Andrea Estévez estuvo alejada en los últimos meses de la Argentina. La actriz viajó a Miami, donde estuvo viviendo junto a su pareja, el empresario gastronómico Juan Manuel García, para cumplir con algunos proyectos profesionales.
En una charla con Teleshow la sensual morocha mencionó algunos de los proyectos que realizó en el exterior, reveló cuáles son las propuestas que la hicieron volver, habló de sus ganas de ser madre, y dio su mirada sobre la realidad del país.
—¿Cómo fue la experiencia afuera?
—La experiencia fue increíble. Primero fui a Nueva York y, al haber vivido en esa ciudad durante tres años, cuando yo estudiaba en el American Ballet, me removió muchas cosas. Me emocioné, pero de una linda manera. En Nueva York empecé a conocer la forma de trabajar de los americanos. Participé de algunos desfiles y aprendí cómo organizan las cosas allá. Y en Miami también tuve la posibilidad de estar muy encima con la banda de sonido de una película que estuve grabando el año pasado.
La película se llama Almas de furia, y junto a Andrea actúan Toti Ciliberto, Gerardo Romano, Alejandro Fiore y Pablo Yotich. Es una historia real sobre hijos de padres desaparecidos. Y la productora de la banda sonora es Wanna Music, de Nazareno Andorno, productor de Placido Domingo.
Estando allá, a Estévez le ofrecieron hacer Falladas, la obra que creó José María Muscari. "Pero como aún estoy esperando la Visa de trabajo, y eso me iba a demandar quedarme mucho más tiempo en Miami, preferí no hacerla", explica la también modelo.
—Ahora, que estás en Buenos Aires, ¿cuáles son tus planes acá?
—Llegué hace una semana. Estoy recién llegada. Tengo propuestas en Buenos Aires y voy a retomar con la conducción de "Celebrity Cars", en El Garage TV. Después hay una propuesta para hacer teatro en calle Corrientes, una producción con Ale Fiore y Pablo Yotich. Es un drama. Además, estoy preparando un programa de moda, que probablemente va a salir en un canal de aire.
—¿Cómo encontras al país después de tres meses afuera?
—El año pasado tuve la posibilidad de viajar bastante. Estuve en tres oportunidades en Estados Unidos, pero siempre en periodos cortes. Y el haber pasado tres meses hace que uno cambie algunas costumbres. Incorporas el precio en dólar como moneda, por ejemplo.
Pero el cambio más rotundo lo encontré al regresar al país. "Fue fuerte el golpe. Y me puso muy triste -confiesa Andrea-. Me encontré con una Argentina con una inflación altísima. Es lo que más me sorprendió. Desde el aumento del gas hasta la comida. Un gaseosa quizás 50 pesos. Si uno se pone a comparar, una gaseosa allá estaba un dólar, a razón de 16 pesos. La nafta está por las nubes en nuestro país. Allá el litro de nafta está 8 pesos".
Y hubo más: "Empecé a notar esas diferencias y me di cuenta la inestabilidad que tiene Argentina. No tenemos un país estable. Si a mí me complica, que tengo la posibilidad de trabajar y ganar bien, no me quiero imaginar la gente que tiene una familia con dos hijos. Me puse a pensar y digo: '¿Cómo hace esa familia para pagar un alquiler?'. Me dio mucha tristeza".
Pero la lectura de Estévez nada tiene de partidaria. "Voy más allá de cualquier partido político, de cualquier gusto político: yo quiero el bienestar para todos -advierte-. Amo Argentina, amo mi país, y quisiera que podamos tener una estabilidad en la cual pueda proyectar, yo y puedan proyectar mis hijos. Eso es lo que no estamos logrando. Y lo veo muy difícil".
— Culturalmente ves una diferencia entre Estados Unidos y Argentina…
—Me llamó mucho la atención el tiempo que demoré para hacer un trámite en un banco, acá. En Estados Unidos nunca esperás. El lema de los bancos es no esperar más de cinco minutos. Apenas llegás te ofrecen un café, un vaso con agua y, si tenes que esperar a una persona, te piden disculpas. Yo llegué acá y fui a un banco, esperé una hora y media para que me dijeran que por un error de ellos tenía que volver al centro, y yo estaba en la zona de Tigre. No puede ser, la gente se descompone esperando, haciendo colas. Acá es normal tener que avisar que estás llegando tarde porque estás haciendo un trámite en el banco.
La actriz encuentra una explicación: "Esto es un tema cultura, es un problema cultural que nos va a llevar muchos años cambiarlo. Ojalá que podamos cambiar esas cosas. Depende de nosotros, como ciudadanos, poder cambiar estas normas en nuestro país. Es cuestión de modificar pequeños detalles. Por ejemplo, yo llego a una esquina con el auto y si hay alguien para cruzar, lo dejo pasar. En Estados Unidos y en otros países también esto sucede siempre: la gente se para en las esquinas, los automovilistas frenan y los peatones cruzan. Acá, no. Tenemos que cambiar algunas actitudes porque muchas veces copiamos el mal ejemplo. Vemos que alguien tiró un papel al piso, y decimos: 'Bueno, si el otro lo hizo, yo lo hago'".
Sin embargo, no pierde la esperanza. "Tenemos un país hermoso, un país súper rico. En Estados Unidos comprás carne argentina y es espectacular. Tenemos una carne bárbara, tenemos tierra para hacer lo que queramos, por eso es increíble que la situación del país esté como esté. Ojalá que se supere pronto porque lo sufro y porque quiero a la Argentina, y quiero a la gente que hoy en día la está pasando mal, que la estamos pasando mal, porque todos la estamos pasando mal".
—Te llevo al plano personal. ¿Tenés ganas de casarte?
—Sí, tenemos ganas de casarnos. Lo estamos hablando. Si fuera por nosotros ya estaríamos casados. En un año y medio nos comprometimos, nos fuimos a vivir juntos, hicimos cuatro viajes, todo este tiempo estuvimos más que juntos. Prácticamente ya estamos casados hace rato. Vamos a casarnos para compartir con nuestra gente querida nuestro amor.
—¿Y tener un hijo…?
—También tenemos muchísimas ganas. Siempre soñé con ser mamá y hoy por primera vez en mi vida siento que tengo el hombre para serlo. Y a él le pasa lo mismo. Ahí es cuando te das cuenta quién es la persona para tu vida y quién no.
LEA MÁS: