Los ensayos -con dos coreógrafos que vinieron especialmente de Estados Unidos- demandaron cinco meses. El Teatro Lola Membrives había sido restaurado a nuevo, aunque los trabajos -como el retoque de los adornos del baño- se hicieron hasta ese mismo día. Una marquesina de 500 lámparas anunciaba el nombre de la obra. Y la llegada de los actores en carruajes y autos antiguos se televisaría en vivo por Canal 9, al terminar la Finalísima de Leonardo Simons. Además, 1500 personas se apostaban desde temprano sobre la Calle Corrientes aguardando entrar a la sala.
Luego de ser La mujer del año por cuatro temporadas consecutivas, tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata, Susana Giménez saldría a escena para protagonizar el musical más esperado de la escena teatral porteña. Y el galancito Ricardo Darín acompañaría a la estrella sobre el escenario; debajo de las tablas, los dos protagonizaban el noviazgo más comentado del momento.
Ese lunes 10 de noviembre de 1986 estaba todo listo para el gran debut de Sugar. Y no pudo ser… Frustrada, Susana terminó llorando en su camarín.
Crónica de un debut inconcluso
Este viernes 14 de abril de 2017 se estrenó la nueva versión del musical, ahora protagonizado por Griselda Siciliani y con Susana como productora. ¡Y fue una gran noche! Pero tres décadas atrás no sucedió lo mismo…
Aquella noche, pasadas las 21, Silvio Soldán había empezado con las notas televisivas a los famosos que arribaban al lugar: Niní Marshall, Teté Coustarot, Violeta Rivas, Néstor Fabián, Graciela Borges, Pinky, Ante Garmaz, Alberto de Mendoza, la gimnasta María Amuchástegui, el tenista Martín Jaite y muchos más. Una veinteañera Mercedes Mecha Sarrabayrouse deambulaba por los pasillos del teatro, cerquita de su joven novio: Eduardo Celasco.
Pero el ingreso a la sala no se habilitaba. Corrían los minutos, y nada. La demora ya no era la previsible para una función inaugural. Y la tensión empezó a apoderarse de la atmósfera, de acuerdo al relato que hacía la revista Gente. "¿Qué pasa que no empieza?", "¡Nos vamos a asfixiar todos!", "¡Esto es el 60 de los famosos!", se escucha, entre más gritos. A las 11, con dos horas de atraso, el calor en la entrada del Lola Membrives ya es insoportable. El clima también. Casi tanto como en los camarines…
‘¡Nos vamos a asfixiar todos!’, ‘¡Esto es el 60 de los famosos!’, se escucha, entre otros gritos
Y es allí, en las entrañas del Lola Membrives, donde los dueños del teatro -los hermanos Carlos y Lorenzo Spadone- se reúnen con Susana, Darín y Arturo Puig, la otra figura de Sugar. Hay una charla intensa. ¡No se puede suspender el debut!, habiéndose generado una expectativa semejante. Y no, no se puede. Pero se debe. Esa noche los protagonistas no podrán salir a escena. No hay manera.
Lo más difícil de la decisión es comunicársela al público, a los invitados y a la prensa. Cerca de la medianoche Darín y Puig salen al balcón del hall del pullman. Pero el por qué de la cancelación la acerca Carlos Spadone: "Se nos quemó una consola computarizada de sonido. A veces pasa", asegura. Susana no hablará. Tampoco lo harán sus compañeros.
La explicación de Spadone no conformó a nadie. Los rumores dieron cuenta de que los ensayos, pese al extenso tiempo de práctica, no habían alcanzado: aún restaban aspectos por pulir en la coreografía. Algunos contaban que era Susana quien no había querido estrenar. Y se dijo también que la obra "todavía no estaba 10 puntos". Pero como el arreglo con los auspiciantes y Canal 9 ya estaba cerrado, los productores optaron por cubrir las expectativas del contrato con la llegada de los famosos. Nunca se confirmó versión alguna, incluida la información de la consola de sonido averiada.
Algunos contaban que era Susana quien no había querido estrenar. Y se dijo también que la obra ‘todavía no estaba 10 puntos’
Esa noche, cuando todos ya se habían retirado con su malhumor a cuestas, Susana (quien ya había agotado sus lágrimas), Darín y Puig subieron al escenario de un Lola Membrives sin público en las butacas. Y con el resto del cuerpo de baile ensayaron la obra completa, de principio a fin, una vez más. A las 4 de la mañana concluyeron. "Espero estrenar el lunes que viene…", se ilusionaba Susana.
Una semana después el musical pudo levantar el telón.
Fue el lunes 17 de noviembre de 1986. ¿El 17? Sí, claro: la desgracia… Pero Sugar fue un éxito. Porque las cábalas del teatro son pura cháchara cuando una estrella como Susana está involucrada.
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