Este jueves Mauro Icardi (24) volverá a ponerse la camiseta de la Selección argentina en el trascendental choque con Uruguay. Pero durante mucho tiempo su ausencia en la albiceleste -siendo una figura del fútbol mundial- se observó como una proscripción: sus colegas no le perdonaban que hubiera conquistado a la mujer de su amigo Maxi López (33). Wanda Nara (30), claro. A esa supuesta traición se la conoció como Icardeada.
Ahora bien, La Reina de las Botineras tiene algo para decir… "Nunca me molestó que hablaran de una 'Icardeada' -confesó en una nota con la revista Gente-. Si hasta facturamos con eso… Recordá la publicidad de gaseosa que hicimos. Entiendo más que nadie el negocio, lo que vende y lo que no". ¡Y no le falta razón! Como la representante de su segundo marido, consiguió negociar contratos muy beneficiosos con el Inter.
No obstante, Wanda asegura que "la verdad es un poco diferente" respecto a los inicios de su relación con el goleador. ¿Y cuál es? "Mauro se enamoró de una mujer separada hasta de papeles, y su ex (por Maxi) era un ex colega (sic), y punto", responde la rubia, tajante. ¡Pero avisa! Ella no perdonaría una infidelidad.
Como fuera, esta vez no podría suceder una nueva Icardeada. "¿Si me quiso conquistar otro jugador desde que estoy con Mauro? Ninguno. A él lo respetan mucho, porque saben que él me respeta mucho a mí", afirma la mayor de las hermanas Nara, dejando una crítica solapada para Maxi López, con quien tuvo tres hijos: Valentino (ocho), Constantino (seis) y Benedicto (cinco).
Con el 9 del Inter, en tanto, es mamá de dos nenas: Francesca (dos) e Isabella (pronta a cumplir su primer añito). Pese al bienestar económico del cual disfrutan, una familia tan numerosa genera sus inconvenientes. "Desde que estamos juntos nunca fuimos al cine a ver una película para adultos, ni nos tomamos un solo día sin los chicos. Él quiere hacer todos los planes en familia", lamenta Wanda.
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