sigo tomando clases.
-Grabaste un tema del disco con Tais, tu hija, ¿cómo fue esa experiencia?
-Fue maravillosa. Ella viene de una familia de padres y abuelos músicos. Su madre era cantante y Valeria, la madre que tiene desde los cinco años, con quien tiene una relación muy buena, también canta divinamente. Para mí fue muy emotivo estar al lado de ella.
-Parece que no tenía escapatoria…
-Va a la escuela de Valeria desde los cinco años y ya en el primer día de clases le dijo a la profesora '¿calentamos la voz con vibrato o sin vibrato?' Ahí ya te das cuenta…
-¿Qué tiene de parecido tuyo y de su madre?
-Tiene un carácter parecido al mío. Es muy simpática y una herencia muy importante que es mi sonrisa y la de mi padre. De su madre tiene toda la belleza y el encanto que tenía Tamara como ser humano y cantante. Y tiene todas las manías de su otra madre, Valeria: es una nena muy malcriada pero educada.
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