Ubicada en Berutti al 200, en las proximidades de la estación de Banfield, no hay fanática de Sandro que no conozca la fachada de Banfield Village, como la bautizó el cantante, con un paredón de cuatro metros de alto. Allí, Roberto Sánchez vivió durante cuarenta años. Y hasta contrajo matrimonio con Olga Garaventa (61): firmó la libreta roja en la biblioteca, en abril de 2007, y en el living los bendijo el padre Osvaldo Brown.
Y sin embargo, casi ninguna de Las Nenas -esas, las incondicionales- conoce en detalle cómo es la mansión en su interior. Eso hasta hoy, cuando Olga abrió sus puertas para mostrar la casa en la revista Gente, en medio de los rumores que hablan de una posible venta, con Cristian Castro como principal interesado. "Roberto me pidió que nunca venda esta casa", explicó la viuda de Sandro en la publicación. Y apuntó al mexicano por sus declaraciones: "No midió las consecuencias, el daño ya está hecho".
Si bien Olga asegura que nunca la tasó, su valor ascendería a los seis millones de dólares
Banfield Village distribuye sus 800 metros cuadrados cubiertos en dos plantas. En planta baja, la cocina con comedor, el living, otro comedor, la biblioteca y un baño. Subiendo las escaleras están las habitaciones (tres dormitorios y dos más para las visitas), más un gimnasio y dos baños. Tiene un garage para siete autos. Y el parque, con pileta de natación, completa los 1300 metros cuadradas. Todo se encuentra en excelente estado. Si bien Olga asegura que nunca la tasó, su valor ascendería a los seis millones de dólares.
Hay un sector muy especial de la mansión: Sandro lo llamaba El locutorio. Se trata de un pequeño patio con una enredadera cubriendo una pared, dos sillas y una mesa con una Virgen. En ese sector el Gitano recibía a los periodistas y a Las nenas.
Olga es la única habitante de la mansión. "Siempre hay cosas que hacerle, pero se mantiene. Si no, se te viene abajo. Lo hacemos, pero con mucho sacrificio. No nadamos en dinero, pero podemos afrontar los gastos bien", explicó la mujer. Y advirtió: "¡Es mi casa! Mi esposo me la dejó. Hizo un testamento en el año 2005, donde me nombró heredera universal. No estoy usurpando nada".
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