Pinky fue el primer y más arrasador fenómeno de una tevé todavía en pañales, y no dejó tecla sin tocar hasta ser diputada

Aquella chica de barrio llamada Lidia Elsa Satragno –Pinky por su piel rosada– triunfó en todo lo que se propuso. Un colosal fenómeno mediático desde el blanco y negro y la pantalla chica, y lo mismo hasta el radiante color

Guardar

Hasta 1956, cuando su cara apareció en la tele de pantallas chiquitas y en blanco y negro, era una desconocida.
Una chica de barrio.
Nacida en San Justo en dos 11. Día y mes. Noviembre 11 del 35.
Tentó suerte en el único canal. El 7.
Pero esa cara luminosa no podía fallar.
Había nacido para que la cámara la adorara, como se dice en Hollywood.
El único escollo era su nombre.
Lidia y Elsa, vaya y pase. Pero su Satragno paterno tenía una resonancia tan poco apta en esos tiempos en que media farándula usaba seudónimos.
Y fue Pinky.
Así la rebautizó su colega Trudy Tinky Tomis por su piel rosada.
Piel excepcional.
Mi memoria la recuerda, vagamente, en un comercial prehistórico de las naranjas Pindapoy.
El locutor Fito Salinas –de primera línea en su tiempo– decía "Pinky es Pinda… y yo soy poy".
Se abrió paso por su cara, su figura, su voz algo ronquita, pero también por su "prepotencia de trabajo", como llamaba Roberto Arlt a la garra para el triunfo.
Pinky trabajó como un enano, como un chino, como un estibador…
Al año de la primera toma aparecía en todas las horas de programación.
Con ojos y sonrisa privilegiados vendió de todo.
Comerciales infinitos.

Pinky, en una foto de archivo (crédito: Cinefania)
Pinky, en una foto de archivo (crédito: Cinefania)

Y en el 58, su primer programa protagónico: Buenos días Pinky.
En el 59 intentó un paso por el cine.
Film La caída, de Leopoldo Torre Nilsson.
Pero fue una más en el lote…
Y de pronto, el spot gigante que ilumina –dicen– a los que nacen con la estrella en la frente.
Por Buenos días Pinky la declaran "Mujer del año".
Y el canciller Konrad Adenauer la invita a Alemania.
Vuelve a coronarse en el 61.
Y rompe el corsé nacional.
Presenta espectáculos en el Palacio de Bellas Artes de México, y el Lincoln Center y el Carnegie Hall de Nueva York.
La vara mágica la sigue tocando.
De locutora y conductora sube al peldaño más alto: ¡actriz!
Primera figura de Asesinato entre amigos, Dos mujeres, Monólogos de la vagina, y Prisioneros en la ciudad, comedia de Neil Simon dirigida por una grande del teatro nativo: Alejandra Boero.
Y hasta produjo un musical: Annie.
Pero su boom televisivo se centuplica a partir de 1961.
Conduce Nosotros. Una revolución en el género "Periodismo en tevé". Entrevistas, y con su bastón mayor: Bernardo Neustadt.
Corte sentimental.
En 1965 se casa con un morochón de nombre Raúl Alberto Peralta. Es decir, Raúl Lavié.
La pareja dura hasta 1974. Casi diez años. Y dos hijos: Leonardo y Gastón.
Dúo tormentoso si los hubo. Las revistas del corazón, en sus archivos, guardan decenas de páginas con notas de separaciones y reconciliaciones…

Pinky y Raúl Lavié con Leonardo, en la tapa de TV Guía
Pinky y Raúl Lavié con Leonardo, en la tapa de TV Guía

Y por fin su piel rosada pasa de la imaginación a la realidad.
Se ve en color el jueves primero de mayo de 1980.
Pinky hace el traspaso del blanco y negro al espectro del arco iris.
Su vida es, entre tantos oficios (modelo, locutora, conductora, actriz), una avalancha de programas.
Después de Buenos días Pinky siguen los ciclos Reunión de mujeres, Don Camilo en Rusia, Pinkypátikas, Buenas Noches Pinky, Miss Broadway, Nosotros, Incomunicados, Teleonce Informa, El Pueblo quiere saber, A la noche Pinky, Feminísima, Con sabor a Pinky, Pinky y la noticia, A los ingleses con humor, Pinky y Fontana en persona, La Argentina del 2000, La década del 60, La década del 70, La década del 80, Pinky y el arte, Teledós Informa, Telepinky, Parece que fue ayer, La conversación… y siguen las firmas.
Hablemos claro: un fenómeno irrepetible.
Y por si fuera poco… ¡la política!
Se lanza a esas aguas turbulentas y non sanctas en el 95 del brazo de su amigo Rodolfo Terragno, entonces presidente de la Unión Cívica Radical.
Cuatro años después, por la Alianza, intenta ser la intendente de La Matanza.
Y en 2007… ¡diputada por la Unión PRO!

Pinky, en el Congreso
Pinky, en el Congreso

La entrevisté varias veces.
Tenía un carácter duro. O endurecido por el sufrimiento: durante años la acosaron tumores malignos.
Los superó.
Pero siempre quedan las huellas del dolor…
No era de sonrisa fácil.
La tele no es un coro de dulces niños cantores…
Pero aún en ese medio poco piadoso encontronazos durísimos.
Para decirlo con filtro: jamás fue candidata a la medalla de "La Mejor Compañera".
Pero bajo los reflectores… ¿quién puede tirar la primera piedra?

LEA MÁS:

Guardar