Claudio Rissi: "Hoy disfruto de ser actor, pero cuando no tenía trabajo dormía en los colectivos o en la calle"

A pesar de que su padre no quería que se dedicara a la actuación, decidió seguir su vocación. Y en una entrevista con Teleshow habla de los vaivenes que tuvo su carrera. Más allá de las dificultades, a los 61 años asegura que no se equivocó de profesión: "Soy actor y me la recontra banco"

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Claudio Rissi, un actor todoterreno que es dueño de una extensa carrera en teatro, cine y televisión
Claudio Rissi, un actor todoterreno que es dueño de una extensa carrera en teatro, cine y televisión

Desde su niñez, Claudio Rissi (61) soñaba con subirse a un escenario y actuar. Ese deseo era tan fuerte que luchó por cumplir con su vocación. Pero no fue un camino fácil: su padre no quería que se dedicara a la actuación. Sin embargo, empezó con el teatro a los 17 años. Estudió tornería y aunque ejerció este oficio durante un tiempo, no le gustaba. Tuvo períodos en los que no conseguía trabajo. Se las rebuscaba como podía, incluso llegó a dormir en los colectivos de la Línea 60 y en la calle. Hoy, está orgulloso de haber podido construir una carrera en el teatro, el cine y la televisión.

Partícipe de exitosos unitarios como El Marginal y Un gallo para Esculapio, Rissi habló con Teleshow sobre los momentos buenos y malos que le tocaron vivir en su profesión. Y de la filmación de su nueva película, Bruno Motonetadel director Pablo Parés, una comedia del género fantástico muy distinta de lo que venía haciendo en la pantalla grande.

Pero todo su esfuerzo valió la pena y en 2017 se dio el gusto de participar en los festivales de Cannes y San Sebastián. "El sueño del pibe era ir a Cannes, lo soñé durante 45 años y conocí Europa ahora", dijo con orgullo sobre el reconocimiento obtenido con el equipo de La novia del desierto, el filme vendido a más de 20 países que protagonizó con Paulina García, bajo la dirección de Cecilia Atán y Valeria Pivato.

Paulina Garcia y Claudio Rissi presentaron “La novia del desierto”, en el Festival anual de Cannes (Getty Images)
Paulina Garcia y Claudio Rissi presentaron “La novia del desierto”, en el Festival anual de Cannes (Getty Images)

"Tengo 61 años: hoy puedo decir soy actor, antes tenía dudas. Soy actor y me la recontra banco. ¿Qué más quiero que tener esa posibilidad? Y me hace feliz. Soy un privilegiado. Además, vivir del arte es muy difícil", explicó un Rissi muy seguro de sí mismo, tras cumplir más de cuatro décadas interpretando a distintos personajes, que le permitieron aprender y crecer como un destacado artista.

Claudio Rissi con Facundo Gambandé y Candela Molfese en el set de filmación de “Bruno Motoneta” (Verónica Guerman / Teleshow)
Claudio Rissi con Facundo Gambandé y Candela Molfese en el set de filmación de “Bruno Motoneta” (Verónica Guerman / Teleshow)

—¿Cómo es tu rol en la película "Bruno Motoneta"? 

—Es un personaje muy simpático. Es el tío del protagonista (Facundo Gambandé), que es muy fanático de su perrito. Tiene un negocio donde se satisfacen todas las necesidades que puede tener alguien. Algo sucede con su perro, al que quiere mucho. Entonces compra una pócima, y la tiene que ir a buscar. En ese ínterin sucede toda la película…. Y además hay otro conflicto enorme: es sobre la mujer de este personaje, la tía del protagonista (Mirta Busnelli). Los extraterrestres se apoderan de estos personajes y empieza su búsqueda. Es un cine que yo no tengo habitualmente la oportunidad de hacer y me divierte mucho.

—¿Siempre soñaste con ser actor? 

—Desde los diez años. Pero me costó siete años de romper lazos: primero fui un actor clandestino para que no se enterara mi viejo. Empecé a hacer teatro a los 17 años. Así que no me había equivocado al elegir un trabajo como el que hago. No tuve una crisis vocacional.

Primero fui un actor clandestino para que no se enterara mi viejo. Empecé a hacer teatro a los 17 años

—¿Te pasó de estar grandes periodos sin trabajo?

—Sí, y me la rebuscaba haciendo otras cosas: laburando de sereno, ensobrábamos correspondencia, porque éramos varios los que estábamos en esa situación. Hacíamos encuestas: por cada una ganaba una moneda. Fui cobrador de un cable: iba casa por casa a cobrar la cuota. Qué sé yo. En ese momento, no me conocía nadie… He dormido en colectivos, he dormido en la calle.

—¿En qué momento de tu vida te pasó?

—Cuando no tenía dónde vivir. Entonces paraba en casas de amigos o de una novia, algo circunstancial.

—¿Cómo viviste esa época?

—Hoy lo miro con simpatía, pero en ese momento lo vivía con frío. Dormir en el (colectivo) 60 en invierno, no estaba bueno. Pero sirvió, para algo sirvió. Me subía al colectivo, sacaba el boleto y dormía ahí. Entre ir y volver al Tigre ya había dormido cinco horas.

Dormir en el (colectivo) 60 en invierno, no estaba bueno. Pero sirvió, para algo sirvió

—¿Y cómo hacías para comer? 

—Siempre te la rebuscabas. Me tomaba un café con leche, una medialuna, un pedazo de pan, una galletita. Vas a la casa de un amigo y le decís: "Vamos a tomar unos mates". Ya está, listo. Después estaban todos levantados y se podía tomar unos mates con bizcochitos. Tampoco es que viví toda la vida en la calle, no fui un homeless. Fueron salpicados, fueron algunos momentos. Por ahí una semana que no tenía lugar, en esa semana pasaban tres días que estuve afuera. Se reiteró eso en un par de oportunidades. Pero no me pasé un año viviendo en la calle. De todas maneras, el frío y el hambre sí se sentían.

Claudio Rissi con Brian Buley, el actor relevación en “El Marginal”, durante la filmación de “Bruno Motoneta” (Verónica Guerman / Teleshow)
Claudio Rissi con Brian Buley, el actor relevación en “El Marginal”, durante la filmación de “Bruno Motoneta” (Verónica Guerman / Teleshow)

—Contame cómo fue la experiencia de protagonizar "El Marginal", que ganó varios premios Martín Fierro, incluido el de Oro.

—No trabajo para los premios. El premio lo tengo todos los días haciendo lo que me gusta y teniendo el reconocimiento de mis pares y de la gente. Para mí, ahí está el juego, la entrega y la devolución. En la medida que uno entrega, también recibe. Si uno trabajara para los premios está poniendo el carro adelante del caballo y no puede ir muy lejos porque uno no termina haciendo lo que quiere. Y esto es una elección: nadie me obligó a ser actor. Trato de hacer lo que me gusta y hay momentos donde me tomo recreos, como hacer esta película ("Bruno Motoneta") donde payaseo y hago cosas que no tienen nada que ver con lo que hice. Pero es un permiso que me puedo dar ahora. Antes, hubiese dicho que no.

La crisis en la industria audiovisual 

Rissi explica que en diciembre comenzará las grabaciones de El Marginal 2. Será una precuela que contará nuevos aspectos de esta interesante historia de género policial-drama creada por Underground. Aunque tiene trabajo, es una realidad que muchos de sus colegas no están pasando por un buen momento debido a las poca cantidad de ficciones y películas nacionales que se realizan en la actualidad. Según su opinión, la situación actual en la comunidad artística es muy crítica y gran parte de este problema se debe a la falta de apoyo del Estado a la industria audiovisual.

—¿Qué pensás de que hay pocas producciones nacionales?

—Es un conflicto de política cultural, exclusivamente, donde lo económico funciona también. Hoy comprás una serie, una lata por dos mangos: ¿por qué vas a producir con actores, con el quilombo que significa armar una producción? Pero está todo así en este país, en este momento. Esa es la sensación que tengo: todo se importa, todo es importado, todo es más barato afuera. Es quitarle la identidad cultural. En el cine, por ejemplo. Hoy se hacen tres películas cuando antes se filmaban 60, y ahora estamos dando vuelta por todo el planeta con películas argentinas. Quizás en la Argentina no le dan bola porque hay un prejuicio con el cine del país, pero hay películas que han peleado por el Oscar. Pero para que eso ocurra tiene que haber prueba y error, tiene que haber otras que tal vez no lleguen a cubrir determinadas expectativas… En el ejercicio está el crecimiento. Yo no podría ser un actor como el que soy si no me hubiese equivocado. ¡Tuve que hacer cada mamarracho en mi vida para aprender y mejorar!

Hoy comprás una serie, una lata por dos mangos. ¿Por qué vas a producir con actores, con el quilombo que significa armar una producción? Pero está todo así en este país, en este momento

—¿Pensás que el Estado debería apoyar más a las ficciones y el cine?

—No tengo dudas. Lo que pasa es que los gobiernos tienen sus líneas, que todo se apoya en la economía. Las políticas económicas incluyen a lo cultural, a la salud… En la medida en la que se ausente el Estado, las empresas empiezan a decidir hacer lo que se les canta, y lo único que quieren es recaudar dinero. Y si no hay una regulación y alguien que esté atrás de esa regulación, defendiéndola, las empresas hacen lo que quieren. Si van a aumentar la luz, el gas y el agua, pero los sueldos no porque son un gasto, entonces uno dice: "Pará loco un poco, ¿cómo es?". Después aumentan la prepaga, para la fortuna de los que tenemos la prepaga. ¿Y los que no la tienen? El Estado tiene que estar presente, yo considero. Que la realidad de un país la rija el mercado, me parece espantoso. No hay apoyo, ni a la gestiones, ni a las autogestiones. Estamos en una situación bastante crítica.

Claudio Rissi
Claudio Rissi

—¿Crees que es una tendencia de este Gobierno o es una situación que viene desde hace un tiempo?

—Creo que es una decisión política de este Gobierno. Pasa que hay un discurso que tiene que ver con lo anti del otro Gobierno. Entonces se hace comprar un discurso equivocado. Se quiere tapar todo con la misma pasta y no pasa todo por seguir acusando, acusando y acusando. Dicen que en los Estados Unidos no hay subvención. ¿Cómo? En los Estados Unidos ponen mucha guita para hacer cine. Nosotros nos comemos que la Warner, que la Mayer… No, el Estado pone mucha plata para sostener esa industria que es poderosísima. Pero nos quieren vender eso, y hay gente que lo compra porque no sabe nada de cine. Y nada más alejado que eso.

—¿Pensás que el Gobierno anterior tomó medidas y ayudó más a los actores?

—Sin duda, con muchísimos errores y horrores también. Pero los errores se cometen cuando se hace. El que no hace, no se equivoca. Cuando se hace todo es mejorable o perfectible, si se quiere. Pero cerrar todas las bocas de expendio, no me parece. En algún momento ese forúnculo explota.

Cómo ser un buen actor 

—¿Qué consejos le darías a alguien que recién empieza?

—A mí no me queda más que la prepotencia del trabajo. Es lo que yo conozco: trabajar. Aprender y tomarse el tiempo, no apurarse. Hoy los ritmos obligan a que el éxito sea inmediato y el éxito es la miserable circunstancia de que muchos estén de acuerdo con los que hacés. Es tan parecido al mérito, que estúpidamente se confunde. Antes, para recibirte necesitabas mucho estudio. Está bien que hoy existe Internet… Pero adquirir conocimiento necesita tiempo. Y la gente no quiere tomarse ese tiempo. Quiere disfrutar desde el punto cero de una vida exitosa. Es raro eso.

—Hoy, ¿sos feliz?

—Sí. Estoy cumpliendo sueños, viviendo de lo que elegí toda mi vida, con el reconocimiento que esperaba hace muchos años. Estoy dándome cuenta de que no necesito ser el mejor actor, sino hacer bien mi trabajo. Cuanto mejor lo hago, más me gusta; cuanto más me gusta, mejor lo hago. Estoy disfrutando del afecto, del amor. ¿Qué querés que te diga? Estoy bárbaro, estoy bien. No tengo todo el laburo que yo quisiera, pero estoy haciendo lo que quiero. Como hice toda mi vida… Nadie quería que fuera actor, nadie. Mi papá quería que fuera obrero especializado. Él decía que ni siquiera los técnicos servían. Soy oficial tornero mecánico y fui a una escuela de artes y oficios a aprender tornería. Trabajé de eso mucho tiempo, pero yo quería ser actor. Y para él, eso no servía: "Cortate el pelo muchacho y dedicate al laburo", me decía. Y no me vio jamás, nunca quiso verme. No iba a torcer su brazo de darme la razón. Se murió en el 81 sin verme actuar. Se jodió, se lo perdió. Lo lamento por él.

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