Diego Pérez, entre un programa de cocina y la lucha contra el sobrepeso: "Hay que balancear"

Fanático de la gastronomía, Diego Pérez pudo cumplir uno de sus sueños: hacer un programa de cocina y mostrar los sabores porteños. En Pantagruélico conoce la historia de los platos y restaurantes más importantes de Buenos Aires. Pero en varias oportunidades el actor habló sobre su lucha contra la obesidad. ¿Cómo conviven su amor por la cocina y el trabajo con la salud?

En cada emisión de Pantagruélico (martes a las 21.00, por el Canal de la Ciudad), Diego recorre tres restaurantes en busca de un plato típico. Y ya probó milanesas, puchero, revuelto de gramajo, empanadas, picadas; y aún queda más. "Todos los lugares tienen estilos diferentes a la hora de preparar un plato y eso me da curiosidad. Ves que algunos bodegones tienen ya cuatro generaciones y siguen manteniendo su esencia", contó el actor a Teleshow, feliz con su programa, mientras terminaba de grabar en una pizzería una parte del último capítulo.

La primera temporada de ocho episodios ya está por terminar, pero esperan realizar la segunda en el 2017: "Quedaron cosas afuera. Los primeros programas son muy identificativos. Tienen buena repercusión, y me gusta que no tenés la presión del minuto a minuto, entonces podés charlar, como cuando te sentás a comer con tu familia".

La idea de realizar el ciclo fue del propio actor: "Presenté un proyecto en varios canales para hacer algo parecido. Eso fue hace dos años y medio y ahora me convocaron, así que fue una sorpresa. Ellos lo pensaron con algunas modificaciones". La elección de los platos y de los lugares para comer surge de un trabajo en conjunto entre Diego y la producción.

¿El mejor premio para el equipo? "Siempre hay una frase recurrente: me dicen 'Me dieron ganas de salir y de comer eso', y con eso para mí ya está. La idea es generar, y que el otro tenga ganas de comer lo que estás comiendo".

Pantagruélico y la salud

Según la RAE, pantagruélico es "comida en cantidad excesiva", y se ve reflejado en el ciclo ya que en cada capítulo se sirven varios platos. En algún momento el actor habló sobre su lucha contra la obesidad.

"Llegué a pesar 104 kilos y fue un bajón. Había llegado un momento en el que de toda la pilcha que tenía me entraba un solo pantalón. Y dije: 'Bueno, basta'. Me fui a la clínica de (el doctor Máximo) Ravenna y empecé a hacer los deberes. ¡Ahora estoy genial!", había contado en el 2014, luego de bajar 22 kilos.

Este año, en televisión, volvió a referirse al tema: "Todos los días de mi vida lidio con mi peso. De hecho voy casi todas las mañanas a la clínica de Ravenna porque me hacen muy bien sus charlas. Es una adicción que a veces pierdo por mucho; ahora estoy empatado".

Al ser consultado sobre cómo conviven su lucha diaria contra el sobrepeso con un programa de cocina, explicó que trata de equiparar: "Grabamos en tres jornadas diferentes cada capítulo, y el resto de la semana trato de balancear para que no sea un hábito eso de estar comiendo tanto".

A sus 52 años, Diego asegura que cuidarse con las comidas no le cuesta y lo ve como "algo natural". "Cuando estoy laburando como bien, el resto de la semana como más liviano para que no se haga un pantagruélico", bromeó, en alusión al nombre de su programa.

Al ser convocado para llevar adelante el proyecto se planteó el tema, pero dado que cada emisión se realizaría en tres jornadas de grabación, y no sería que en un único día comería tres o cuatro veces, encontró la forma de hacerlo sin que afectara su salud.

Rumbo a Carlos Paz

En pocos días Diego viajará a Villa Carlos Paz para hacer temporada con El Quilombero, la obra que realizará en el Teatro Candilejas junto a Nicolás Cabré, Mercedes Oviedo, Macelo de Bellis y Alejandro Huevo Müller, y con dirección de Arturo Puig.

"Fue un éxito en Buenos Aires, así que de alguna manera está aprobada y la gente se ríe. Eso no garantiza que vaya a venir todo el mundo, pero gusta, y la gente lo sabe", dijo sobre la obra a la que se incorpora.

Sobre cómo podría afectar la crisis económica a la industria, se muestra esperanzado: "Va a ser un año mejor de lo que todos esperamos, el año pasado nos fue bastante bien. Los empresarios decidieron no aumentar los precios demasiado a pesar de que los impuestos subieron. Trataron de mantenerlo porque es lo primero que la gente deja de hacer. Hay que acomodarse a la realidad", cerró.