Cuando Gastón Quieto dejó el país para probar suerte con sus conocimientos en la magia y el ilusionismo, jamás pensó que serían 16 años de éxodo por todo el mundo, con escalas en Las Vegas, Cancún, Tokio y Dubái, entre muchos otros lugares. Mucho menos se imaginó que se volvería a cruzar con su novia de la adolescencia y formarían una familia.
Durante su paso por el colegio secundario, Gastón conoció a Daniela Lopilato, la hermana mayor de Luisana. Lo que en un principio fue una amistad se convirtió en un noviazgo, que duró aproximadamente un año. "Con Dani fuimos novios en la adolescencia. Lo cómico es que los dos nacimos un 18 de febrero, pero con un año de diferencia. Ella tenía 17 y yo 18 cuando salimos. Fue en la época en la que empecé a competir con el ilusionismo", cuenta el hombre de 39 años a Teleshow.
"Empecé a ganar algunos torneos y cuando pasa eso te llevan a otros lados. Ahí la relación medio que se tuvo que cortar porque empecé a viajar", explica Gastón, que se interesó por primera vez por la magia a los tres años, cuando su abuelo le contó algunos de sus secretos en la materia. En 1999 se estableció en Cancún y comenzó a tener éxito con sus shows, pero el atentado a las Torres Gemelas dos años después afectaron notablemente el turismo norteamericano, y debió buscar nuevos horizontes.
Tokio. Un nuevo y próspero destino que fue su hogar durante un año. Luego trabajó en Las Vegas hasta llegar a Dubái. Recorrió más de 50 países con su magia: "Mi trabajo me permitió estar en muchos lugares que en mi vida me hubiese imaginado, como la Franja de Gaza, o en Siria brindando shows a refugiados. Haberme nutrido de tanta diversidad cultural me hace la persona que presento sobre el escenario".
La experiencia le permitió consagrarse como uno de lo ilusionistas más prestigiosos del mundo y ganar los premios Campeón Intercontinental en 2000 y Mago del Año en 2010, entre muchos otros. Son varias las celebridades internacionales que han sido testigos de sus shows. Incluso, el propio David Copperfield ha recurrido a Gastón para hacerle consultas.
La relación con Daniela ya había quedado entre los recuerdos del pasado. Ella se enamoró y tuvo a Daira en Buenos Aires. Él formó su familia en Medio Oriente con tres hijos: Martina, Ornella y Marco. Pero el destino siempre tiene preparado un giro inesperado. Y se volvieron a cruzar. Y se volvieron a enamorar.
"Fueron varios años que íbamos y veníamos. Vivíamos un poquito acá en Buenos Aires y un poco allá en Dubái. A veces pasábamos meses sin vernos. Yo trataba de venir seguido pero trabajaba mucho. Fue casi un amor a distancia", dice Gastón, sobre su relación con la nutricionista. A pesar de los obstáculos, el amor fue más fuerte y hace tres años y medio tuvieron su primer hijo: Benicio.
"Dani y Beni son las razones por las cuales me volví. Ahora me instalé acá y quiero seguir con mi carrera en la Argentina. La idea es quedarme, ya tengo varios shows programados, quiero demostrar en mi país todo lo que aprendí", dice el entrevista, que el fin de semana pasado brindó un espectáculo que contó con la presencia de su cuñada, Luisana, y su concuñado, Michael Bublé. "Mi carrera la tengo hecha, viajé por todos lados, pero donde laburé siempre me han apoyado y cuando hay un show me vienen a ver, les encanta la magia. Les gusta lo que hago como a mí me encanta lo que hacen ellos. A Noah le gusta, a todos los chicos les hago magia", asegura.
En ese sentido, dice que tiene una excelente relación con los Lopilato, a quienes conoce desde la época de su noviazgo adolescente. El pequeño Benicio disfruta de la compañía de su primo Noah cada vez que viene al país. Y, claro, son los espectadores de lujo de los trucos de magia de Gastón.
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