"Hasta que la muerte los separe": historias de las parejas más duraderas del espectáculo argentino

Del emblemático matrimonio de Palito Ortega y Evangelina Salazar a Dolores Barreiro y Matías Camisani, un repaso por las historias de amor de la farándula que más perduraron en el tiempo

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La frase, usada hasta el hartazgo en películas, series y programas de televisión habidos y por haber, representa un mandato que se cumple cada vez menos: el de casarse "hasta que la muerte nos separe".

A tono con los tiempos que corren, los famosos no escapan al "cortoplacismo" que imponen las relaciones de hoy en día, y son pocas las parejas, sobre todo las más jóvenes, que logran perdurar en el tiempo.
Aquí, un repaso por los hombres y mujeres del espectáculo y los medios nacionales que supieron construir historias de amor dignas de Hollywood y que son ejemplo para las generaciones venideras.

Palito Ortega y Evangelina Salazar

Pareja emblemática de la farándula autóctona, Palito y Evangelina cruzaron sus caminos en 1965, cuando Enrique Carreras los convocó para ser parte de su película Mi primera novia. Lo que seguramente jamás imaginó el cineasta es que de alguna forma ofició de "celestino" entre el ex gobernador tucumano y su mujer, quienes dos años después de aquél primer encuentro pasaron por el altar, en lo que fue el primer casamiento televisado de la Argentina.

En marzo pasado, el matrimonio renovó sus votos con un emotivo encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano, y un mes después celebraron sus Bodas de Oro junto a sus seis hijos y 80 selectos invitados en el Hotel Faena de Puerto Madero.

"Estos 50 años junto a Ramón me dieron mucho más de lo que pude alguna vez haber soñado. De chica, soñé muchísimas cosas, pero nunca logré imaginar esta realidad hermosa que nos tocó vivir junto a nuestros seis hijos y nuestros nietos maravillosos. Fueron 50 años que pudimos disfrutar a pleno, gracias a la salud que Dios nos dio. Ramón es la persona más generosa, con más fe y con más amor que he conocido en mi vida. Por eso, es el hombre que sigo eligiendo día a día. Es mi primer y único amor", lo halagó ella en aquél momento, con el mismo amor de siempre.

Arturo Puig y Selva Alemán

Con más de cuatro décadas juntos, la pareja de actores es una de las más vigentes en el ambiente. En su caso, los responsables del "flechazo" fueron Alejandro Romay y Diana Álvarez, quienes lo convocaron para un unitario. Sin embargo, no todo fue tan fácil para ellos, ya que en ese momento ambos estaban casados.

"Lo nuestro fue inevitable, estuvimos un año y medio luchando en contra de la pareja, poniéndonos en la cabeza que lo nuestro no podía ser. Los dos estábamos casados, pero no hubo manera, no podíamos estar separados", confesó años atrás la actriz, en tanto el actor y director teatral aseguaba que "hubo una conexión inmediata".

Claro que, como cualquier matrimonio, han sabido tener sus diferencias. "No todo fue color de rosa, a lo largo de nuestra relación pasamos por momentos muy difíciles y estuvimos un millón de veces a punto de separarnos", reconoció Puig. Sin embargo, cuesta imaginárselos lejos el uno del otro y acaso su única cuenta pendiente haya sido el tener un hijo, ya que Arturo tiene dos de una pareja anterior.

Ricardo Darín y Florencia Bas

Tratándose de, para muchos, el mejor actor argentino de los últimos tiempos, era lógico que la historia de amor entre Ricardo Darín y Florencia Bas tuviera ribetes cinematográficos. Es que Cupido los sorprendió cuando ella tenía apenas 18 años y al cruzarse con la mirada del por entonces protagonista de Sugar, que asomaban de la mítica pizzería Banchero, mientras caminaba por calle Corrientes, quedó flechada para siempre.

Aquella noche sólo intercambiaron sonrisas cómplices, pero, pese a su juventud, ella estaba decidida a no dejar escaparlo. Fue por eso que, en complicidad con una amiga, decidió sentarse a tomar un café cerca del teatro donde él trabajaba, a la espera de que apareciera por el lugar. Dicho y hecho, él entró por la puerta del bar, se acercó hasta su mesa y le dijo "¿Bailamos?".

A partir de esa noche iniciaron una historia de amor que coronaron con su casamiento, el 18 de abril de 1988, y la llegada de sus hijos, El Chino y Clara. Y, salvo un breve impasse de dos años en los que estuvieron distanciados, nunca más se volvieron a separar.

"Que no nos haya temblado el pulso cuando nos distanciamos, que hayamos superado el abismo de la separación y que, finalmente, nos hayamos recuperado, tiene un enorme valor propio. Nos reelegimos y eso solidificó la relación", destacó el protagonista de "El secreto de sus ojos" al recordar aquella crisis pasajera.

Guillermo Francella y Marynés Breña

Se conocieron una noche de primavera de 1987, cuando una amiga de ella, que por entonces salía con el hermano de él, organizó un encuentro para presentárselo. "Nunca me banqué mucho las presentaciones. Fue bastante fortuito. Era el cumpleaños de mi hermano, algo me habían dicho de que me querían presentar a alguien. Me senté frente a frente en la misma mesa, y tuvimos una relación divina de entrada", recordó Guillermo Francella recientemente sobre aquél instante mágico en que sus vidas cambiaron para siempre.

Dos años después dieron el sí ante Dios y el 14 de febrero de 1990, mientras el actor festejaba su cumpleaños número 35, recibió el mejor regalo que podía recibir de su mujer: el anuncio de que iba a ser papá de Nicolás. La familia se completa con Johanna, la menor del clan. "Estoy cumpliendo 28 años de casado, con dos hijos adorables, una relación de mucho compañerismo. Me ha acompañado toda la vida en todo lo mío y yo a ella. Somos muy, muy unidos", expresó, a modo de síntesis, durante una reciente entrevista.

Catherine Fulop y Ova Sabatini

"Es el destino: cuando te va a pasar algo muy fuerte con una persona no lo podés manejar, eso es el amor", expresó ella tiempo atrás, cuando se la consultó sobre el comienzo de su historia de amor con el hermano de la ex tenista. Fiel a su particular estilo, la actriz venezolana recordó que se conocieron grabando la novela Abigail, pero que no había pasado nada porque ambos estaban comprometidos. Pero al terminar la tira, ella decidió jugarse por amor.

"Un día veníamos caminando por un pasillo del estudio y lo veo al fondo a él. Cuando me lo cruzo le digo '¡qué bello eres, qué bello que eres!'" y mi amiga dijo 'ella quiere que tú la beses'. Entonces me metió en el baño, mi amiga se quedó en la puerta haciendo de "campana", me pegó contra la pared, me besó y ¡se fue!", contó.

"Al día siguiente lo vi iluminado y eterno, o sea, le vi el aura. Estaba pasando letra, él entró al estudio y se me olvidó todo. Vi como que entró luz blanca, ¡te juro! Mira todo lo que ha pasado en esta vida… Dos hijas, matrimonio, amor, acompañamiento, una vida juntos de tantas emociones", concluyó la desopilante anécdota.

Hoy llevan casi un cuarto de siglo juntos, son padres de Oriana y Tiziana, y, según incluso el testimonio de su propia hija mayor, mantienen intecto el amor y la pasión de sus comienzos.

"Cuando uno quiere construir un matrimonio hay que saber ceder y dejar el ego de lado. Porque el amor de pareja es uno de los amores más frágiles que existen, es el único del que podés transformarte en ex. Nunca serás ex de tu mamá, de tus hijos, de tus hermanos, pero de tu marido o tu mujer sí. Hay que quererse mucho, comprender al otro y mirarlo. Y cuando digo mirar, digo mirarlo de verdad, profundamente", afirmó Cathy.

"Creo que no existe una fórmula. Todo se va dando naturalmente o no se da. Lo que sí necesitás es ciertos ingredientes para que la pareja vaya evolucionando. Y la base siempre es el amor y gustarse uno al otro", agregó él, cuando les consultaron por su fórmula para estar juntos tantos años.

Osvaldo Laport y Viviana Sáez

Dicen que lo suyo fue amor a primera vista, y tuvieron que pasar casi 30 años para tener su primera gran crisis de pareja. Sin embargo, apenas nueve meses -el mismo tiempo que ella llevó en su vientre a Jazmín, su hija- les bastaron para darse cuenta a Osvaldo Laport y Viviana Sáez que no podían vivir el uno sin el otro.

"La crisis, y más que nada la reconciliación, me fortalecieron, me hicieron pensar la vida que quiero", afirmó ella por entonces, hace diez años atrás.

Guillermo Andino y Carolina Prat

Se conocieron cuando ella era una estudiante de arquitectura y con sus compañeros decidieron hacer un trabajo sobre Canal 9, donde en ese momento trabajaba el ahora conductor del noticiero de América.

"Quedaba cerca de la facu y nos parecía más divertido que cualquier otra empresa, allí nos conocimos con Guillermo. En ese momento el canal estaba en alza, tenía un rating altísimo. Era la época de las telenovelas, así que pensó que yo llegaba para algún casting. Le gustó cuando supo que
no estaba por nada de la tele. Desde el primer momento hubo flash, y yo tenía la frase de mi abuela que con su acento austríaco me decía: 'A mí ese chico me gusta, yo lo veo y tiene algo tuyo, tiene tu sonrisa'", recordó ella hace algunos años cuando le preguntaron por los comienzos de su relación.

"Me encanta ser mamá, me encanta ser 'la esposa de'", afirmaba también por aquella época, haciendo alusión a que dejó su rol de conductora en "El Garage" embarazada de Sofía (15), su primogénita, y nunca más volvió a los medios, salvo para alguna producción familiar.

Hoy, la familia se completa con Victoria (9) y el pequeño Ramón (2) y la pareja, lejos de perder la pasión, sigue tan apasionada como el primer día. "Siempre hay espacio y ganas. En casa, todos los rincones han sido utilizados para hacer el amor y tener nuestros encuentros. El que te diga que no, ¡miente!", confesaba apenas tres años atrás Andino durante una entrevista.

Dolores Barreiro y Matías Camisani

Llevan más de dos décadas de amor ininterrumpido, desde los tiempos que ella era la conductora de El Rayo y él uno de los modelos más jóvenes y prometedores de la Argentina. Hoy, Dolores Barreiro (38) y Matías Camisani (43) mantienen la misma química de entonces y encabezan esa familia que conforman sus hijos Valentino (12), Salvador (9), Milo (7) y Suria (2).

"Cuando hay amor no existen obstáculos que no se puedan vencer. Además, creo que es el respeto y el cariño que nos tenemos lo que hizo que a lo largo de estos diecisiete años hayamos superado todo. Nos casamos siendo muy jóvenes, yo tenía 21 y él 25, y por eso aprendimos muchas cosas juntos. Creo que la magia está en elegirnos todos los días. Además, tenemos las mismas prioridades y caminamos hacia el mismo objetivo", confesaba ella años atrás a propósito de cuál era su secreto para seguir juntos tanto tiempo.

"Me gustan tantas cosas, pero lo que más valoro de él es su calidad como persona, su manera de ser, su dedicación como padre. Yo no me imagino mi vida sin él, es el hombre de mi vida. Cada vez que lo veo jugando con mis hijos me doy cuenta de que tengo a un gran hombre a mi lado", agregaba la top model y empresaria, con el mismo amor que en sus comienzos.

Patricia Sosa y Oscar Mediavilla

Caso singular si los hay, la cantante y el productor discográfico se conocieron cuando ella tenía apenas 16 años y fue a hacer coros para un grupo de rock que él tenía por entonces. "A mí me había encantado", reconoció ella. Sin embargo, él por entonces tenía novia, por lo que debió esperar cinco meses hasta que el destino los cruzara nuevamente, esta vez ya con él soltero.

"Oscar tomó la iniciativa. Me invitó al cine y acepté. No hubo demasiadas palabras, ni declaraciones formales. Sucedió. Uno al lado del otro y de golpe nos estábamos dando un besazo. Éramos chicos. ¡Nos enamoramos mucho! Al principio, me cautivó su vocación tremenda por la música, la polenta que tenía para encarar un negocio incierto", recordó Patricia.

"Fuimos construyendo todo, hemos edificado una hermosa historia. Los comienzos fueron duros, pero felices. Oscar terminó el secundario de noche, así que el único momento en el que lo podía ver era cuando salía de trabajar. Nos comíamos un pancho en Chacarita y luego lo dejaba en la puerta de la escuela. Eso solo lo hacés por amor", agregó la cantante sobre los comienzos de su historia de amor, con poca plata y casi toda su familia en contra.

Sin embargo, con el correr de los años llegaría la consagración profesional como dupla productor-artista, pero con ella el desgaste como pareja y la consecuente separación. Sin embargo, luego de varios años de no prácticamente no hablarse, ella decidió llamarlo.

"A fines del ´99 lo medité y lo llamé. Humillé al ego. Yo no sabía si él estaba con otra pareja o no, podría ser. Mirá, Oscar, yo te amo y me gustaría empezar el milenio con vos", le dijo. Él le pidió unos minutos y al cabo de un rato le devolvió el llamado diciéndole que había comprado dos pasajes en un crucero para que se fueran juntos. Fue el feliz comienzo de su nueva etapa como pareja, esa que perdura y funciona hasta hoy durmiendo en casas separadas -menos los fines de semana- pero con el mismo amor de adolescentes y una hija –Marta (27)-, fruto de esa historia digna de una película.

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