Los tiempos han cambiado y algunos prejuicios respecto a la elección sexual de las personas fueron quedando en el pasado. La sociedad fue evolucionando y se volvió más diversa.
Sin embargo, un beso entre dos hombres o dos mujeres no deja de generar asombro. De hecho, en la TV de los últimos años encontramos distintas historias de amor gay, que – pese a emitirse en plena modernidad – causaron impacto (y rating) en el espectador.
Eso ocurrió con el beso entre Julio Chávez y el galán chileno Benjamín Vicuña en Farsantes (2013), unitario en el cual ambos interpretaban a dos abogados que vivían un romance que ponía en duda su pasado heterosexual.
También sucedió con la relación de Lalo (Ezequiel Castaño) y "El Flaco" Riveiro (Cristian Sancho) en Botineras (2009), dos futbolistas que se amaban en secreto por temor a la condena de sus compañeros de vestuario y de la sociedad.
Los besos Carolina Peleretti y Eugenia Tobal en 099 Central (2002) encendieron la pantalla chica y no pasaron desapercibidos. Su historia de amor alarmó a unos cuantos y derribó con muchos prejuicios.
Algo similar se generó años más tarde en Para vestir santos (2010). En dicha ficción Celeste Cid y Martina Guzmán fueron las protagonistas de una fogosa relación homosexual.
Más que interesante fue el romance que recrearon Diego Ramos y Mike Amigorena en Los Exitosos Pells (2008). En esa novela de Underground un prestigioso periodista se mostraba ante las cámaras con una bella mujer (Carla Peterson), mientras a escondidas amaba a un hombre.
En Padre Coraje (2004) también hubo espacio para una pareja del mismo sexo. En la novela de Pol-Ka, ambientada en los años 50, el doctor Froilán Ponce (Luis Machín), que en su juventud debió casarse y tener una hija para cubrir las apariencias, llega a su madurez enamorado de un jovencito (Patricio Arellano).
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