—¿Extrañás la tele?
—Sí, siempre, este año trabajé en tele, pero ya pasaron seis meses que no estoy y es como si hubiesen pasado dos años.
—¿Te llevás mejor con la conductora o con la actriz?
—Me llevo bien con las dos, no tiene nada que ver un trabajo con el otro. En la conducción sentía que iba en un vehículo y yo manejaba, pero quería que se lucieran los demás. Y en el teatro es al revés, a vos te dan un personaje y tenés que hacer que ese personaje se luzca, pero estás vos en un primer plano a la vez.
—¿Qué pasa con esos personajes que uno invierte tanto en construir cuando se termina el proyecto? ¿Dónde quedan?
—Llorás, es como un duelo. Sentís que el personaje lo guardaste, lo dejaste y muere, porque no lo volvés a hacer más, por eso siempre las últimas funciones son tristonas.
—¿Se pierde en algún momento el temor a la inestabilidad en la profesión?
—Ahí hay un engaño, lo pensé mucho esto, es horrible la inestabilidad, pero la persona que se dedica a esto tiene algo que hace que algo fijo y permanente no encaje. Si vos lo incorporás sabiendo que podés generar tus proyectos, de alguna forma podés seguir.
—¿Cuál es tu costado masculino?
—El costado masculino es el que te lleva a trabajar. Es un mundo que lo manejan los hombres y de alguna forma tenés que sacar tu lado masculino para relacionarte en un ambiente laboral. Si vas a sacar tu sensibilidad, tu creatividad y tu suavidad en un ambiente hostil, a veces fuerte, agresivo y de presión, que en general es en todos los trabajos, no sobrevivís.
—¿Y el momento más femenino?
—Sin duda, cuando tuve a mi hijo. Ahí se desplegó absolutamente toda la femineidad, la creatividad, la suavidad, los momentos de amor.
—Te leí muy comprometida con todo lo que tiene que ver con "Ni una menos".
—Sí, por supuesto. Yo soy muy amiga de la mujer en todo sentido. De hecho viste que hay como un mito de "Che, lo de ustedes es una obra de mujeres, ¿cómo hacen? Se deben matar". La verdad es que siempre me llevo mejor si tengo una jefa mujer, si tengo una compañera mujer, siento que tengo el mismo código de charla. La mujer sufre mucho, y no le es fácil absolutamente nada porque de alguna forma tiene siempre la mirada de presión. La violencia es algo que no tiene que pasar, la violencia sobre los niños tampoco. Me parece muy bien que se haya empezado a hablar, pero creo que el camino es largo, porque hay que cambiar muy internamente toda una mentalidad que está instalada hace muchos años, lo que pasa es que ahora salió.
—¿Te pasó alguna vez? ¿Fuiste maltratada?
—Sí, sin duda.
—¿En qué ámbito? ¿personal? ¿laboral?
—Sí. Laboral, personal, e incluso puede haber maltrato psicológico también. No creo que ninguna mujer viva en una cajita de cristal con todo regalado. La mujer independiente, que sale a laburar, de alguna forma "paga" un costo. Asusta; si vos, por ejemplo, querés buscar una pareja, no cualquiera se banca que tengas tu laburo, tus horarios, tu personalidad y que quieras establecer tu vida. No cualquiera se banca a un par.