"¡Papito!", gritó, casi entre lágrimas, la Chilindrina al ver que don Ramón había regresado a la vecindad tras dos años de ausencia, y luego corrió a abrazarlo. El personaje se había ido a trabajar y tuvo que dejar a su hija al cuidado de su abuela, doña Nieves. Se trata de una de las escenas más emotivas de El Chavo del 8 y guarda un secreto, ¿cómo lograron transmitir tal emoción?
Roberto Gómez Bolaños, creador, actor y productor de la serie, le ocultó a María Antonieta de las Nieves la vuelta de su compañero —y padre en la ficción—, Ramón Valdez. La actriz, al ver a su amigo nuevamente, no pudo contener las lágrimas de emoción, que fueron verdaderas.
Padre e hija en la ficción, en la realidad, a "don Ramón" y a "la Chilindrina" los unía una fuerte amistad. Incluso, cuando ella se casó, fue él quien la acompañó hasta el altar en la iglesia.
Valdez había dejado la comedia en 1979, junto con Carlos Villagrán, conocido por interpretar a Quico, para probar suerte en otros ciclos. En su reemplazo, la producción decidió incorporar dos personajes: Jaimito (Raúl Padilla) y doña Nieves (también interpretada por María Antonieta de las Nieves).
En 1982, luego de que la suerte no estuviera de su lado, el actor decidió volver a trabajar bajo el ala de Chespirito, y realizó algunos episodios más.
Ramón Valdez murió en 1988, y fue el primer actor de la serie en partir. Su huella fue tan fuerte que, años más tarde, María Antonieta le hizo una canción especial, con la voz de la Chilindrina, "¿Dónde estás papá?".
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