La vida de Nazarena Vélez (40) estuvo siempre expuesta ante una cámara de televisión desde que era adolescente. Los episodios de violencia doméstica con su ex pareja y las que habría vivido su hija Barbie, sus casamientos, los nacimientos de sus hijos, el conflictivo divorcio de Daniel Agostini (43), el drama judicial por su hijo Gonzalo, las trágicas muertes familiares y la lucha por la tenencia de su sobrina Bianca son hechos que la han marcado para siempre.
La muerte de su tercer marido, Fabián Rodríguez, es quizás el punto cúlmine de una línea de tiempo que encuentra sus hitos en momentos muy tristes y polémicos. Antes de contraer matrimonio con el empresario, la actriz había transitado por relaciones tortuosas -según ella misma lo contaría-, que incluyeron engaños, maltratos físicos y psicológicos, acusaciones cruzadas y hasta alguna denuncia policial. En 2012, cuando se unió formalmente con Fabián, Vélez daba indicios de haber logrado al fin la tranquilidad. "Encontré a un compañero de vida, alguien que esté conmigo en las buenas y en las malas", declaraba, sonriente. La antítesis de esa frase fue otra que publicó en su Whatsapp, al enterarse de la noticia de la muerte del padre de su hijo Thiago: "me morí con vos…". En la noche del lunes 24 de marzo del 2014, Rodríguez fue hallado sin vida en el piso 23 donde funcionaba la productora Jaz, ubicada en Uriarte al 2300, en el barrio de Palermo. Días después quedó confirmado que se trató de un suicidio.
El primer marido de Nazarena fue Alejandro Pucheta, papá de su hija, Bárbara. Muy poco ha trascendido de esta relación. Se sabe que eran vecinos en la localidad bonaerense de Quilmes, que se enamoraron de jóvenes y que se llevan bien hasta la actualidad; incluso, Pucheta había felicitado a Vélez cuando se enteró de que se casaría con Rodríguez.
El noviazgo que mantuvo a mediados de los 90 con Hernán Caire (47), entonces conductor de "Pasión de sábado" tuvo el peor de los finales. Se habían conocido en el set de ese programa y muy pronto la relación saltó a las revistas. Sin embargo, el corte fue escandaloso. Vélez declararía tiempo después que él la golpeaba y que incluso había llegado a apuntarle con un arma para obligarla a mantener relaciones sexuales.
"Fui una boluda que se dejó cagar a trompadas; o una enferma, tan enferma como él. La primera vez que me golpeó estábamos arriba del auto y lo hizo porque tenía un pantalón ajustado. Todo se basaba en los celos. Nunca lo hablé con mi familia, se me caía la cara de vergüenza. Tardé un año y medio en hacer la denuncia", recordaría Vélez, 14 años después.
La siguiente incursión amorosa de Nazarena no tuvo mayor éxito. En 1999 se enamoró de Daniel Agostini y a los pocos meses se casaron en Carlos Paz. Al año siguiente nació Gonzalo, el segundo hijo de la actriz. Pero otra vez los celos fueron en contra de la relación: al cantante no le simpatizaban los desnudos que, cada vez con más frecuencia, ella hacía para las revistas, el teatro y la televisión. "La pareja no es lo único que me hace feliz. También necesito disfrutar de mi profesión, de mis hijos, de todo. La clave está en que tu marido te quiera acompañar", se justificaba ella. Y, aparentemente, Agostini no estaba dispuesto a ello (se dijo además que él le había sido infiel). En 2006 se separaron en malos términos, al punto de que mantuvieron disputas por la tenencia de Gonzalo hasta hace unos años.
El último noviazgo explosivo de Nazarena antes de casarse con Rodríguez -papá de Thiago, su tercer hijo- fue el que mantuvo con el productor de espectáculos Luciano Garbellano. Una vez más, el abrupto fin llegó de la mano de acusaciones de uno y otro lado. Él la calificó de drogadicta -poco tiempo antes ella había admitido una adicción a las pastillas- y ella le respondió denunciándolo por maltratos y hasta tentativa de robo.
Luego mantuvo un fugaz pero intenso romance con Gonzalo Gamarra, con quien se casó en Las Vegas. La actriz optó por dejar atrás su vínculo con Gonzalo de una manera adulta: "Yo la quiero mucho a esa persona y merece ser feliz, pero cuando sentís que no tenés espacio no hay nada mejor que decirlo de la mejor manera" señaló.
Este año las malas noticias volvieron a golpear duro a la empresaria y madre de tres hijos. Silvia, la hermana de Fabián Rodríguez, murió tras realizarse una cirugía estética en Colombia. La ex cuñada de Vélez viajó para mejorar su imagen, pero al salir de la intervención presentó un cuadro complejo de salud. "La vida duele", había expresado Nazarena en una foto publicada en la red social Instagram.
Ahora, un nuevo golpe vuelve a hacer tambalear a Nazarena. Condoleo, padrino de Thiago y mejor amigo de Fabián, decidió quitarse la vida el pasado domingo por la noche causando que una vez más las tragedia envuelva la vida de la actriz.
OTROS HECHOS
En 2010: Su hermana Jazmín de 21 años muere en un accidente de tránsito. En honor a ella, Nazarena bautiza a su productora "Jaz".
En 2013: Flavia Palmiero (51) increpó a Nazarena y la llevó a juicio por amenazas, supuestamente tras haber echado a Bárbara de una fiesta privada. Por ese entonces, Nazarena se había casado con Fabián Rodriguez, ex productor de Flavia.
En 2014: Su hija Bárbara sufre de un pico de stress y debe ser internada. La productora "Jaz", que compartía con su difunto marido, sufre grandes problemas económicos y queda al borde de la quiebra y su peluquero de toda la vida es asesinado tras ser asaltado.
En 2016: Comenzaron los problemas en la relación de su hija Barbie Vélez (23) y Federico Bal (27). En febrero de ese año, José María Muscari (40) había acusado de violento a Federico, pero la propia Barbie salió a defender al hijo de Carmen. Días más tarde cuando parecía que la separación era definitiva, en marzo decidieron apostar nuevamente al amor, aunque los cortocircuitos eran cada vez más frecuentes. Sin embargo, tras reencontrarse en Europa e intentar una nueva reconciliación, la relación llegó a su fin.
Después de casi dos años de juicios cruzados, a principio del 2017, la Justicia sacó el veredicto final sobre los hechos que precipitaron el final abrupto de la pareja, en donde hubo acusaciones de agresiones mutuas, violencia de género, daños y provocación de lesiones y amenazas. Simplemente se concluyó en que hubo una escandalosa historia de amor, sin culpables. Los dos fueron sobreseídos de cargo y culpa.
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