Para los más jóvenes, será difícil recordarla. Bo Derek (que hoy se transformó en una mujer sexagenaria) protagonizó en 1979 la película 10, que en Argentina se conoció como La chica 10. En aquel entonces, con 23 años, interpretó a una recién casada de luna de miel en México que cautivó al protagonista, Dudley Moore. La actuación le valió una nominación al Globo de Oro pero luego, en sus siguientes papeles, su fama no fue la ideal: obtuvo tres premios Razzies (los llamados anti-Oscars que destacan las peores performances).
Sin embargo su belleza dio qué hablar. Tenía con qué: rubia, ojos claros, belleza californiana de ascendencia europea, pequeñas neotrenzas en el cabello y una imponente figura escultural. Ya de joven su futuro se había perfilado por el espectáculo. Comenzó trabajando de modelo y, a los 16 años, conoció al director John Derek, treinta años mayor, de quien se enamoró perdidamente.
Fue una gran historia de amor: vivieron en Alemania -rodaron su primera película juntos- hasta que, cuando Bo cumplió los 18, volvieron a Estrados Unidos donde se casaron. Su nombre era Mary Cathleen Collins, pero adquirió el apellido de su ex esposo, quien lamentablemente falleció en 1998 por problemas del corazón, a partir de ese momento se alejó las luces.
Hoy cumple 60 años y su belleza ya no tiene la llama juvenil que supo ponerla en la fama. Hoy cultiva otra imagen, puesto que no le interesa seguir manteniendo esa identidad de femme fatal. Vive en el valle de Santa Ynez en California, Estados Unidos, junto al actor John Corbett, con quien está en pareja desde 2002. Claro, ya no es "la chica 10", pero en sus rasgos aún conserva su esencia, esa que enamoró al mundo. Basta con mirar sus fotos para comprobarlo.