"Encendés el televisor y prácticamente todos los días hay una noticia que tiene que ver con una mujer maltratada, golpeada. No estaría mal hacer una novela donde veamos cómo vive esa mujer al lado de un hombre golpeador. Enseñemos a través de la ficción qué debe hacer esa mujer. Sería muy interesante que pudiéramos usar la ficción para eso, además del cartelito que dice adónde llamar" dice en esta charla el protagonista de Mis noches sin ti.
—Con otro enfoque, porque las clásicas donde les dabas un cachetazo sería imposible.
—No, sería imposible. En aquel momento tampoco éramos muy conscientes, lo tomábamos con humor. La mujer se prestaba, el hombre también. No éramos muy conscientes de lo que pasaba. Hoy observamos y decimos: "Mirá dónde hemos llegado". Un ejemplo, cuando siento que alguien está fumando a mi lado o entro a un lugar donde hay olor a tabaco, me molesta y antes no me molestaba. Hasta que no me concientizaron sobre el daño que produce al fumador pasivo, estaba todo bien, nadie decía nada. Con las cachetadas de la televisión estaba todo bien, nadie decía nada. Gracias a Dios ha evolucionado tanto la sociedad que hoy somos conscientes de muchas cosas que no debemos hacer, que no debemos permitir que se hagan.
—¿Te gusta la tele que tenemos?
—Resalto un talento increíble de parte de los intérpretes, de los directores, y no sé qué pensar de los autores que escriben la ficción. No sé si escriben con base en directivas o escriben pensando, sintiendo, que esa es parte de su creatividad. Hay autores muy buenos, pero creo que el enfoque que les dan a sus historias tiene poco atractivo. Como ejemplo basta con ver las novelas extranjeras, que tienen tanto éxito. ¿Por qué pasa eso con las novelas extranjeras habiendo acá tanto talento? No lo entiendo.
—¿Falta amor en la Argentina?
—Nuestras novelas funcionaban, las mías y las que no eran mías, funcionaban porque se contaba una historia de amor. Era un amor que durante meses y meses era imposible.
—Esperábamos tantos capítulos para un beso.
—Claro, eso es lo que pasaba. Esa intriga que creaban los autores de esa pareja que se encontraba y finalmente no se podía encontrar, había impedimentos, la familia, la sociedad, el estrato social de cada uno de ellos, hasta que finalmente se daba. Es un cuento de hadas de nunca acabar. Lo que faltan son historias de amor. Eso lo hacía mucho, y de ahí su éxito, Alberto Migré.
—Ahora todo está colmado de actualidad.
—Ese es otro tema. La gran historia está en los noticieros. La historia de cada día, pero la historia violenta. Salí de casa hoy y me entero que acá nomás hay una zona donde no pueden transitar las mujeres porque las atacan, y estamos hablando de Palermo. La realidad es tan dura que es difícil que la ficción compita.