¡A "la vieja" con cariño!: el tributo de los famosos a las madres en su día

En el Día de la Madre, algunas de las dedicatorias más especiales de los personajes más importantes de nuestro medio para con aquellas mujeres que les dieron la vida

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Hay una vieja frase que reza que "madre hay una sola", dando cuenta de alguna forma de la importancia que tiene para cualquier persona la presencia de la mujer que le dio la vida.

Una trascendencia quizás aún mayor en un país donde se hace todo un culto de las celebraciones familiares y en el cual "la vieja" es algo sagrado para el común denominador de los argentinos.

Una realidad de la que, claro está, tampoco escapan las personalidades más importantes del mundo del espectáculo, quienes, las tengan o no físicamente, siempre aprovechan para rendirles tributo y recordarlas con cariño.

Marcelo Tinelli

"Mi mamá tenía una esquizofrenia complicada, una enfermedad psiquiátrica grave. No tenía una familia grande. Las pérdidas me hicieron fuerte sin querer. Perdí a mi papá a los 10 años. Tuvimos que venir a Buenos Aires por él. Para mí era una selva esto. Mi papá tenía una cirrosis y en 15 días no lo tuve más", recordó el conductor tiempo atrás, durante una entrevista con Juan Alberto Badía.

"A partir de ahí le di una mano a mi mamá, que fue una gran mamá, a pesar de su grave enfermedad. Se le descubrió una esquizofrenia complicada. Fue difícil. Se murió cuando yo tenía 33 años. Una de las cosas más fuertes que me pasaron fue cuando tenía que dejarla internada en algún neuropsiquátrico", agregó emocionado el vicepresidente de San Lorenzo, quien siempre suele subir algún recuerdo de ella en fechas como ésta.

Susana Giménez

"Mi mamá me ayudaba con Mercedes, inclusive un año se quedó con ella. Yo sufrí mucho lo de mamá, era muy compañera, terminaba el programa y le decía mamá, ¿qué te pareció, cómo estuve? Y ella, que era toda así muy suavecita, me decía `ese vestidito Susanita, no me gustó mucho, no te ofendas`. Era toda así, pero lo que decía mamá era palabra sagrada", rememoró la diva.

"Nadie pudo suplantarla, es otro amor, y ahora ese lugar lo ocupa Mercedes y seguramente lo va a ocupar Lucía también cuando sea más grande. Mi mamá era muy sensible, yo fui un orgullo para ella. Tuvo la mala suerte de que mi hermano fuera enfermo mental y que casi siempre estuvo internado, o sea que su vida fue brava, porque cada vez que tenía que ir a verlo a una clínica, o al Borda, o donde sea, sufría muchísimio, le dolía la cabeza, era un espanto, su vida fue un espanto", agregó sobre la relación que tenía con ella.

"A mamá la destruyó, inclusive el día que él murió, que se suicidó, es como que ya nadie más la necesitaba, y ahí se enfermó. Porque mientras vivía Jorge estaba pendiente y sabía que no se podía morir porque quién se iba a ocupar de ese chico", reflexionó la conductora.

"Mi mamá vivía en Mar del Plata. Entonces al principio, cuando yo empecé a hacer teatro, ella trabajaba conmigo, viste las cuentaganado, contaba las entradas vendidas, y le decía mamá que no me pasen ninguna entrada, y la vieja estaba con el cuentaganado", recordó entre risas.

Marley

"Con mi vieja tengo miles de historias, viajes y experiencias. Desde que me llevara al cine un montón de veces a ver no sólo películas infantiles sino también películas que a ella le gustaran cuando ella era joven, como "La novicia rebelde", que se reestrenaba. Una película que yo era chiquito, pero empecé a tener esa pasión por el cine de chiquito también porque ella me llevaba. De acompañarme a un canal de televisión para ver cómo se hacía un programa de televisión.e acuerdo que me había llevado a ver Carozo y Narizota en Canal 13, donde me enfocaron cuando se iban al corte y todos mis compañeritos de la escuela me vieron, y ahí empezó como mi fascinación por la tele. Y bueno, me fue acompañando en todos los proyectos de mi vida, como ahora también el de ser padre, que va a viajar conmigo a recibir a su nieto", expresó el conductor de The Wall en diálogo con Teleshow.

"En estos días, ella pasó por una enfermedad, entonces estábamos todos como muy movilizados con todo eso y esto (en referencia a la llegada de su nieto) como que la recuperó mucho", afirmó días atrás sobre Ana María,   a quien el hecho de que se convertirá en abuela en apenas unos meses parece haberla revitalizado.

"Cuando ella era joven, era como la Novicia Rebelde y cuidaba unos chicos de una familia. Y el otro día justo estábamos en un asado y ella lo recordaba. Después los encontré por Facebook y me escribieron esta semana. Están súper emocionados. Santi, el más chiquito, me decía que mi mamá fue muy importante porque lo cuidó en los momentos más importantes de su vida y fue la que estaba presente cuando pasaron muchas cosas. Se lo conté a mi mamá y ella se emocionó, porque son como sus hijos", la describió el futuro padre de Mirko.

"Que mi mamá esté recuperada es un milagro porque, en un momento, pensamos que se venía lo peor. Estaba muy débil y de repente, empezó a florecer y recuperarse. Queremos agradecer a todos los médicos que la ayudaron tanto. Ahora está re canchera, camina y no le ves ningún defecto de nada que le haya pasado. Así que estamos muy contentos y ojalá que podamos ir juntos allá (a Estados Unidos) a ver el momento", concluyó ilusionado.

Silvio Soldán

"Vivió mucho y tuvo una vida muy intensa. Fue una persona maravillosa y muy querida por todas las personas que la conocieron", expresó el ex conductor de Domingos para la juventud sobre Tita, la mujer que le dio la vida, quien falleció en abril pasado, a los 102 años de edad.

"Cuando pasás los 100 años la cosa está bastante cercana de alguna manera. Los 11 días que estuvo en el Sanatorio Güemes hacían prever que esto podía llegar. Yo sabía que era imposible que salga", reflexionó sobre su muerte, para luego agregar que tenía "millones de recuerdos" con ella. "Mi vieja y yo éramos uno solo", destacó Soldán.

"Se fue sin sufrimiento ni dolor, que es lo más importante. No tenía solución, esto se sabía. Efectivamente, los médicos no hicieron nada para reanimarla", agregó.

"Ahora la vida sigue como todos los días, de la mejor manera posible. La vida es muy linda y es lindo vivirla. Yo la vivo bastante inmensamente. Tanto mamá como papá fueron longevos. Papá a los 86 y mamá a los 102, se suponía que yo podía ser longevo y ya lo estoy siendo", concluyó Soldán.

Flavio Mendoza

"Hoy tengo el corazón roto, se fue mamá, no era tu momento, pero venías sufriendo mucho… Me duele saber que no solo tuviste dolor físico sino también dolor de vida, de una vida dura que te tocó. Mi ángel amado, cuánto te voy a extrañar, cuánta falta me vas a hacer. Yo te voy a venerar hasta mi último suspiro porque sos el viento bajo mis alas, hoy no puedo volar porque no estás aquí, no sé si sanaré o tal vez nunca lo supere", fue la conmovedora despedida que el artista le dejó a Zulma Guasconi, la mujer que le dio la vida.

"Le rogaba a Dios que me dé tiempo así conocías a mi bebé. No me quejo por la vida que tengo, la agradezco cada día, pero cada pérdida de personas que amo no lo puedo superar. Siento culpa por más que sepa que no la tenga. Pienso que algo más podría haber hecho, pero se me escapa de las manos", agregó con dolor.

La emotiva despedida de Flavio
La emotiva despedida de Flavio Mendoza a su madre

"Dios, dame fuerzas para proteger a mi familia. Hoy tengo bronca, estoy enojado, me duele el corazón de una forma horrible, pero tengo que ser fuerte porque pronto vas a llegar y tengo que darle la mejor vida que pueda y también contarte que tu abuela fue la mejor mujer de este mundo. Descansa en paz ángel mío", concluyó el coreógrafo.

Diego Maradona

"La primera imagen de la infancia que me viene a la cabeza es cuando mi mamá me iba a buscar para ir a la escuela y yo me escondía entre el maíz. Y después jugando a la pelota en una calle de tierra, con mucha tierra", recordó el Diez tiempo atrás sobre la entrañable Doña Tota.

"Los días de lluvia, cuando caían piedras, se agujereaba el techo de chapa y el piso de tierra se iba llenando de manchas oscuras que parecían bichitos. Entonces mamá gritaba: '¡Andá a buscar los tachitos!'. Y todos corríamos por la casita, poniendo las tachitos debajo de las goteras, hasta que se llenaban y tirábamos el agua por la ventana. Si no lo hacíamos, ¡ni te imaginás los pozos que quedaban en la tierra!", confesó sobre cómo ayudaba a su madre en la humilde casa de Villa Fiorito.

"En mi casa no había agua corriente. Entonces, cuando mamá tenía que lavar los platos o nos teníamos que bañar, me mandaba a buscar agua a una canilla. Yo llevaba los tachos de aceite de veinte litros y los llenaba. Los ponía en la cocina y mamá nos pasaba el agua por la cara y por el cuerpo, para que estuviéramos bien limpitos. Se complicaba, imaginate, cuando los ocho hermanos teníamos que lavarnos la cabeza", añoró entre risas.

"Soñaba con comer. No era fácil. Nos costaba comprar una gaseosa, y las Flecha o las Pampero que teníamos eran el único par de zapatillas para ir a la escuela, jugar, estar todo el día… Cuando llegaba la hora de la cena, la Tota siempre decía que le dolía la panza. 'No, hoy no voy a comer, porque ando mal del estómago’', repetía. Recién a los trece años, tremendo grandote boludo, me enteré de que nunca le había dolido nada, que decía eso para que nosotros pudiéramos comer", contó sobre las privaciones por las que pasaba su mamá con tal de que él y sus hermanos pudieran comer.

"Siempre fui el preferido de mi vieja. Ella me mandaba a comprar cinco guitas de carne, aunque fuera para darle sabor a la comida… Pero el día en que había un pedazo de carne en la mesa, el más grande era para mí, y a mis hermanas les llenaba el plato de ensalada, para disimular… Las pobres masticaban lechuga como locas", confesó.

"Mamá me defendía a muerte. Tenía debilidad por mí. Una vez la desobedecí y me fui a jugar al fútbol, a pesar de que me dijo que me quedara en casa. Volví hecho un desastre, con las zapatillas Flecha, ¡que tanto había costado comprar!, todas sucias y rotas. Mi viejo se agarró una calentura bárbara y empezó a fajarme. Pero la Tota vino corriendo, levantó el dedo y le dijo: 'Si tocás a mi hijo, esta noche cuando duermas, te mato'", rememoró.

"Le escribía una carta a Melchor, Gaspar y Baltazar todos los años. Les ponía: 'Queridos Reyes, me gustaría que trajeran una bici para la Lili, otra para Mary y una para mí que no tenemos'. ¡Me la iban a traer el día de la escarapela! Era duro, la bici nunca llegaba. Una vez le pregunté a mi mamá si ellos no leían esa carta que yo escribía con tanta ilusión. Y mi vieja me explicó que para nosotros los Reyes eran pobres. Igual, les cortabamos el pasto y le poníamos el agua, porque queríamos ser agradecidos aunque nuestros regalos fueran siempre los más chiquitos del barrio", fue su recuerdo de cómo Doña Tota trataba de explicarles que ellos no podían recibir los regalos que tenían el común denominador de los niños.

"Con mi primer sueldo llevé a mi vieja a cenar al restaurante La Rumba, porque siempre que pasaba con el bondi cuando iba a desinfectar sentía un olor riquísimo. Era una pizzería en avenida Sáenz, frente a la Iglesia de Pompeya. El sueño de mi vida era llevar a la Tota a cenar, los dos solos, como novios. ¡Esa noche nos gastamos todo!", contó sobre cómo le agradeció el esfuerzo a su madre con la primera plata que cobró.

"Yo era el preferido de la Tota. Tenía debilidad por mí. El día que cumplí 46 años miré a mamá y le dije: "Sos la primera mujer de mi vida, mi novia eterna. Te debo todo Tota, y te voy a amar siempre más y más", lanzó emocionado.

"Mi vieja está muy mal, sólo le pido a Dios que no se la lleve, que nos deje volver a comer con ella, volver a tomar mate con ella, darle un beso, les pido a los médicos que hagan el milagro", fue el desesperado pedido del ex capitán y técnico de la Selección Argentina, cuando ya se veía venir el triste desenlace.

Marcela Tinayre

"Para una madre que trabaja no es fácil cumplir ese rol, pero como madre puedo decir que sos realmente excepcional. Estás divina y sos una madre buenísima, puedo decirlo sobre todo ahora, cuando somos dos mujeres grandes que nos encontramos. Fui una niña muy rebelde, insoportable, el enfrentamiento con la madre es normal al crecer. Pero ahora de grande acepto tu enseñanza y entiendo lo que me decís, mamá. Pienso y veo que tenés razón", fueron las palabras que eligió la conductora de Las rubias + uno para agradecerle a la diva de los almuerzos por lo que significó para ella.

Y, pese a que Mirtha hizo un mea culpa al decirle que  "si volviera a nacer estaría más tiempo con ustedes", Marcela no le aceptó la queja. "Estuviste lo suficiente, para nosotros fuiste un ejemplo de trabajo", la defendió.

"Mamá nos enseñó una disciplina de trabajo, de aceptación. Además, el hecho de que trabajaras hizo que tengamos dos niñeras que amábamos, dos personas súper importantes en nuestras vidas, gracias todo eso las conocimos a ellas", concluyó.

Araceli González 

"Mi mamá fue una mujer que trabajó muchísimo y me dio una calidad de vida desde el trabajo y como mujer, entonces para mí es un referente muy importante. Entonces todo lo que hago…De hecho, cuando hago a Francesca me pasa que estoy arriba del escenario y me digo ´ésta es mamá, ésta es la abuela´, todos los personajes que uno hace tienen que ver con la vida de uno. Y tengo mujeres muy fuertes alrededor, muy vulnerables también, pero han hecho de mí esta mujer que soy, muy madrazas, muy compañeras. Muy solas también, a veces sí", la definió cuando visitó el living de Susana Giménez junto a su pareja, Fabián Mazzei.

"Yo tuve la suerte, tuve parejas, pero en proporción, a esta edad de mi vida, estuve más sola que acompañada, pero tuve la suerte de tener un trabajo que me pude autoabastecer, donde pude hacer un montón de cosas sola, y con libertad e independencia económica, cosa que quizás a mi mamá le costó muchísimo más, porque salía de ser mamá, ama de casa, y de golpe tuvo que salir a trabajar para mantenernos a nosotros", reflexionó.

"Tenemos una relación hermosa, y ahora me está viendo Rosita, y es hermosa, una laburante", contó emocionada Araceli, quien también se refirió a la enfermedad que padece su madre.

"El lupus una enfermedad autoinmune, crónica. Hay diferentes clases de lupus, yo no soy médica y puedo hablar por lo que pude investigar por mi mamá. Todas las enfermedades autoinmunes son muy poco conocidas y cuando a uno le toca en su familia tiene que empezar a investigar. Lo emocional afecta mucho a esta enfermedad, entonces hay que tratar que la persona que está enferma de lupus esté equilibrada", relató.

"En el caso de mi mamá es una enfermedad que cuando tiene sus brotes ataca distintos órganos y cuando eso sucede hay que atender enseguida eso. Un simple corte puede provocarle algo grave. Es una enfermedad que te va comiendo los órganos sanos", agregó al respecto.

María Fernanda Callejón

"En este Día de la Madre quiero recordar a mi vieja, a mi mamá, a mia mamma. Una tana que vino de Italia a los siete años, hija de inmigrantes soy, orgullosa. Una gran laburante, una gran persona, un alma caritativa, generosa, bondadosa, pero a la vez una mujer muy fuerte, muy clara en sus convicciones, en sus proyectos, y muy leona de sus hijas. De mi madre heredé la fuerza, esa fuerza poderosa, que hace que todo lo pueda uno", comenzó su recuerdo una de las protagonistas de "Casados Sin Hijos".

"Me emociona hablar de ella porque hace nueve años que no la tengo, pero no la tengo físicamente, la tengo conmigo todos los días de mi vida. Al principio la lloraba y hoy la recuerdo con alegría, con felicidad, porque ahora que soy mamá la comprendo en todo, automáticamente que fui mamá le entendí todo. Y siempre digo que con ser el uno por ciento de lo que fue mi madre con nosotras, poder lograrlo yo como mamá de Giovanna, me puedo ir feliz de este mundo, sabiendo que le dejo un legado muy parecido al que me dejó mi mamá. El legado de los valores, de la fuerza, del que todo se puede, y que la vida hay que disfrutarla y hay que ser bondadosa, comprensiva y compasiva con nuestros seres queridos y con las personas que nos rodean", agregó Fernanda sobre Grazzia María Augusta Pizzutto, su progenitora.

"Así que esa tana, que nos corría por toda la casa cuando éramos chicos y nos mandábamos macanas, nos decía, con su hermoso italiano, ´ay, te voy a daer un schiaffo mascalzona di merda, esa tana que nos corría por toda la casa, la recuerdo todos los días de mi vida, y a través de ella les quiero desear a todas las madres del mundo, y de este país, que tengan un hermoso Día de la Madre. Ése es mi núcleo, mi matriz, y orgullosa de pasar este segundo año como mamá. Quiero compartilo con ustedes, feliz día a todas las mamis", concluyó la actriz.

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